El presidente del Partido Popular de Córdoba, José Antonio Nieto, propuso ayer ante unos 600 militantes y simpatizantes reformar la organización, tal y como se hizo en 1990, cuando José María Aznar tomó las riendas de Alianza Popular, cambió las siglas y protagonizó un giro hacia la conquista del centro político. Además, Nieto animó a los populares andaluces a convertirse en "la vanguardia del PP que necesita España", liderando un cambio en las formas y el fondo, que pasa, dijo, por abrir el partido a las bases. El exalcalde de Córdoba propuso una refundación de su partido, con el horizonte temporal puesto en el 2019 y la incertidumbre, encima de la mesa, de su propio futuro político, que muchos sitúan en Madrid --a la reunión acudieron los diputados del PP por Córdoba, Rafael Merino y Fernando López Amor, que pugnan por repetir en las listas a las generales--, pero que él mismo no ha despejado todavía.

El exregidor llamó a los suyos "a construir el PP que quiere la inmesa mayoría de Córdoba" y a convertirse en el partido "que buscan muchas personas que quieren participar en política, pero que no saben cuál es el canal adecuado".

PARTIDO REFORMISTA Posiblemente espoleado por el fracaso electoral de las municipales, los profundos cambios estructurales provocados por la crisis, los casos de corrupción y el auge de las nuevas tecnologías, el exalcalde de Córdoba reconoció ante los suyos que "hace falta hacer cambios y mejorar cosas". El primer indicio de que algo se mueve en el PP fue la propia convención de ayer, la primera de este tipo organizada en Córdoba y que el presidente regional, Juanma Moreno, animó a imitar en el resto de provincias andaluzas.

"En el adn del PP está ser un partido reformista, que cada vez que llega a los gobiernos aplica reformas con valentía", defendió Nieto, para quien este encuentro permitirá al partido "crecer, mejorar, ser más fuerte y sólido".

El presidente de los populares de Córdoba explicó que el objetivo de la convención de ayer, que se celebró en la Facultad de Derecho, es organizar el partido de una forma distinta a la empleada hasta ahora, incorporar las nuevas tecnologías, ampliar las fórmulas de participación, fomentar el debate interno y escuchar "la voz de los simpatizantes, no solo de la militancia, y de los colectivos sociales y ajenos al partido". El presidente popular tachó de "incomodidad sana" la crítica externa a la organización y alentó a que esa comunicación se convierta en "un flujo permanente con la tecnología". También aseguró que "vale la pena abordar el proceso y asumir los riesgos que se puedan generar".

Nieto le reconoció dos cosas a la izquierda española: su capacidad de movilización y su pasión por la política y por participar. "Esa pasión necesitamos que la tengan los afiliados y militantes del PP", aseguró, aunque dijo que no se puede pedir "una fe ciega" y que hay que dar algo a cambio. También consideró una ventaja de los partidos de izquierdas haber encontrado un enemigo común que los vertebra: "Hay una parte de la sociedad tremendamente movilizada contra algo, no por algo, una parte de la sociedad que cree que todo es política y que el culpable de todo es el ideario del PP". Sin embargo, reconoció que "hay otra parte de la sociedad que rechaza la política, que cuando llegan las elecciones se queda en su casa", y ante ello quiere demostrar a estas personas que "la política que el PP defiende es tan buena como la mejor" y que "consigue los mejores resultados". Por último, el presidente de los populares animó a los militantes a participar en la confección de un nuevo modelo de partido y a sus compañeros a "aplicar las soluciones que plantean para que la apertura la perciban todos los que forman parte del PP y los que no, y los que buscan una herramienta de participación política para que no decidan otros p