MEMORIA DEL PASADO

La Musa que sobrevivió a Moreno SA

En Fuente de la Salud, sobre los terrenos de la antigua fábrica, surge un barrio que sorprende por su calidad urbanística y arquitectónica

Vista aérea de las primeras instalaciones de Moreno en terrenos de la huerta adquirida en Fuente de la Salud.

Vista aérea de las primeras instalaciones de Moreno en terrenos de la huerta adquirida en Fuente de la Salud. / B.M.M.

Francisco Solano Márquez

Francisco Solano Márquez

El empresario cordobés Baldomero Moreno Espino nació en 1902 y estudió la Primaria en los Salesianos. A los doce años consideraron sus padres que ya sabía lo suficiente como para empezar a trabajar y se colocó en la acreditada empresa aceitera Carbonell y Cía, que había sido fundada en 1866 por Antonio Carbonell y Llacer, natural de Alcoy. Como era un empleado listo fue ascendiendo laboralmente hasta llegar a ser encargado de los Almacenes Generales San Antonio (de los que pervive el Chimeneón de la plaza La Flor del Olivo, junto a la Malmuerta). Pero Baldomero tenía un espíritu emprendedor y no quería resignarse a ser toda su vida un asalariado, así que en mayo de 1935, con 33 años y padre ya de dos hijos, pidió el finiquito en Carbonell y creó su primera empresa, dedicada al comercio de maderas al por mayor y menor, con la ayuda de sus amigos comerciantes Rafael Luque y José Rodríguez. A partir de ahí su crecimiento como empresario fue exponencial, pese a las dificultades del momento.

Un emprendedor

En plena posguerra aquel emprendedor extendió su actividad al aceite de oliva, que enseguida amplió a refinería y fábrica de jabones. Estas nuevas actividades requerían terrenos, así que adquirió en Fuente de la Salud, a las afueras de Córdoba, una huerta de 8,5 hectáreas (85.000 metros cuadrados), extensión suficiente para establecer en 1944 fábricas de mayonesas y de salsas de marca Musa, a las que en 1950 sumó otra de cátsup, novedosa salsa de tomate al estilo americano. La buena marcha del negocio aconsejó la creación en 1949 de la compañía Moreno SA, dedicada al aceite y sus derivados. En 1947 exportaba aceite a los cinco continentes, expansión que le llevaría a crear en 1968, con seis empresas más, la sociedad Hispanoliva, que alcanzó presencia internacional, con factorías en Río de Janeiro (Brasil), Baltimore (Estados Unidos), Roma (Italia) y Colonia (Alemania), ciudad donde también crearía una filial, de nombre Musa, para atender mejor a la clientela internacional.

Edficios que se alzan en la actualidad sobre el nuevo barrio.

Edficios que se alzan en la actualidad sobre el nuevo barrio. / Óscar Barrionuevo

Pero Baldomero Moreno no se limitó al aceite, salsas y derivados, pues para diversificar sus inversiones abarcó paralelamente otros negocios. Así, desde 1946 mantuvo durante un cuarto de siglo la granja avícola Los Ángeles, productora de aves de raza. A principios de los años cincuenta adquirió las bodegas Benavides, de González Byass, situadas en Aguilar de la Frontera, negocio que trasladaría a Córdoba en el 77. En 1953 creó los laboratorios farmacéuticos Medical, ligados al popular dentífrico Anticariol (cuyo spot publicitario, que tiene grabado el grupo Mocedades, compuso su amigo Ramón Medina). Y en 1968 abrió en Huelva la fábrica de tableros Tamsa, aplicados a la producción de mesas, pupitres escolares y otros muebles. La última iniciativa comercial, ya póstuma, fue la creación de un negocio de bricolaje.

Su faceta de mecenazgo

Pero la dedicación de Baldomero Moreno a su emporio empresarial no lo distrajo de su vocación social y cultural como mecenas, en la que destaca la estrecha colaboración con el llamado obispo blanco en la asociación benéfica La Sagrada Familia, que construyó unas 5.000 viviendas sociales en las nuevas barriadas de Fray Albino y Cañero. También se implicó, como hermano mayor, en la reactivación de las hermandades de Santo Domingo y Linares y el consiguiente impulso popular de sus romerías, tras unos años de atonía. Otras muchas ayudas las ejerció desde la sombra, con discreción, entre ellas la aportación en 1968 de 20.000 duros de entonces para dotar el premio de un concurso musical que creó un nuevo baile, las cordobesas, que pretendía contrarrestar la penetración de las sevillanas. La Real Academia de Córdoba reconoció y agradeció su mecenazgo recibiéndole en 1990 como académico de honor en el transcurso de una afectuosa sesión cuyas intervenciones están recogidas en el Boletín 118 (enero-junio 1990).

Exterior de la fábrica Moreno S.A.

Exterior de la fábrica Moreno S.A. / B.M.M.

Pero Baldomero Moreno rehusó reconocimientos y cargos públicos. Y aquí me permitirá el lector una anécdota personal. Corría el año 1984 cuando preparaba el libro Memorias de Córdoba, una serie de conversaciones con cordobeses mayores que contasen sus vidas y obras. En la lista tenía anotado el nombre de Baldomero Moreno como uno de los posibles entrevistados. Me recibió amablemente en su despacho y tras exponerle el proyecto, que escuchó con atención, me dijo con tono amable que endulzara su negativa: «Mire, Solano, una vez me propusieron ser alcalde de Córdoba, y me negué por no salir en los papeles». Y es que le tenía alergia a cualquier tipo de protagonismo. Su respuesta fue argumento suficiente como para no insistir.

