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Lo popular y lo religioso se aúnan en una Velá abierta a la convivencia

El Pocito acoge hasta el domingo una cita con la Virgen, el caimán y la campana como protagonistas

La fiesta se inicia con el pregón y continúa este viernes con la celebración del día grande en el Santuario

Noelia Santos

Noelia Santos

Suenan campanitas en la Fuensantapara anunciar la Feria de Septiembre, la Velá. Siente parte del barrio que se ha perdido algo de idiosincrasia en la fiesta con más idiosincrasia de Córdoba, pero el sentir no es nuevo. Comentan los vecinos que no es cuestión de enfrentar lo popular y lo religioso porque se conoce el origen y se venera a la Virgen, que es el centro de esta celebración.

La Velá, comenta Irene, vecina de toda la vida y a la espera de que se inicie el pregón en el Pocito, «no va a dejar de ser un espacio de convivencia y no creo, además, que el debate se dé en el propio barrio». Para ella, esa división que pudiera existir parece darse más «de puertas para fuera» y a modo de «recordatorio de que la fiesta es religiosa y poner todas las herramientas al servicio de esa idea: el cartel, la ocupación de la vía pública con la procesión o con las misas».

El cartel de este año, ya que se nombra, ha sido objeto de críticas por parte del Consejo de Distrito Sureste al considerar que la figura de la copatrona ocupa un espacio exagerado frente a una representación ínfima del caimán, que junto a la Virgen y la campana componen el imaginario de la fiesta. No hay un cartel de la Velá en todos los años 90 en el que no aparezca el animal, que sí deja de estar en los anuncios de 2011, 2014 o 2019, donde la Virgen y el Santuario toman protagonismo. Existen las críticas ahora, pero también las había cuando el cogobierno de PSOE e IU no incluía la procesión de la Fuensanta en el programa oficial.

Si existe división o no, la clave, dice Ángela, que vive a dos pasos del Pocito, es «que esto sea una fiesta para todos». «Se organiza en la Fuensanta y eso nos lo tienen que reconocer, aunque aquí puede venir quien quiera porque nosotros tenemos los brazos abiertos», resume esta residente que sí cree que en los últimos años la colaboración vecinal ha empezado a escasear. «Tienen que contar más con nosotros que somos los que nos conocemos esto», apunta, para seguidamente añadir que «lo importante es que no se pierda, que los niños se compren su campanita, que quien quiera le rece a la Virgen y que el otro se beba una cerveza y disfrute».

Y es que lo bonito de la Velá es que se aúne lo popular y lo religioso sin que nadie intente que uno esté por encima del otro. Este jueves ha arrancado esta feria chica que hasta el domingo hará las delicias de mayores y pequeños y que en la jornada del viernes tiene su jornada más destacada con la celebración del día de la Virgen, que a buen seguro tendrá un gran número de fieles haciendo cola para lanzarle sus plegarias. También este viernes es un día importante en lo gastronómico pues tendrá lugar la sardiná, organizada por la asociación vecinal San José

Obrero.

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