Milagrosa Gómez apunta a la recuperación del consumo y el interés de los jóvenes

La presidenta de la Asociación Provincial de Joyeros San Eloy, Milagrosa Gómez, afirmó que el sector no se encuentra en un mal momento, pese a que las realidades socioeconómicas que lo rodean crean escenarios de incertidumbre. Por un lado, la guerra de Ucrania ha supuesto «cambios muy drásticos en un corto periodo de tiempo» como los vividos el año pasado en torno al precio del oro, que en momentos bélicos se convierte en un valor refugio. Además, esa guerra llegó cuando todavía quedaban coletazos de la pandemia.

Pese a todos los problemas, Gómez cree que «hemos sabido jugar con todo esto que nos ha pasado» y de la misma forma que la apertura de fronteras supuso el despegue de nuevo de las ferias del sector, la última campaña navideña ha consolidado el consumo de joyería hasta situarlo en el quinto puesto de regalos que suelen hacerse.

El relevo generacional se erige como el gran reto de la joyería cordobesa

Y es que, como señaló la presidenta de la asociación San Eloy, cada vez hay más jóvenes que compran joyería y «ahora lo ven como un complemento favorecedor, algo que les apetece tener y regalar, incluso como una experiencia».

En el horizonte está, además, el reconocimiento de la joyería cordobesa como con la Indicación Geográfica Protegida. Gómez apuntó que a finales de año podrá estar lista la normativa que permitirá a la asociación, que lidera el proyecto, registrar la petición para conseguir la indicación. Para la presidenta de la asociación provincial de joyeros, contar con esta indicación supondrá dos cosas muy importantes: garantía jurídica para los fabricantes y protección en cuanto a posibles imitaciones e intrusismo. El trabajo, en cualquier caso, también tendrá que venir de las propias empresas para que sus productos puedan obtener una garantía que detalla la trazabilidad o sostenibilidad, de forma que se pueda potenciar, así sí, esa marca Córdoba.