la venta del complejo a una empresa del frío obliga a buscar un nuevo destino

La Silla Gigante de Lucena se enfrenta a un futuro incierto tras cambiar de dueño

El Ayuntamiento y la futura propiedad del suelo han entablado contactos tendentes a la reubicación | Ciudadanos asegura que el alcalde ha rechazado este icono del sector de la madera y le pide que «recapacite»

Vista de la Silla Gigante, en el recinto industrial de Hermanos Huertas.

Vista de la Silla Gigante, en el recinto industrial de Hermanos Huertas. / Manuel González

La Silla Gigante de Lucena se enfrenta a un destino incierto. Imagen emblemática de la eclosión desbordante del sector de la madera y el mueble a comienzos de este siglo, la inminente transmisión íntegra del complejo industrial donde permanece enclavada fuerza ahora su salida de estas instalaciones.

Fue inaugurada en 2005 y alcanza los 27 metros de altura. En ella se integran estancias en la zona del asiento y un sofisticado ascensor. En sus primeros años, una acreditación del Guinness World Records homologó esta estructura como la silla más grande del mundo. Pero en estos días, los impulsores del excepcional proyecto, Hermanos Huertas, culminan la venta del recinto industrial, localizado en la antigua carretera Córdoba-Málaga, a una empresa del sector del frío y la climatización.

Consultados los futuros propietarios, estos trasladan una absoluta predisposición a ceder o donar esta simbólica construcción, en primer término, al Ayuntamiento, para su reubicación en otro espacio. Las mismas fuentes matizan que, aunque la compra se escriturará en breve, conceden un plazo de varios meses para hallar una solución factible. Únicamente contemplan, en último extremo, la retirada y eliminación de la silla si nadie acepta su posesión.

Estos empresarios reconocen unos primeros contactos con el Consistorio, tendentes a encauzar un cambio de emplazamiento. La imposibilidad de asumir los gastos del mantenimiento y la nula concordancia con la siguiente actividad que se va a desarrollar justifican la decisión de la nueva empresa de optar por la modificación de la situación de este enorme e hiperbólico ejemplo de mobiliario de hogar. Desde el Gobierno local socialista confirman esta versión y las comunicaciones entabladas con representantes de la empresa adquiriente, que se han intensificado en los últimos días. El Ayuntamiento, actualmente, sopesa las ventajas e inconvenientes de cada alternativa y, en primer lugar, ha solicitado a la compañía que detenga cualquier trámite que conduzca a la eliminación de la silla.

Fuentes municipales admiten que analizan las posibilidades de reubicación y apuntan a premisas que hay que examinar como el coste del desmontaje y posterior montaje y traslado, con un hipotético acuerdo con la empresa en este proceso, así como la utilidad definitiva y su acople estético en determinados entornos públicos. Entre los posibles destinos asoman alguna rotonda, recintos diáfanos, parcelas municipales y zonas de mirador.

Desde el grupo político de Ciudadanos instan al Ayuntamiento, «ante la polémica suscitada», a hacerse cargo de la silla, por representar «todo un icono de la cultura lucentina» e instalarla en un «lugar visible y accesible» y proponen que la sala interior se convierta en un museo municipal y mirador. Afirman desde Ciudadanos, en contra de las dos versiones anteriores, que el alcalde ya ha decidido negar la recepción municipal de la silla. En consecuencia, desde la formación naranja emplazan a Juan Pérez a «recapacitar» sobre una determinación que entienden firme desde Ciudadanos Lucena.

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