Gudelj, más allá del valor: un capitán singular para el Córdoba CF

El regreso del central serbio, 132 días después de sufrir ante el Racing de Ferrol la lesión cardiaca que hizo peligrar su vida, emocionó a El Arcángel

El defensa, que lució el brazalete de capitán, fue claro protagonista en las acciones que definieron el primer Trofeo Puertas de Córdoba ante el Cádiz

El Córdoba CF - Cádiz del Trofeo Puertas de Córdoba, en imágenes

El Córdoba CF - Cádiz del Trofeo Puertas de Córdoba, en imágenes / A.J.González

Francisco Merino

Francisco Merino

Fue la imagen del verano, del año, de la historia del Córdoba CF. La escena que casi todo el mundo pensaba, allá por el pasado 25 de marzo, que no se volverá a producir. Dragisa Gudelj (Breda, 1997) entró en El Arcángel para disputar ante el Cádiz el primer Trofeo Puertas de Córdoba con la camiseta de titular y el brazalete de capitán, escuchando el eco de la grada con cánticos en su honor. Las mismas gargantas que enmudecieron 132 días antes cuando el futbolista salió en una ambulancia tras desplomarse sobre el campo en un partido ante el Racing de Ferrol se afanaron, con la emoción multiplicada, por celebrar un episodio inédito en el fútbol español. Gudelj es el primer jugador que competirá con un DAI -desfibrilador automático implantable- instalado ese corazón que se le paró en una muerte súbita aquella infausta tarde y que ahora vuelve a latir al compás del Córdoba CF, al que el indómito deportista podrá calificar con absoluta propiedad como el club de su vida.

"Sé lo duro que es todo"

«Soy de Serbia y sé lo duro que es todo. Mi padre perdió a su hermano en la guerra cuando tenía 21 años. La vida te da esos golpes y tienes dos caminos: o sigues adelante y te haces más fuerte o te quedas sufriendo y pensando en lo malo que te ha pasado», reflexionaba el futbolista en una entrevista en este periódico en las vísperas de su regreso al estadio en el que se le ha encumbrado como un símbolo de resistencia. Los gritos de «¡Gudelj, Gudelj...!» retumbaban por toda la ribera del Guadalquivir en una tórrida noche de agosto que quedará grabada en la memoria de quienes presenciaron un suceso nunca visto: el regreso al fútbol, en tiempo récord, de un hombre que estuvo al borde de dejarlo todo y se rebeló contra el destino.

El Córdoba CF - Cádiz del Trofeo Puertas de Córdoba, en imágenes

El Córdoba CF - Cádiz del Trofeo Puertas de Córdoba, en imágenes / A.J.González

Después del suceso de muerte súbita, el paso por el quirófano y una recuperación sobre la que sobrevolaban las lógicas dudas -existía, eso sí, el precedente en Inglaterra de Eriksen- , Gudelj empezó a volar pronto. Apenas 111 días después del accidente cardiaco volvió a vestirse de corto en Montecastillo, en un amistoso a puerta cerrada ante un Sevilla en el que juega su hermano, Nemanja Gudelj, una referencia en el equipo sevillista tras ganarse el respeto y una renovación hasta 2026 en Nervión. El menor de los Gudelj también recibió el respaldo del Córdoba CF, que le amplió el contrato hasta 2025 y anudó los destinos de ambos en un objetivo compartido: crecer y entrar en el mapa de las grandes ligas del país.

En el centro del foco

Desde que apareció en el calentamiento, Dragi se encontró con el foco de atención sobre su figura. El destino quiso que el adversario en el día de su reaparición en El Arcángel fuera el Cádiz CF, club en el que el serbo-neerlandés tuvo una etapa en su filial. Allí aspiró durante un puñado de meses a ganarse una oportunidad en el primer equipo que nunca le llegó. En medio del mercado invernal de la 21-22 se incorporó a un grupo que iba embalado en la Segunda RFEF. Encajó pronto, hizo amigos -su complicidad con Simo se hizo especial- y se reveló como una pieza clave en la línea defensiva. Gudelj fue titularísimo siempre, hasta el día en el que todo dio un giro inesperado.

El Córdoba CF - Cádiz del Trofeo Puertas de Córdoba, en imágenes

El Córdoba CF - Cádiz del Trofeo Puertas de Córdoba, en imágenes / A.J.González

Toca empezar de nuevo y el futbolista aborda el reto con una táctica singular: hacer como si nada hubiera pasado. Aunque bien sabe que no es así. «Vale, Dragi, estabas muerto en el campo, no se puede decir de otra manera. Es lo que hay», explicó sobre su situación. Volvió a entrenar, a competir en amistosos... y le llegó el momento de situarse de nuevo en el mismo lugar en el que sucedió todo. Fue en la primera edición del Trofeo Puertas de Córdoba. Llevó el brazalete de capitán, el dorsal 8 -simbólico para el cordobesismo pues fue el que lució el considerado mejor futbolista de su historia: Juanín- y asumio con valiente naturalidad el protagonismo.

A los 81 minutos agarró el balón para lanzar un penalti cometido sobre Adilson. Marcó y lo celebró ante el fondo, llevándose la mano al corazón. El Arcángel alumbraba a su ídolo. El torneo veraniego llegó, tras empate cadista, a los lanzamientos desde el punto de penalti. Todos marcaron... hasta que llegó el último turno para Gudelj. El balón se estrelló en el larguero. Al serbio lo abrazó el meta rival, Conan Ledesma, mientras la grada le aclamaba, Se puede ser el mejor sin ser perfecto.

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