Acansa

Los niños saharauis comienzan un nuevo verano en paz

Familias de Córdoba y provincia han recibido a 126 niños que pasarán el verano alejados de los Campos de Refugiados Saharauis de Tindouf

Durante la estancia disfrutarán de actividades, buena alimentación y se someterán a revisiones médicas

Cristina Ramírez

Cristina Ramírez

Ni en cansancio por el retraso de un vuelo procedente de Argelia ni el calor ni las horas de espera han borrado la sonrisa en de la cara de los 126 niños saharauis y sus familias de acogida, quienes les han recibido con muchas ganas, ilusión y alguna que otra lágrima de emoción este miércoles en el albergue de Cerro Muriano. Así ha empezado para ellos un nuevo verano alejados del conflicto y las necesidades que acostumbran en los Campos de Refugiados Saharauis de Tindouf (Argelia), de donde proceden.

Las ganas de ayudar y aprender de ellos son denominador común en las familias de acogida, desde ahora familias de corazón, la mayoría veteranas en el programa Vacaciones en Paz, organizado por la Asociación Cordobesa de Amistad con los Niños y Niñas Saharauis (Acansa) que posibilita que los pequeños salgan la tragedia y pasen un verano diferente, como niños. 

«Hay que recordar que son refugiados y que necesitan salir, tener una alimentación adecuada, revisiones médicas... Además ellos tienen ahora un papel muy importante, son los embajadores de sus casas en España, si no fuera por ellos no saldrían a la luz muchas de las cosas que están pasando en los campamentos de refugiados», sostiene la presidenta de Acansa, Ana Ramos, que también pasará el verano con dos niñas en casa.

Se han sometido a revisiones sanitarias

Antes de que los menores se hayan marchado con sus familias se han sometido a tres reconocimientos: auditivo, dental y oftalmológico, gracias a la colaboración de Fundación La Arruzafa, clínica dental Libertad y centro auditivo Audika. Los profesionales de los tres centros sanitarios han anotado las necesidades de cada niño o niña y si deberán pasar por consulta. «Estos niños vienen con muchas patologías en los ojos y la vista. Están padeciendo enfermedades comunes en ancianos», recalca Ramos.

Desde hace años La Arruzafa se compromete a realizar las intervenciones y revisiones que necesiten de manera gratuita. Según han explicado los profesionales casi todos los años hay que hacer alguna operación. Tras el examen han comprobado que no tiene n graves problemas este año pero que hay dos hermanos que no ven nada a causa de cataratas. En el caso de Audika es el primer año que colaboran con Acansa, por lo que tendrán que determinar el protocolo a seguir en el caso de detectar algún problema. No obstante, nada más llegar a Córdoba, los pequeños disponen de tarjeta sanitaria y tienen acceso al pediatra como cualquier otro menor.

Los pequeños tienen entre 8 y 9 años, algunos ya vinieron el año pasado y repiten familia. Una de las familias ha matizado que «siempre que se quiera la acogida es de cuatro años y durante el año también mantenemos el contacto. Los niños los quieren mucho, son hermanos de sangre», ha dicho Maika mientras esperaba a uno de los pequeños. 

Bea Sánchez, una de las responsables del programa, ha puntualizado que uno de los objetivos del programa son sus revisiones médicas y que, además, durante la estancia, que durará hasta finales de agosto, «hacemos convivencias, salidas, actividades, etc». 

Las familias los reciben con cariño

Todas las familias, antes y después de recibir a los saharauis han coincidido en que «ellos dan más de lo que nosotros les podemos dar a ellos» y en que «te enseñan ellos a ti». 

Maika Muñoz y Rubén Zamorano, una familia de Nueva Carteya que repite este verano con el pequeño Salek cuentan que «es una experiencia fabulosa» y que «son súper serviciales y agradecidos» con los pequeños detalles. Durante el invierno han mantenido el contacto con él y en varias ocasiones les han hecho llegar fruta y verdura, «es lo que siempre piden», comentan.

Maribel Rodríguez y Fátima González, de Encinas Reales, se estrenan este año en el programa. «Llevábamos años queriéndolo hacer y un cartel que había colgado en mi conservatorio nos hizo decidirnos», explica Fátima, ansiosa por recibir a una de las niñas. «Nos dieron a elegir el sexo pero a nosotras nos daba igual», comenta. 

Otra familia de Posadas ya veterana, acoge este año al hijo de la que fue su niña de acogida hace ya unos años. «Los lazos son para siempre», comenta Ana Ramos. 

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