El ocaso

Sin embargo, a aquel empresario triunfador, creador de un emporio industrial, no lo acompañó la suerte póstumamente, pues cinco años después de su óbito (1995) murió también su primogénito, Baldomero Moreno Furriel, a quien sucedió su hijo Baldomero Moreno Mantecón, nieto del fundador. Pero la maldita crisis iniciada en 2008 pasó una cruel factura, que se agravó en los años 2011-2013, ejercicios saldados con pérdidas a raíz de finalizar un importante contrato con Mercadona, que absorbía entonces gran parte de la producción. Aquello desembocó en un expediente de regulación de empleo. Finalmente, la sociedad familiar entró en crisis hasta el punto de declararse en quiebra y no superar el concurso de acreedores, lo que desembocó en su liquidación, decretada en mayo de 2015 por el juzgado de lo Mercantil de Córdoba.

En su fábrica lanzó una línea de productos que popularizaron la marca Musa

Algunas marcas y productos del grupo han podido sobrevivir al ser adquiridos por empresas del sector, como es el caso de la famosa marca Musa, de mayonesas y salsas, el emblema de Moreno SA, que pasó primero a manos de Dcoop -la antigua Hojiblanca- y desde 2017 pertenece al grupo sevillano Ybarra, que la mantiene viva en el mercado.

Inspirada por Julio Romero

Tan cordobés se sentía Baldomero Moreno que la marca Musa tiene relación con el pintor Julio Romero de Torres, pues deriva del título del famoso cuadro Musa gitana, como me confirma ahora su nieto. El fundador se reunió un día con sus más próximos colaboradores para idear una marca. Uno de ellos propuso Musa gitana, pero a Baldomero Moreno le pareció muy larga, prefería una sola palabra. El empleado exclamó: «Las musas no nos inspiran hoy». Y enseguida lo vio claro el empresario: «Se llamará Musa».

Una de las fotografías de este reportaje muestra a unas obreras de la sección de envasado de aceite, lo que da pie para hablar de la vocación social que Moreno Espino ejercía sobre sus trabajadores, pues en los duros años de posguerra montó para ellos comedores gratuitos, economatos subvencionados, aulas de enseñanza para analfabetos y atención médica para enfermos y accidentados cuando aún no existía la Seguridad Social.

Anuncio de la salsa de tomate Musa.

Anuncio de la salsa de tomate Musa. / B.M.M.

Nuevo barrio

El nuevo barrio que va surgiendo en sus antiguos terrenos ha borrado toda huella de aquella importante fábrica, que, ya en ruinas, acabó siendo refugio de una colonia rumana. Ahora el Ayuntamiento ha tenido el detalle de bautizar con el nombre del empresario Baldomero Moreno Espino una de sus calles, un guiño al pasado que mantendrá su nombre allí donde se levantó su buque insignia.

En septiembre de 2020 la periodista Isabel Leña titulaba así un documentado reportaje en estas páginas: «Córdoba cuenta con un nuevo barrio en la antigua fábrica de Baldomero Moreno», en el que informaba sobre la terminación de las obras de urbanización del Plan Especial de Reforma Interior Chinales 2 (que los técnicos abrevian en PERI-CHI-2).

En poco más de dos años el nuevo barrio ya es una realidad, como evidencian los compactos bloques de hasta ocho alturas que se alzan como gigantescas fichas de dominó donde antes hubo naves industriales. A los cercanos vecinos de Fuente de la Salud y Virgen de las Angustias les sorprende el brusco crecimiento en altura de los edificios, con pretensiones de rascacielos, situados frente a los suyos, de cuatro alturas. Un salto muy repentino visualmente para aquella zona por la que crece Córdoba gracias a la transformación del suelo industrial en residencial. Pero tan aparente disparate lo compensa el plan especial con generosos viales y zonas verdes, menos mal.

Operarias envasando latas de aceite en la fábrica de Musa.

Operarias envasando latas de aceite en la fábrica de Musa. / B.M.M.

El reportaje de Isabel Leña detalla las cifras básicas de la operación: los terrenos del PERI suman 54.491 metros cuadrados con capacidad para 700 viviendas, aunque el nuevo barrio totalizará el doble cuando se incorporen otros proyectos.

Firma el plan especial el arquitecto Luis García de Viguera mientras que su colega Rafael de la Hoz Castanys ha proyectado los edificios del conjunto residencial Tribeka, con cuidada atención al diseño, marca de la casa. Promotora del nuevo barrio es la multinacional Kronos Homes -liderada por Saïd Hejal, un empresario de origen libanés residente en París-, que adquirió los terrenos a la sociedad Hivernia, participada por Noriega y Moreno S.A., cuando entró en concurso de acreedores. ¿Cómo se llamará el nuevo barrio, nombre que, a diferencia de los topónimos callejeros que son competencia del Ayuntamiento, suelen imponer los propios habitantes con el uso? Sería impropio llamarlo Chinales pues confundiría tan selecto conjunto con su vecino polígono industrial. ¿Qué tal Musa, o Fuente de la Salud?

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