La víctima del crimen del sicario en Palma del Río recibió nueve impactos de bala

La tercera sesión del juicio al acusado de tirotear a un vecino de Palma del Río en julio de 2019, que está siendo celebrado con tribunal del jurado por la sección tercera de la Audiencia provincial de Córdoba, se ha centrado este miércoles en el análisis de las circunstancias del crimen. Los forenses que estudiaron el cadáver en el Instituto de Medicina Legal han indicado que la víctima recibió nueve impactos de bala en el interior de un coche, entre disparos y rebotes.

Esta agresión le produjo heridas de diversa consideración. Las más importantes, que le provocaron la muerte, se localizaron en el tórax, dañando el pulmón izquierdo, y en la cavidad abdominal. El disparo llegó al hígado y entró en la zona del riñón. Además, estos peritos han hecho referencia a otras heridas tangenciales, que no entraron en el cuerpo; las denominadas en sedal, que penetraron y salieron, pero de forma superficial, y las contusiones sufridas. La víctima falleció, a causa de una hemorragia interna, en el centro de salud de Palma del Río, donde los facultativos intentaron reanimarle. 

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Discrepancia sobre la distancia del disparo

Los forenses han apuntado que los disparos se habrían producido a un mínimo de 70 o 90 centímetros. En esta línea, han detallado que cuando se emplean armas cortas (en este caso, se utilizó una pistola) si la distancia es inferior se producen quemaduras en el cuerpo y en la ropa, pero no han encontrado pólvora, humo o quemaduras. 

Esta consideración contrasta con la realizada por un perito de la Guardia Civil que ha analizado la camiseta de la víctima. Este experto observó cinco orificios que podrían ser compatibles con el paso de un proyectil y ha apuntado, en un primer momento, que habrían sido generados por disparos a corta distancia, aunque a preguntas de la defensa ha matizado que esta circunstancia se habría dado en uno de los agujeros, mientras que en los otros dos, habría una distancia de 50 o más centímetros. 

Por otro lado, un experto en huellas dactilares de la Guardia Civil ha confirmado que se encontraron 42 huellas en el coche de la víctima y cuatro de ellas corresponden al procesado. Otras tres no han sido identificadas. Este perito ha manifestado que “estadísticamente, la probabilidad de que haya una huella igual que pertenece a otra persona excede del número de huellas que hay en el mundo”.

Un arma utilizada en Sanlúcar

Este crimen ha sido relacionado con un presunto problema de drogas y, precisamente, en la mañana de este miércoles dos químicos han confirmado que en el cuerpo de la víctima se hallaron rastros del consumo reciente de cocaína, heroína, metadona y paracetamol. 

El procesado por este asesinato es un individuo portugués afincado en Sanlúcar de Barrameda y otro perito ha subrayado que la pistola utilizada en este crimen es la misma que fue empleada previamente en otro delito acontecido en el municipio gaditano. 

Por último, han declarado como testigos otros dos médicos. Uno de ellos ha informado sobre la cojera del procesado, que no fue advertida por un testigo de los hechos, el amigo que acompañaba a la víctima en el coche. Ante el tribunal, ha detallado que esa cojera no le impide conducir y tampoco necesita elementos de apoyo como un bastón para caminar.

No obstante, respondiendo a una pregunta formulada por la fiscal, ha afirmado que sería “lógico” que el procesado apoye la mano, si puede hacerlo, antes de iniciar un cambio de velocidad en su marcha. Se da la circunstancia de que los investigadores encontraron huellas de la palma de su mano izquierda en el coche de la víctima. 

El juicio para esclarecer la muerte de este vecino de Palma del Río se extenderá, previsiblemente, a lo largo de esta semana. Un tribunal del jurado, presidido por el magistrado Miguel Ángel Pareja, determinará la inocencia o culpabilidad del encartado, para quien la fiscal solicita 27 años de prisión por los presuntos delitos de asesinato y tenencia ilícita de armas.