REPORTAJE

José Bretones, doctor del Córdoba CF: «Gudelj es uno de los futbolistas más controlados del mundo»

El jefe de los servicios médicos blanquiverdes relata el proceso del central serbio desde su muerte súbita hasta su alta competitiva

"Con un episodio de muerte súbita de este tipo, teníamos claro que del hospital no podía salir Dragi sin el DAI", explica el galeno que vigila día a día al futbolista

Dragisa Gudelj y José Bretones posan en El Arcángel tras un entrenamiento del Córdoba CF.

Dragisa Gudelj y José Bretones posan en El Arcángel tras un entrenamiento del Córdoba CF. / A.J. GONZÁLEZ

Ignacio Luque

Ignacio Luque

José Miguel Bretones (Córdoba, 1 de septiembre de1975) es el jefe de los servicios médicos del Córdoba CF y fue uno de los primeros en atender a Dragisa Gudelj cuando el pasado 25 de marzo sufrió un episodio de muerte súbita en El Arcángel, durante el partido contra el Racing de Ferrol. Además, es el hombre sobre el que recae la responsabilidad del control del jugador en su regreso al fútbol profesional. El doctor cordobés se emociona en algún que otro momento durante la charla sobre el jugador serbio y comenta con naturalidad la manera en la que ha sido y será su día a día, partiendo desde aquel fatídico encuentro contra el Racing de Ferrol. «De buenas a primeras giré la mirada y vi la posición que tenía. Indicaba que posiblemente no era una lipotimia ni un mareo banal, porque su posición era de libro abierto, con el tono muscular perdido».

El galeno reaccionó raudo: «El doctor Escribano ya lo estaba valorando y prácticamente en cinco segundos estábamos encima de él y en 20 segundos se detectó que era una parada cardíaca. Automáticamente salí a por el desfibrilador», que se encontraba en su despacho, en El Arcángel. Precisamente, a principio de la pasada temporada, seis meses antes del incidente «habíamos hecho un curso de RCP (reanimación cardiopulmonar) con los fisios y el equipo médico, que vino una compañera intensivista de Málaga a darlo y todo funcionó muy bien». Bretones prosigue el relato del momento en el que Gudelj entró en parada. «Antonio Flores salía con el desfibrilador y yo llevaba las drogas por si hacía falta una RCP avanzada, en caso de que no se pudiera revertir con la RCP básica. Cuando salí fuera, tuvimos la suerte de que el doctor Segura estaba en la grada y bajó a ayudarnos y, al tener un cardiólogo en la reanimación, pues lo pusimos un poco al mando del operativo, porque él está habituado a trabajar en esas situaciones». A los tres minutos y medio «entró en ritmo sinusal, afortunadamente».

Así funciona el desfibrilador implantado a Dragisa Gudelj.

Así funciona el desfibrilador implantado a Dragisa Gudelj. / RAMÓN AZAÑÓN

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Ambulancia a Reina Sofía

Bretones reconoce que «nuestro interés era que la ambulancia lo llevara al hospital universitario Reina Sofía -que es un centro de referencia- lo antes posible y por eso le dije al doctor Escribano que le acompañara en la ambulancia mientras nosotros veíamos la suspensión y todo el resto del tema que rodeaba al partido».

«Le podía haber dado ese día o no le podía haber dado nunca», comenta el galeno sobre las causas por las que Gudelj sufrió el episodio de muerte súbita. «A veces se suman factores. Es evidente que cuando las frecuencias cardíacas son más altas se favorecen este tipo de procesos», admite, aunque indica que «hay jugadores a los que también les ha dado fuera del ritmo de un partido. Fíjate en Dani Jarque, que le dio estando en la cama, en el hotel de concentración y sin realizar actividad física», recuerda de forma elocuente. Por ello, Bretones conviene que «fue una suerte que ocurriera en ese día. No quiero ni pensar si hubiera ocurrido cuando jugábamos en Segunda RFEF, en algunos de esos campos en los que jugamos, con aquella limitación de medios». No lo dice el doctor, pero vienen a la memoria campos como el de Tamaraceite o Realejos. «Con todos los respetos», dice, «pero lógicamente, son sitios bastante complejos en evacuar en ambulancia y todo eso». Por lo tanto, Bretones da «gracias a Dios» de que el incidente ocurriera en El Arcángel y de que todo saliera bien. «Hemos ayudado a iniciar antes, pero cuando es una persona con la que convives día a día, que es como de la familia, es complejo y duro», admite un Bretones que da síntomas de estar afectado al recordar.

José Bretones, en la puerta de su despacho en El Arcángel, con la nueva señalética de espacio cardioprotegido.

