GASTRONOMÍA Y TURISMO

¿Qué tomar en la Cata? Los bodegueros hablan

Responsables de las bodegas Alvear, Doblas-Moriles y Pérez Barquero explican lo que se puede encontrar en sus estands estos días

Un grupo de amigos brinda en la Cata del Vino de Córdoba.

Un grupo de amigos brinda en la Cata del Vino de Córdoba. / A.J. González

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

La Cata del Vino de Montilla-MorilesCórdoba es una ventana gastronómica, un universo de posibilidades con el néctar de los dioses como eje. Y tres bodegueros cordobeses, Luis Pérez Alvear (Bodegas Alvear); Ignacio Rueda (Doblas-Moriles) y Rafa Cobos (Pérez Barquero) exponen sus recomendaciones a todo aquel que quiera disfrutar de todas las posibilidades de este singular evento.

LUIS PÉREZ ALVEAR, GERENTE Y PROPIETARIO DE BODEGAS ALVEAR

Una cata vertical para apreciar las diferencias

Luis Pérez Alvear.

Luis Pérez Alvear. / A. J. GONZÁLEZ

Hacer una cata vertical en una bodega es, según Luis Pérez Alvear, propietario de Alvear, una de las oportunidades que ofrece la Cata del Vino de Montilla-Moriles, y que permite apreciar las tonalidades que ofrecen los vinos de una bodega. En el estand 7 de la cata, es posible hacer ese recorrido, empezando por por el vino más joven de la casa, «el vino de iniciación», para pasar a continuación al vino de pueblo Tres miradas, «un poco más complejo pero también de tinaja» y de ahí, al vino Antoñín, un vino criado en bota dos años... El recorrido por esta bodega fundada en 1729 da pie a escalar poco a poco, sin prisas, hacia vinos con más cuerpo, más graduación y más caros también porque el precio, recuerdan los bodegueros, está vinculado a la complejidad de los procesos de elaboración. Para el gerente de la bodega Alvear, una de las más visitadas de Montilla, su vino favorito es el Fino Capataz, a caballo entre el fino viejo y el amontillado joven, dorado e intenso, aunque el que bebe más asiduamente es el CB, el más popular, un vino de crianza biológica (velo de flor) que pasa más de seis años en botas de roble americano. 

IGNACIO RUEDA. DTOR. COMERCIAL DE BODEGAS DOBLAS-MORILES

Saborear el primer ecológico de Moriles

Ignacio Rueda, director comercial de la bodega Doblas-Moriles.

Ignacio Rueda, director comercial de la bodega Doblas-Moriles. / A. J. GONZÁLEZ

Bodegas Doblas de Moriles da la bienvenida al visitante en el estand número 2 de la cata, donde se pueden probar siete tipos de vinos elaborados con la variedad Pedro Ximénez. Aunque el buque insignia de la bodega es el rama sin filtrar, este año presentan Trece Lagares, «un blanco joven que es una auténtica explosión de manzanas», según Nacho Rueda, delegado de ventas de Doblas, y y un vino ecológico de parcela. La bodega puede presumir de ser la primera con certificación ecológica en viña de Moriles. Estas uvas reciben un tratamiento diferente que cambia los matices del vino, que recomienda probar «con unas ostras, almejas e incluso unas anchoas». El público de los vinos Doblas-Moriles es de un amplio espectro y va desde los mayores de 35 años, que prefieren el vino en rama sin filtrar a los más jóvenes, que se decantan por el blanco joven. En opinión de Rueda, «la juventud se resiste a estos vinos por una cuestión cultural que asocia la imagen del catavino con la taberna y la persona mayor». De ahí que el Consejo Regulador esté promocionando el uso de la copa para la degustación y el catavinos «para lo que tiene que ser, catar vinos». 

Rafa Cobos. Director comercial del

RAFA COBOS. DTOR. COMERCIAL DEL GRUPO PÉREZ BARQUERO

Los fresquitos de tinaja y de pasto, la novedad

Rafa Cobos, director comercial de Pérez Barquero.

Rafa Cobos, director comercial de Pérez Barquero. / A. J. GONZÁLEZ

Quienes se acerquen este año al estand de las bodegas Pérez Barquero podrán probar una selección de todos sus vinos, desde el verdejo Finca La Cañada, uno de los que más venden en Córdoba capital, al Viña Amalia (blanco afrutado) y la gama Gran Barquero. La novedad de este año, según el director comercial del Grupo Pérez Barquero en España, Rafa Cobos, son el fresquito de tinaja y el fresquito de pasto, con el que han logrado incluir en la DO los vinos de pasto. «Un vino de pasto es el paso previo al vino fino». Estos vinos más ligeros pasan nueve meses en tinaja y un año por una barrica que contenía antes fino viejo, a la que se dejan las cabezuelas. Por último, tienen un año de evolución en botella. En el estand 20 de la cata, se puede probar también el Pedro Ximénez de cosecha, un vino del año más denso, más fresco que contrasta con el PX de la gama Gran Barquero, que tiene 6 años de criadera y solera. Cobos afirma que todos los vinos de la bodega son muy gastronómicos, si bien recomienda como maridaje ideal probar el amontillado Gran Barquero con unas alcachofas, que necesitan un vino con personalidad como este.

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