REPORTAJE

Vecinos ante la dificultad de entrar en su casa: "Estamos muy quemados"

Personas mayores con movilidad reducida, en la calle Platero Repiso, tienen como único acceso a su bloque una peligrosa escalera

Reclaman al Ayuntamiento de Córdoba la instalación de una rampa

Los ocho escalones se han convertido en un importante obstáculo para los vecinos de Platero Repiso.

A.J.González

Consuelo Rodríguez expresa, tras bajar muy despacio, con muchas complicaciones, las empinadas escaleras que conducen a su bloque de pisos, la opinión general de sus vecinos: "¿Ves cómo cuesta llegar arriba? Estamos muy quemados". Otra vecina, apoyada en un andador, le responde: "Lo más difícil de todo es subir". Para una persona joven -apenas quedan en los dos bloques de vivienda con este problema de accesibilidad- no supone demasiado esfuerzo recorrer arriba y abajo las escaleras varias veces al día para ir al supermercado o, sencillamente, dar un paseo por el barrio. Una persona mayor, por el contrario, puede sufrir un accidente grave si hace este mismo recorrido sin ninguna supervisión. 

Una incertidumbre con la que llevan viviendo los octogenarios de la calle Platero Repiso, en la avenida de Barcelona, desde hace más de cinco años, según explican. Para solventar la situación, la comunidad se puso en contacto con un perito que llevó a cabo los estudios necesarios para poner en marcha la instalación de una rampa, desde la acera de la calle al descansillo, por la que pudieran transitar. Sin embargo, y según explican, la persona encargada de poner en marcha los trámites en la Gerencia de Urbanismo se jubiló. Poco después la vida, también la burocrática, se paró debido a la pandemia y, tras la vuelta a la normalidad, aseguran que no han vuelto a obtener respuesta por parte de Urbanismo, ni tampoco del Ayuntamiento, pese a las múltiples llamadas.

Una de las vecinas intenta bajar la escalera.

Una de las vecinas intenta bajar la escalera. / A.J. González

El tiempo no perdona

"No es una cuestión de que nos lo paguen, a nosotros no nos importa pagarlo; pero necesitamos los permisos porque esta situación se nos hace insostenible", inciden. Se trata únicamente de un tramo que dificulta el acceso a la calle pero, precisamente por eso, hay vecinos para los que ni siquiera es planteable salir de casa. "Hay personas en silla de ruedas, a las que solo podemos bajar entre cuatro personas" y "eso no es lo peor, porque aquí hay quien va a fallecer un día de soledad, de no recibir visitas por tener familiares mayores que tampoco pueden acceder", cuenta Rafi, otra vecina, en mitad de un corrillo en el que se respira cierto alivio, ante la posibilidad de ser escuchados.

Los dos edificios, cuyas entradas están separadas por el descansillo y la temida escalera, tienen más de medio siglo, por lo que provienen de una época en la que la construcción de las viviendas de protección oficial, como estas, se regía por otras normativas. Precisamente, el tiempo no perdona y quienes entraron a vivir allí con las piernas fuertes y la vista en el futuro, ven cómo la entrada a su hogar se convierte paulatinamente en un enemigo. Este periódico ha intentado, sin éxito, conocer la versión del Ayuntamiento.

Una de las vecinas intenta bajar la escalera.

Una de las vecinas intenta bajar la escalera. / A.J. González

Mientras, en Platero Repiso sigue el día a día, con sus dificultades, a la espera de que una de ellas deje de serlo para quienes merecen mayor descanso.

Suscríbete para seguir leyendo