José Bretones, en la puerta de su despacho en El Arcángel, con la nueva señalética de espacio cardioprotegido. / A.J. GONZÁLEZ

El Córdoba CF vivió una segunda vuelta complicada en lo deportivo, la pasada temporada, pero Bretones descarta que el incidente con Gudelj fuera la causa, aunque se le pregunta si afectó al grupo. «Claro. No estamos hablando de… El fútbol es un deporte, un negocio, como queramos, pero no va la vida de las personas en ello. Así que cuando ocurre un episodio de estas características te das cuenta de que lo importante es la vida de las personas», afirma con vehemencia. «Evidentemente, afectó y mucho al grupo. Si yo, que estoy acostumbrado a estas situaciones, me voy a casa y prácticamente no puedes dormir, no das crédito a lo que ha pasado y eso que salió todo bien, pues imagínate, porque hay personas que son más sensibles, otras menos… Considero que ese partido contra el Racing de Ferrol lo hubiéramos ganado y eso hubiera sido a lo mejor un despegue. Pero esa situación nos hundió un poco más. Yo por lo menos, personalmente, pienso eso», defiende el doctor del Córdoba CF.

Siguiendo con el relato del incidente, se le recuerda al médico aquella llamativa intención del futbolista por seguir jugando, una vez recuperada la consciencia. «Claro. Porque para él no ha pasado nada. Él corta y enciende. No ha pasado nada. Cuando vio la cara de su padre, de su entrenador, y el consejo del doctor Segura, el mío, diciéndole que no, que se tenía que ir, fue cuando entendió la situación. Pero fueron momentos de mucha confusión», rememora.

¿Y las horas más duras de todo el proceso? «Las horas mas duras, a mí se me…». Bretones debe cortar unos segundos la charla, por la emoción. «Desde que detectamos que es una parada cardíaca son segundos eternos. Segundos eternos hasta que conseguimos reanimarlo (vuelve a emocionarse). Desde el momento en el que el doctor Escribano y yo nos miramos, sabíamos que estaba muerto», asevera, categórico. «Sabemos que la responsabilidad de revertir esa situación es nuestra. Y es que es un ser que es querido», reconoce. «Es una situación muy compleja. Desde que salgo a por el desfibrilador y vuelvo, eso se hizo un mundo. Cuando ves que entra en ritmo sinusal y está vivo es un respiro. Cuando ya llegamos al hospital yo ya estaba tranquilo, porque podía pasar cualquier cosa, pero la fase más dura había pasado».

Del salvavidas al barco

Una vez en el Hospital Universitario Reina Sofía llega cierto momento de calma. De agarrar el salvavidas con ansiedad se ha pasado ya a un barco, porque «era muy raro que en un hospital pueda volver a repetir y eso termine en una muerte del paciente».

Tras lograr la estabilidad cardíaca del paciente y amigo, llega el momento de buscar la estabilidad emocional y de búsqueda de información. «Cuando llegamos al hospital ya era la incertidumbre de confirmar que no se había pasado nunca nada en los reconocimientos médicos, que no había nada estructural, que es lo que se intenta descartar en un reconocimiento médico. Así fue. En la misma puerta de urgencias me pidieron las pruebas y desde que estoy a cargo de los servicios médicos del club las pruebas las archivamos digitalmente en la nube, encriptadas y automáticamente se las mandé al médico de urgencias para que tuviera constancia».

Gudelj y Bretones, durante el entrenamiento del Córdoba CF en el Arruzafa Golf, hace unos días.

Gudelj y Bretones, durante el entrenamiento del Córdoba CF en el Arruzafa Golf, hace unos días. / A.J. GONZÁLEZ

Son momentos en los que llega la serenidad paulatinamente tras la tensión vivida y se intenta conocer la causa, la raíz de lo que ha pasado. «Lógicamente, desde que él ingresó todas las pruebas volvían a dar normal. La ecocardiografía era normal, el electrocardiograma daba normal, por lo que no se sabía qué es lo que había pasado. Me preguntaron y les mandé las pruebas y me dijeron que eran normales. Me puse en contacto con el cardiólogo de mi clínica, que era el que lo había valorado. Me mandó las ecocardiografías, que eran normales y ya tocaba realizarle pruebas que eran más complejas que nos dieran con la tecla de lo que había pasado».

Desde el Hospital Universitario Reina Sofía hubo contactos, a través de Bretones, con el Sevilla (su hermano Nemanja es futbolista rojiblanco), para descartar un origen congénito en el incidente de Gudelj. «Si se da la opción de que sea una cardiopatía congénita hay que vigilar a todos los familiares, sean deportistas o no lo sean. Afortunadamente, no fue así. Estuvimos en contacto valorando las situaciones, claro», comenta Bretones, que remarca la importancia del Reina Sofía. «En Córdoba creo que sí valoramos lo importante y, en este caso, tener el hospital Reina Sofía, que es una referencia nacional, incluso mundial en trasplantes, por ejemplo. Pero también en cardiología, especialidad en la que es referente. Ya tuvimos la suerte aquel día de que estaba el doctor Segura con nosotros. Y la unidad de arritmia que tiene también es un referente. Estaba en las mejores manos que podía estar. Es una apuesta de valor lo que tenemos en Córdoba y es de justicia felicitar al Servicio de Cardiología del Reina Sofía y en general a todo el centro por la manera en la que se portaron en este episodio y por la gran calidad asistencial que tiene». 

