La pandemia del coronavirus trajo consigo un término que en España aún no era del todo conocido: el teletrabajo. El confinamiento obligó a los trabajadores a quedarse en casa y aprender a marchas forzadas cómo realizar su labor a distancia. Un año antes de la pandemia, en el 2019, apenas el 5% de los trabajadores españoles teletrabajaba. Unos meses después, la cifra se disparó. No son pocos los que opinan que el teletrabajo ha venido para quedarse, sin embargo, la mejora de la pandemia y el avance de la vacunación ha provocado que las oficinas vuelvan a llenarse. Según un estudio de la consultora Hexagone, el 87% de las empresas españolas recuperarán la presencialidad este mes de septiembre, pero lo harán con la intención de aplicar un modelo mixto, es decir, permitiendo a los empleados compaginar sus horas laborales entre casa y la oficina.

A nivel cordobés, tanto la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO) como los sindicatos UGT y CCOO reconocen que no existen datos concretos, aunque la percepción general es que la vuelta al trabajo presencial es un hecho, más allá de que ciertas empresas hayan abrazado el teletrabajo y apuesten por ese modelo mixto.

Fuentes de CECO señalan a este periódico que el impulso «evidente» al teletrabajo vino con la pandemia, lo que también obligó a plantear una normativa que cubriera los derechos de trabajadores y empresas frente a un modelo apenas conocido. Para ello, en septiembre del año pasado se alcanzó un acuerdo entre el Ministerio de Trabajo y los empresarios y sindicatos que desembocó en un decreto respaldado con mayoría absoluta del Congreso para regular el trabajo a distancia.

Aunque se llegó a un consenso, señalan las mismas fuentes de CECO, lo cierto es que «no se ha avanzado mucho». Las apreciaciones propias de la Confederación apuntan a que han sido las propias empresas las que han propiciado protocolos y organizaciones internas para regularse en este sentido.

Desde UGT, el secretario de Acción Sindical en Córdoba, Jaime Sarmiento, confirma la máxima de que durante este mes se recuperará gran parte de la presencialidad perdida. Como razones de apoyo aporta el regreso de las vacaciones, la incorporación de trabajadores que hasta ahora seguían en erte y también un aumento de la actividad, además de cierta relajación en las restricciones aplicadas por la pandemia.

La clave está, apunta Sarmiento, en que aquellas empresas que mantengan el teletrabajo, aunque sea mediante un modelo mixto, garanticen el cumplimiento de la normativa. Esa normativa, recuerda el sindicalista, establece una serie de puntos relacionados con los horarios, el reparto de los gastos o la dotación de material necesario para trabajar fuera de la oficina. «El teletrabajo no puede suponer más gastos para el trabajador, y más en una coyuntura de precios de la electricidad en la que nos encontramos», advierte.

Desde UGT sí abogan por mantener el teletrabajo en aquellos puestos en los que sea posible, «siempre respetando la ley y el derecho a la desconexión digital». Y en el caso del regreso de la presencialidad, exigen una «reincorporación segura». 

Por su parte, la secretaria de Empleo de CCOO en Córdoba, Ana Belén Acaiña, puntualiza que en el sindicato se ha constatado que muchas empresas han tenido a empleados teletrabajando «no como modalidad de trabajo, sino por el covid», por lo que «realmente no se han planteado continuar el teletrabajo como sistema».

Acaiña advierte además que existen empresas que «no están cumpliendo con sus obligaciones de proporcionar al empleado los medios para trabajar», como pueden ser el ordenador o cubrir parte de la factura de internet o de la luz y con ello, añade, «ahorran».

Desde Comisiones insisten en que el teletrabajo se ha visto sobrevenido por la pandemia, y que no existe una tendencia a mantenerlo como «modelo de trabajo». De ahí que, al igual que en UGT, entiendan que la presencialidad volverá a ser «mayoritaria» una vez finalicen los expedientes de regulación temporal del empleo y mejore también la situación sanitaria.

Acaiña aboga por un sistema «híbrido» que combine presencialidad y trabajo a distancia. La razón, evitar que existan «perjuicios» por aplicar el teletrabajo únicamente, como pueden ser «el aislamiento, el presentismo -la dificultad para desconectar del trabajo- o la merma de oportunidades de ascenso, entre otras». 

Los trabajadores prefieren la oficina

El 80% de los trabajadores prefiere la oficina al teletrabajo, al menos tres días por semana. Así lo destaca un estudio de la consultora Hexagone, que también asegura que el 87% de las empresas recuperará la presencialidad en septiembre.

La empresa de recursos humanos S&You también aporta algunas claves en este sentido. Por un lado, apunta que muchas empresas han optado por realizar turnos de trabajo para evitar la acumulación de personas en las instalaciones. Esta realidad ha dificultado las conexiones sociales entre los trabajadores y ha provocado conflictos entre los equipos por falta de comunicación personal. Por ello se recomienda volver a las oficinas de una forma «consciente» para buscar entornos colaborativos, sin tener que llegar a la presencialidad total.

La misma empresa señala que las empresas deben adaptar los procesos de reclutamiento a la nueva normalidad. Con la vuelta a la presencialidad, regresan las entrevistas de trabajo cara a cara, siendo primordial contar con protocolos de seguridad adecuados para garantizar la seguridad de todos los presentes. Aunque las entrevistas telemáticas son la opción preferida para muchas empresas, existen determinados puestos de trabajo que requieren de la presencia física.

Añade, además, que tanto la vuelta a la oficina como trabajar a distancia suponen un deterioro de la salud mental del trabajador. Muchas empresas optan por garantizar apoyo psicológico a sus trabajadores para garantizar una mejor adaptación y conseguir su máximo rendimiento.