David Serrano, informático, entiende que en su sector es «donde menos sentido tiene ir a la oficina». Explica que en su empresa, en la mayoría de ocasiones, los empleados trabajan con clientes que están en otros países y que en pocas ocasiones existe la conexión con compañeros para temas meramente laborales. Sí reconoce que trabajar desde casa puede suponer algo de «soledad», pero también apunta que existen numerosas herramientas de comunicación con las que interactuar con el resto de la plantilla. Serrano señala que el teletrabajo, y especialmente el que se aplica en su sector, permite tener la oficina en cualquier ciudad, siempre que exista una conexión privada, lo que supone el beneficio de ahorrarse los largos trayectos hasta el trabajo que implican las grandes ciudades. «Yo no volvería a una oficina a no ser que fuera por algo muy concreto», manifiesta este informático, que sí señala la necesidad de que existan inspecciones laborales en el ámbito del trabajo a distancia como existen en la presencialidad. «Mientras se cumplan las horas y los proyectos y no se difumine la línea entre lo laboral y lo personal, yo siempre elegiré el teletrabajo», sentencia.