Los especialistas del Reina Sofía fueron los que estudiaron a fondo a Dragisa Gudelj. «Tuvieron que mandar algunas pruebas fuera, porque son pruebas atípicas, digamos. Son pruebas que se hacen en sitios satélite y mandan las pruebas de toda Europa e incluso del mundo allí», detalla Bretones.

Todos tenían claro que la solución para el futbolista era la implantación del desfibrilador. «Con un episodio de muerte súbita de este tipo, teníamos claro que del hospital no podía salir Dragi sin el DAI. Había que explicárselo a él, concienciarlo a él y a su familia y hacerles ver la situación». Bretones razona que la situación no era nada fácil, ni para el futbolista ni para su familia. «Si pensamos lo que ocurrió, estás jugando un partido, te despiertas y te dicen que te tienes que poner un desfibrilador y que lo del deporte tenemos que hablarlo… Son cambios demasiado bruscos», comenta el galeno, que recuerda que «desde primera hora, el doctor Segura y yo hablábamos diariamente e incluso viéndonos allí en el hospital, pero estaba claro que el DAI… Dragi tenía que salir con él implantado del hospital, jugara o no al fútbol».

Sobre el dispositivo que vigila ahora el corazón de Dragisa Gudelj, el doctor Bretones informa de que «hay dos formas de implantarlo. Nosotros, hablando con el doctor Segura, decidimos colocarlo en el axilar, porque es una zona más protegida. Para los deportes de impacto tiene una contraindicación relativa el uso del DAI y en esa zona del cuerpo está más protegido». Su funcionamiento es el de un centinela cardio-tecnológico: «Hay una sonda, un cable que va al ventrículo derecho. Si reconoce una anomalía en la circulación eléctrica del corazón, pues realiza unas pequeñas descargas para intentar regularizarlas y si ya detecta que no lo consigue de esa manera o detecta un paro cardíaco, genera una descarga. Es una especie de marcapasos, aunque distinto, digamos que es más inteligente. Luego, es bastante simple. Además, tiene la capacidad de realizar una descarga completa de datos, para que así el servicio de cardiología o el fabricante, con su hardware de control detecte cualquier episodio», remarca Bretones.

En el doctor Bretones confluyen estilos de vida que coinciden, en cierta manera, con Dragisa Gudelj, más allá de la cercanía experimentada en estos años en el club. Compite en categoría máster en judo en torneos internacionales y sufrió «un «flútter» cardíaco en el que me tuvieron que cardiovertir. Eso hizo que todo lo que pensaba Dragi lo supiera ya de antemano», asegura. «Te haces muchas preguntas, tienes muchas angustias. Y, ojo, no se puede comparar un «flútter» cardíaco con una parada cardíaca», advierte el galeno. «Al principio tienes un periodo de asimilación, porque es difícil hacerlo. Al principio te lo tomas como si no hubiera pasado nada, porque es difícil de asimilar y, conforme van pasando los días y ves que te quedas en el hospital y te hacen más pruebas es cuando vas asumiendo que ha pasado algo», explica el médico sobre el proceso psicológico por el que tuvo que pasar el futbolista serbio. «Yo a él siempre lo he visto muy fuerte. Dragi es muy fuerte. Pero sabía que llegarían los fantasmas, los miedos, y así se lo transmití, que había que hacerlo con tranquilidad, con ayuda si hiciera falta», explica, refiriéndose a un posible apoyo psicológico, «pero con la certeza de que con la dureza que él tiene no habría ningún problema. Pero esa etapa había que pasarla. Siempre le vi muy entero. Quizás la mayor angustia, aunque es algo que tiene que decirlo él, fue hasta saber qué había pasado y si podía seguir jugando. Porque su objetivo, desde el primer momento, era intentar seguir jugando», explica el jefe de los servicios médicos del Córdoba CF.

