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El Consejo de Distrito Sureste critica el programa y el cartel de la Velá de la Fuensanta

Enrique Rodríguez dice que la ilustración resalta solo la "presencia religiosa" y evita "cualquier atisbo de relación con la vecindad que cuida a la Virgen"

Diario CÓRDOBA

Diario CÓRDOBA

El presidente del Consejo de Distrito Sureste, Enrique Rodríguez, ha criticado tanto el programa de la Velá de la Fuensanta de este año como el cartel que la ilustra. Sobre el programa, Rodríguez lo ha calificado de "ramplón" y ha asegurado que viene con "escasos contenidos" que, además, no hacen partícipes, en su opinión, a la vecindad.

Una vecindad, ha recordado, que "tanto brillo popular y participativo le otorgó" cuando nació la fiesta. De la programación ha criticado, además, que haya "nula presencia" tanto de jóvenes, que antes organizaban la Velá Joven, como de mayores.

Sobre el cartel, el presidente del Consejo de Distrito Sureste dice que es "otro cartel más" y que "cada cual juzgue". Es más claro cuando señala el "protagonismo ejercido unívocamente por la presencia religiosa evitando cualquier atisbo de relación con la vecindad que cuida y acoge a la Virgen de la Fuensanta" y apostillando que aparece "un pequeño caimán, casi diminuto, pese al «valor simbólico popular que contiene".

Presentación del cartel de la Velá de este año.

Presentación del cartel de la Velá de este año. / CÓRDOBA

Cree Rodríguez que "este modo de programar" la Velá más que llamar "a las gentes a acudir" lo que hace es llamar "a no participa".

La Velá es de la Fuensanta

En cualquier caso, Contreras asegura que su interés no es "airear polémicas si no ayudan a conciliar". El presidente del citado consejo de distro hace hincapié en que la Velá de la Fuensanta se hace en el barrio del mismo nombre: "Podría haberlo hecho en otro barrio distinto de la ciudad, pero, hete aquí que el azar la ubicó en el emblemático Pocito. Y con ello, su vecindad la hizo suya y abrió sus brazos a la hermandad de todos los vecinos y vecinas de la ciudad. Y esa vecindad la engrandeció, humanizándola y festejándola en cada final del verano, comienzo de una nueva era anual. Y eso no era malo, ¿verdad?".

Rodríguez da su respuesta afirmando que "más pareciera que solo exista una única manera de festejar a la Fuensanta" y añadiendo que esta es "la de favorecer la segregación de una parte de su vecindad alentando así una polémica que nunca ha existido".