REPORTAJE

Caballos de pura raza española, un deseo real que nació en Córdoba

Felipe II estableció las bases de los ejemplares que hoy se crían en 67 países de todo el mundo

Desfile de potros de pura raza española en Sicab 2023.

Desfile de potros de pura raza española en Sicab 2023. / Ramón Azañón

Se les llama españoles, pero su origen está estrechamente vinculado a Córdoba. Los caballos de pura raza española (PRE en la terminología oficial), entre los más apreciados y elegantes del mundo, surgieron hace 500 años en la ciudad califal. Seguramente ya existían desde antes y sirvieron para la conquista de América, pero no fue hasta la segunda mitad del siglo XVI cuando Felipe II ordenó su cría ordenada con el objetivo de mejorar la raza. Y de paso, seguir conquistando a golpe de herradura. Eran caballos de guerra y símbolos de poder, que hoy sirven como "animales para disfrute", en palabras de Fran Guerrero, presidente de la asociación cordobesa de criadores de PRE.

Córdoba en Sicab

Guerrero es uno de los representantes del mundo del caballo cordobés que han acudido al salón equino de Sevilla Sicab, inaugurado este martes. Es el gran escaparate del caballo de pura raza española, y muchos de los participantes son cordobeses. 

Asistentes y premiados en el estand de Córdoba en Sicab.

Asistentes y premiados en el estand de Córdoba en Sicab. / Ramón Azañón

Córdoba tiene su propio stand en Sicab, un tanto diferente de los demás. En lugar de un espacio semicerrado, la instalación es completamente diáfana y está ocupada por un enorme videowall donde se proyectan vídeos de gran belleza; entre ellos, uno que narra la relación histórica de Córdoba con el pura raza. No hay lugar a dudas: aquí surgió la raza. 

Felipe II y Caballerizas Reales

Felipe II nombró al cordobés Diego López de Haro como su palafrenero, al tiempo que se levantaban las Caballerizas Reales de Córdoba que aún existen. Para alimentar los caballos del Rey se escogieron terrenos públicos, como la Alameda del Obispo y Pendolillas, entre otros. Mucho más adelante otra reina -en este caso regente-, María Cristina, decidió que la yeguada para cría de los potros estuviera en Moratalla (Hornachuelos). Es ahí donde se asientan las bases del PRE que ha llegado a nuestros días. 

El relato del origen de estos magníficos ejemplares es bien conocidos entre los ganaderos y aficionados, así como para los historiadores. Pero siempre hay narraciones menos conocidas, de las que dio cuenta en una mesa redonda Lucía Millás, archivera y experta en el caballo del imperio español. La investigadora define a la raza como un producto del Barroco. Todo en estos magníficos ejemplares es exagerado, como lo eran los templos o las pinturas de la época: "Es muy aparatoso, con mucho pecho, mucha grupa, mucha cola, mucha crin, y sobre todo esos andares, que golpean en los adoquines de las calles. Es un lenguaje barroco que te conmueve y te provoca un pensamiento, el del poderío español". El trote de un caballo español era como anunciar la llegada del Rey de España.

Público en el Salón Internacional del Caballo de Sevilla.

Público en el Salón Internacional del Caballo de Sevilla. / Ramón Azañón

Los Borbones y el caballo español

Ser un símbolo de la Corona no debía de ser mala cosa en una monarquía absoluta... siempre que el rey mantuviera la tiara sobre la cabeza, y esta sobre los hombros. El caballo español se identificó tanto con los Austrias que cuando llegaron los Borbones, a comienzos del XVIII, no quisieron saber nada de la raza salida de Córdoba. Según Millás, los monarcas de origen francés "no dieron ni un duro a Caballerizas" y poco a poco la raza original se fue perdiendo, aunque se pudieron salvar algunos ejemplares que fueron a Úbeda para volver más tarde a Córdoba. Desde entonces, "la raza se ha mantenido, pero ya no es la misma, es diferente, adaptada a los gustos del siglo XIX y XX". 

Los sementales de pura raza española estuvieron manejados por militares hasta bien entrado el siglo XX. Y aunque ya no están en Córdoba -el Ejército se los llevó a Écija-, eso no supone ningún problema ni deslegitima el papel de Córdoba como centro del caballo español. Fran Guerrero, veterinario de profesión, recuerda que hoy en día da igual dónde se ubiquen los sementales, porque ya no son los ejemplares los que viajan para cubrir una yegua. "Ahora el semen llega en cuestión de un día a cualquier punto del mundo", asegura, gracias a los avances de la ciencia. 

Un ejemplar de pura raza española en Sicab.

Un ejemplar de pura raza española en Sicab. / Ramón Azañón

Un jinete cordobés

Tres de esos ejemplares montó este martes el jinete cordobés Juan de Dios Ramírez, con las yeguadas de Transportes Peña de Béjar, Francisco Povedano y María Fernanda de la Escalera, en distintas categorías del campeonato mundial que se celebra en Sicab esta semana. Con 20 años de experiencia, asegura que "estar en la final de un campeonato mundial significa que es difícil estar arriba, pero lo vamos a intentar", aseguró antes de comenzar su participación en los concursos. 

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