El día a día tras el implante

A nadie se le escapa que, a partir de ahora, profesionalmente es todo un reto tener el control de un futbolista que, al igual que Christian Eriksen o Daley Blind (recién fichado por el Girona), jugará al fútbol a más alto nivel con un desfibrilador implantado. «Soy de los que piensan que la medicina debe avanzar. Me gusta innovar, buscar tratamientos nuevos que tengan efectividad y conformarnos sólo con que esto era una situación compleja y que la mejor solución era no dar un paso adelante, creo que no hubiera sido honesto ni para el Córdoba CF, ni para los servicios médicos del Córdoba CF, pero principalmente, para Dragi». No duda Bretones en asegurar que en aquellos días de marzo y jornadas posteriores «era el momento de asumir responsabilidades. Se estudió y se habló, con el doctor Segura y con todos los responsables. Y, al final, un episodio único en un paciente sin cardiopatía estructural, con la legislación que hay actualmente, había posibilidad de jugar. ¿Que ha sido un reto para el servicio médico? Pues sí», admite el doctor, que reconoce un momento singular. Incluso las situaciones más serias o aparentemente preocupantes pueden provocar una sonrisa posterior. «El otro día, en el amistoso contra el Sevilla en Montecastillo, se agachó de una manera menos ortodoxa de lo habitual para subirse las medias y yo casi me meto en el campo». De hecho, no fue el único que se sobresaltó durante ese instante.. «Lo hablé con el doctor Segura y me reconoció que su hijo -también cardiólogo- lo estaba viendo por la TV y tuvo que apagar el aparato». Un día que ahora se rememora con una sonrisa pero que suponía un examen para Dragisa Gudelj y para los propios doctores que han estado alrededor de él en estos últimos cuatro meses. «Para mí, el partido contra el Sevilla era la primera vez que tenía una situación similar a la competición por lo que era una prueba de fuego. ¿Respeto? Pues sí, pero afortunadamente fue bien, los entrenamientos van bien, no ha vuelto a tener ningún episodio y Gudelj está más fuerte que nunca y más seguro que nunca», asevera. La tranquilidad parece no haberla ganado sólo Gudelj, de manera paulatina, sino todo su entorno, también el profesional. De hecho, el doctor Bretones afirma categóricamente que «Dragi es uno de los futbolistas más controlados del mundo», por lo que ese partido ante el Sevilla fue la meta traspasada, el objetivo puesto a finales de marzo.. «El partido contra el Sevilla tenía de amistoso nada más que el nombre, no el apellido (ríe). La situación de competición ya se ha superado con los entrenos y los amistosos, tanto por parte de él como la nuestra. Ahora, sólo debe seguir con sus controles y nada más», afirma con gesto relajado.

"Lo hemos conseguido"

El incidente también ha provocado que Bretones reclame mayor cobertura de cardioprotección en El Arcángel. «Aparte de los que tenemos, disponemos de tres desfibriladores, pero creo que en la parte de arriba del estadio, en la que está el público, debería haber desfibriladores. Debería haber porque en una situación de emergencia y con tanto público, como había aquel día, se genera una situación de confusión y no sabes bien lo que pasa».

De vuelta a Gudelj, Bretones también comenta los controles que debe pasar el futbolista, controles «con el DAI para comprobar que todo funciona correctamente. Además, él está monitorizado continuamente. También comprobamos distintos dispositivos de cara a tenerlo monitorizado. Hay un imán, por ejemplo, que lo que hace es inhibir la actividad del DAI por si hubiera alguna descarga no prevista, para anularla, y también hay un «cardiac» para ver el ritmo cardíaco en caso de querer monitorizarlo de nuevo. Aparte de eso, tiene su situación normal, aunque teniendo en cuenta que hay ciertas máquinas de rehabilitación que no podemos utilizar», maquinaria que en ocasiones se ha de utilizar para detectar lesiones en jugadores. En este punto, el doctor Bretones relaciona aparataje, máquinas u objetos con los que Gudelj debe guardar, a partir de ahora, cierta distancia. «En la resonancia magnética habría que ver qué tipo de dispositivo es para confirmar si puede o no puede. Los sistemas electromagnéticos aplicados directamente sobre el tórax están contraindicados. Los «tens» (parches para electroestimulación) están contraindicados. Ya lo saben todos los servicios médicos, para que no haya problema. Tampoco es bueno poner el móvil encima del dispositivo o demasiado cerca, a menos de 60 centímetros. Vallas eléctricas, tampoco, ya que deben estar al menos a 60 centímetros», en una relación de dispositivos a los que ya se ha habituado el propio futbolista a tener en cuenta a la hora de moverse y hacer su vida normal.

Para finalizar, el doctor Bretones reconoce que tras el encuentro en Montecastillo, ante el Sevilla, «nos dimos un abrazo que celebraba y resumía todo lo que ocurrió este tiempo atrás. Un abrazo que decía: «Lo hemos conseguido». Era la prueba a superar». Lo cuenta el galeno con los ojos aún brillosos, por lo que la pregunta era obligada. ¿Cuándo fue la última vez que se emocionó como en esta entrevista? «Hace cuatro meses, cuando vi el vídeo de Dragi tumbado sobre el césped».