El Córdoba CF afronta esta tarde un partido que puede marcar el devenir de la temporada. Entre el desencanto que conllevaría una derrota y la ilusión que generaría la victoria, noventa minutos de juego ante un Salamanca que visita el estadio de El Arcángel mermado y en puestos de descenso. Ganar supondría acercarse a los puestos de ascenso, pero no hacerlo dejaría al club blanquiverde en tierra de nadie y con la zona peligrosa a una distancia poco tranquilizadora. Además, sería muy importante ganar por el aspecto anímico de los jugadores que, pese a llevar dos partidos sin encajar gol y tres sin perder, no han marcado en los dos últimos encuentros y han desplegado un juego que se aleja mucho de lo deseable.

Por su parte, el equipo visitante llega al encuentro con siete bajas, por lo que el técnico, Juan Ignacio Martínez, se ha visto obligado a convocar a dos jugadores del juvenil de División de Honor, Carlos y Piojo . Además, dos jugadores del banquillo, Zé Tó y Pelegrín, están tocados y solo jugarán si es imprescindible. La posición del Salamanca en la tabla, con tan solo cuatro puntos y en puestos de descenso, convierte este partido en crucial para ambos conjuntos. Ningún rival debe ser despreciado y menos si está herido como es el caso.

Los de Jémez lo saben. Mucho se ha hablado durante esta semana de la situación del rival de hoy y todas las voces llevan a la misma conclusión: no se merece el puesto que ocupa en la clasificación. Pero no por ello sería comprensible un nuevo tropiezo en casa, ante una afición que ansía que su equipo luche por algo más que la permanencia y deseosa de ver a los suyos jugar al fútbol del modo en que le prometieron al principio de la temporada. Por todo esto y por que hay que ir alejando rivales que pelearán por no descender, esta tarde, el Córdoba debe ganar.