Movilidad

La Junta plantea paradas de tren en todo el Valle del Guadalquivir de Córdoba

El Plan de Transporte Metropolitano también prevé dotar a la capital de aparcamientos disuasorios en el entorno de las estaciones

Estación de Media Distancia en Villarubia

Estación de Media Distancia en Villarubia / Sanchez Moreno

Rafael Verdú

Rafael Verdú

La Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía acaba de terminar y de hacer público el documento que plantea cómo debería ser el transporte de Córdoba y su entorno a medio plazo, basándose en criterios de movilidad sostenible que están apoyados claramente en las políticas de reducción de contaminantes y de respeto al medio ambiente. Menos coches y más transporte público es la idea subyacente de un plan de carácter muy técnico -las decisiones políticas y económicas tendrán que venir después- con la mira puesta en el año 2030. A la vuelta de la esquina, como quien dice.

El Plan de Transporte Metropolitano del Área de Córdoba, que así se llama el expediente, plantea cinco escenarios posibles de desarrollo, de menor a mayor intervención en el medio -en relación directa con la inversión necesaria- para que después las autoridades competentes escojan uno, partes de algunos o ninguno de ellos. No es una ley de obligado cumplimiento, sino un catálogo de ideas para disponer a medio plazo de un entorno de movilidad sostenible. Y aunque todos los escenarios son buenos desde la perspectiva de la relación coste-beneficio, los técnicos -después de un sesudo y complejo análisis matemático- apuestan por uno en concreto. No es el más ambicioso, sino el cuarto con mayores pretensiones. 

El escenario más rentable

Este hipotético escenario se centra, aunque tiene innumerables variables, en el "impulso del transporte público masivo, con mayor énfasis en el sistema ferroviario con servicios de cercanías". Lo que los redactores denominan "transporte público masivo" no es otra cosa que el tren, llámese Cercanías, Media Distancia, Tren de la Vega o Tren de Proximidad. En grandes ciudades engloba también el metro y autobuses de mayor capacidad, pero nada de esto está -ni parece que lo vaya a estar- disponible en Córdoba.

Entre las medidas concretas está "la ampliación de los servicios de cercanías en el corredor del Valle del Guadalquivir, con paradas/ apeaderos en todos los municipios entre Posadas y Villa del Río". Ya existen paradas de tren en algunas de las localidades afectadas: además de las que tiene la capital cordobesa incluso en barriadas, disponen de apeadero Posadas, Palma del Río y Villa del Río, más los proyectos en marcha para adaptar las instalaciones de Almodóvar y Montoro. Entre medias quedan pueblos que el plan quiere incluir en la infraestructura ferroviaria, como El Carpio, Pedro AbadVillafranca y Hornachuelos.

Aparcamientos

Las paradas de tren no sirven de mucho por sí solas, de modo que el Plan ha diseñado también una red de aparcamientos disuasorios en lo que llama la "corona metropolitana", así como la modificación de cinco líneas de autobuses metropolitanos que son, precisamente, las que conectarían con las estaciones de tren para después trasladar a los pasajeros en trayectos urbanos. O sea, una verdadera intermodalidad, para lo que sería necesario además coordinar los horarios y las frecuencias. La idea es, por ejemplo, que un viajero pueda coger un tren en Pedro Abad a cualquier hora, bajarse en una parada de Córdoba y tener allí en unos minutos un autobús que lo lleve al hospital o al banco. O a cualquier punto de la ciudad al que no llega el ferrocarril.

Además, para alimentar la red de transporte ferroviario, el proyecto crear una nueva línea metropolitana de autobuses que iría desde Villarrubia, donde ya Renfe dispone de apeadora, hasta Assuán, recorriendo gran parte de las urbanizaciones de la Sierra por la CO-3314. 

¿Trenes al Norte y al Sur?

En el escenario más ambicioso del Plan de Transporte Metropolitano del Área de Córdoba se propone lo que probablemente sea una quimera: llevar el transporte de pasajeros por tren no sólo a todo el Valle del Guadalquivir, sino también hacia los municipios de la Campiña Sur y del Guadiato. La infraestructura ferroviaria existe y está en buenas condiciones, pero el Estado hace décadas que decidió que por allí ya no pasarían más trenes de pasajeros porque resultaban muy onerosos para las arcas públicas, con la notable excepción del tren turístico de lujo al-Ándalus, que entra en Córdoba desde Ronda recorriendo la campiña cordobesa en una vía que comparte con trenes de mercancías. A 5.600 euros por persona el trayecto más barato, cantidades que es de suponer que sí son rentables.

Estos planes estratégicos presentan varios problemas. El primero es la escasa capacidad normativa que tiene un catálogo de ideas, por muy buenas, justificadas y bienintencionadas que sean; solo algunas de ellas terminan haciéndose realidad. Es, como lo define la propia Junta, una "hoja de ruta". Por otro lado, en este caso el Plan de Transporte Metropolitano del Área de Córdoba reclama inversiones que tienen que ejecutar administraciones distintas de quien lo fomenta y redacta. Aunque la Junta de Andalucía y hasta el Ayuntamiento de Córdoba se han mostrado dispuestos a colaborar con el Estado en materia ferroviaria, al final tendrá que ser este quien cargue con la parte del león, al menos en lo que tiene que ver con los trenes. Eso obligaría a una negociación entre partes que hace tiempo que no son capaces de acordar ni siquiera cuestiones mucho más sencillas y menos costosas que una reforma completa del sistema de transporte de pasajeros por tren, como la culminación de la Variante Oeste.