TRIBUNALES

El acusado del asesinato en Palma del Río: "Soy inocente, tengo dos niñas pequeñas"

Las acusaciones mantienen la petición de 27 años de cárcel y la defensa reclama un veredicto de inculpabilidad

El reconocimiento por un testigo directo y las huellas que dejó en el vehículo de la víctima se encuentran entre las principales pruebas para la fiscal y la familia

Primera sesión del juicio por el asesinato de un vecino en Palma del Río.

Primera sesión del juicio por el asesinato de un vecino en Palma del Río. / CÓRDOBA

Pilar Cobos

Pilar Cobos

"Soy inocente. Tengo dos niñas pequeñas que están con mi padre". Con esta última alegación, realizada por el acusado de asesinar a tiros a un vecino de Palma del Río en julio de 2019, ha finalizado este jueves la cuarta sesión del juicio que celebra la sección tercera de la Audiencia provincial de Córdoba para esclarecer los hechos.

Este presunto sicario portugués se sienta en el banquillo desde el lunes pasado. Hoy, al tomar la última palabra, ha reivindicado ante el tribunal del jurado su inocencia y ha intentado, además, responder a algunas cuestiones planteadas por la acusación particular y por la fiscal. Tanto ha sido así que el magistrado presidente del tribunal, Miguel Ángel Pareja, le ha recordado que "esto no es el juicio" y que ya ha declarado, apremiándole para que finalizase su intervención.

El procesado llevaba sus ideas anotadas en un papel que sujetaba con las manos esposadas. Frente a él, la familia de la víctima (tenía 40 años de edad y deja a una hija, un hermano y sus padres) ha seguido el juicio con una emoción visible en algunos momentos. En esta jornada, la fiscal y los abogados de la familia han hecho hincapié en las diferentes pruebas que, en su opinión, demuestran la culpabilidad del procesado.

Así, se han ratificado en su petición de 27 años de prisión por los supuestos delitos de asesinato, con las circunstancias agravantes de alevosía y encargo por una recompensa, y de tenencia ilícita de armas. De su parte, la defensa ha solicitado un veredicto de inculpabilidad. Para ello, ha invocado los principios de presunción de inocencia e in dubio pro reo, por el que, en caso de duda o ante la ausencia de pruebas suficientes, se favorece al acusado. Tras finalizar esta sesión, el jurado tendrá que deliberar y tomar una decisión sobre la inocencia o culpabilidad del encartado.

"Una actuación propia de un sicario"

En opinión de la fiscal, durante la vista oral "se ha demostrado que el acusado es el responsable de la muerte". "Todo indica que se trata de una actuación propia de un sicario", ha abundado. De esta forma, ha recordado que un testigo declaró que la víctima había participado en un robo de estupefacientes en Sevilla. Esta persona recibió, al parecer, una paliza, pero la supuesta víctima del robo amenazó con que el hoy fallecido "lo pagará de otra manera".

El ministerio público ha recordado, además, que "el acusado se relaciona con el mundo de la delincuencia" y, de hecho, en el juicio ha declarado que la noche de los hechos estaba cometiendo un delito de contrabando de tabaco. El asesinato tuvo lugar en la carretera que conecta Palma del Río con El Calonge, donde residía la víctima. "No pudo hacer nada para defenderse, esto es lo que llamamos alevosía", ha explicado la fiscal al jurado. También ha descrito los hechos como "una emboscada" del procesado, que esperó a la víctima, según las conclusiones de la fiscal, "a traición", en una carretera sin apenas tránsito y de madrugada.

La Guardia Civil encontró cuatro huellas del encartado, tres de ellas en el capó y una cuarta en la puerta del conductor. "No lo dejó salir, lo remató con tres disparos", ha señalado. En este sentido, los peritos han precisado que primero se realizaron dos disparos desde la parte delantera derecha del vehículo y luego, desde el lado del conductor, lo que explicaría la distribución de las huellas. Los peritos no han podido determinar el momento en el que se dejaron esas huellas, pero sí apuntan que eran las mejor marcadas de las 42 que se encontraron en el vehículo que conducía la víctima.

"En lo esencial, no hay contradicciones"

De su parte, el letrado de la familia del fallecido ha reivindicado en sus conclusiones que "en lo esencial, no hay contradicciones" sobre lo ocurrido. Este abogado ha coincidido con la fiscal en subrayar que las pruebas confirman la certeza de lo declarado por el testigo directo del asesinato, el amigo que viajaba junto a la víctima en el coche. Un segundo letrado de la acusación particular ha informado de la responsabilidad civil que plantean, detallando que reclaman en torno a 200.000 euros para la hija, los padres y el hermano del fallecido.

Un agente de la Guardia Civil, en el puesto principal de Palma del Río.

Un agente de la Guardia Civil, en el puesto principal de Palma del Río. / CÓRDOBA

El testigo directo "iba puestísimo"

En último lugar, la defensa del procesado ha afirmado que no existe prueba de cargo suficiente para desvirtuar el principio de presunción de inocencia. Este letrado ha recordado que el procesado ingresó en prisión, pero estuvo casi dos años encarcelado en Portugal y en este tiempo se ha producido un cambio de abogado.

Respondiendo a las afirmaciones de la acusación, que ha cuestionado que no se hayan presentado pruebas o testigos para demostrar dónde estuvo el procesado aquella noche, la defensa ha precisado que, por ley, las grabaciones de cámaras no se pueden archivar más de 30 días y el encartado fue detenido dos meses después del crimen. Asimismo, ha argumentado que, "el procesado ha reconocido que estaba cometiendo un delito de contrabando de tabaco" y por esto no han llamado a declarar a testigos de ese hecho. 

La defensa asevera que "no existe ni una sola prueba objetiva que acredite" que el acusado estuvo en Palma del Río el 3 de julio de 2019 en torno a las 3.00 horas de la madrugada, cuando ocurrió el crimen. En este sentido, ha admitido que "la única prueba son unas huellas en el exterior de un vehículo", aunque sobre estas ha indicado que pudo dejarlas al bajar un bordillo, dada su cojera.

Entre otras cuestiones, la defensa también ha planteado que, dado que fue grabado en Sevilla pasadas las 2.00 horas y el asesinato se cometió a las 3.40, "tiene que ser adivino" para conocer dónde se encontraba la víctima y adelantarse en la carretera, cortándole el paso.  

También ha insistido en que "profundizar en la investigación del autor intelectual y del entorno habría demostrado que (el acusado) no cometió los hechos" y ha afirmado que la identificación realizada por el testigo directo "no es correcta, fiable ni creíble", explicando que en la carretera había "luz escasa" y que víctima y amigo consumieron heroína cuatro veces aquella noche. "Iba puestísimo", ha asegurado. 

"Tardé mucho tiempo en declarar"

El acusado del asesinato, al hacer uso de la última palabra, ha señalado que no han llamado a su pareja como testigo porque se encuentra enferma. En esta línea, acerca del procedimiento, ha lamentado que "ni la Policía española ni la portuguesa me interrogaron y tardé mucho tiempo en declarar", por lo que no pudo aportar más pruebas, según ha señalado. "Me metieron preso y olvidado", ha lamentado. 

El testigo directo del asesinato le reconoció en fotografías, dudó en la primera rueda de reconocimiento, realizada durante la pandemia desde la prisión y con cámaras, y volvió a reconocerle en una rueda presencial. Se da la circunstancia de que el procesado acudió a la primera rueda de reconocimiento con barba y bigote, según ha precisado este jueves, porque no tenía medios para afeitarse. Además, ha indicado que disimuló su cojera durante este reconocimiento porque "nadie cojeaba".