Entrevista | Rafael León Gómez Socio número 1 del Córdoba CF

"Nunca he gritado a los futbolistas del Córdoba CF"

Rafael León, socio número 1 del Córdoba CF

Manuel Murillo

Ignacio Luque

Ignacio Luque

Nació apenas dos meses después del fin de la Guerra Civil y lo mismo que su padre le inculcó la pasión por el fútbol haciéndole socio del Real Club Deportivo Córdoba, él también lo hizo con sus hijos. Fue socio fundador del actual Córdoba CF con apenas 15 años y ya a principos de los 70, con apenas 32, era el socio 123. No podía ser de otra manera: el nuevo socio número 1 del club de El Arcángel, el que releva al mítico Rafael Campanero Guzmán como decano del cordobesismo, también se llama Rafael y, además, fue orfebre. Casi 80 años renovando su compromiso en blanco y verde de forma ininterrumpida hacen memoria.

Estaba predestinado a ser del Córdoba, porque ya su padre…

Sí, porque de pequeño, mi padre ya iba al estadio América y nos llevaba a mi madre y a los tres hermanos al bar Playa a esperar la salida del fútbol. Pero yo en el estadio América sólo entré para hacer la instrucción, no fui al fútbol, pero cuando se inauguró El Arcángel viejo ya me llevaba mi padre. Yo iba sin carné ni entrada y mi padre me metía “al pescozón” y como vio que yo tenía afición, que me gustaba y que no le daba la lata, pues ya me hizo socio al año siguiente. Ese carné que ves ahí, del RCD Córdoba, de 1946.

Su padre vivía el fútbol.

Mi padre lo vivía todo, el fútbol, los toros, el baile y el cante (ríe). Sí, vimos debutar a Tinte, fíjate tú, que se fue traspasado al Atlético de Madrid por 600 pesetas creo recordar, y desde que Tinte empezó a jugar en el Atlético de Madrid a mí me gustaba el club, lo seguía. Entonces era el Atlético Aviación, el mismo escudo que ahora, pero con dos alitas.

Me decía lo de ser socio del RCD Córdoba.

Con siete años me hizo socio mi padre, con siete años. Y fui socio hasta que desapareció en el 1954. Recuerdo un partido contra el Betis, aquí, que ganó 1-0 y ascendió a Segunda División, que fue el último partido del RCD Córdoba. Un equipazo de miedo tenía el Betis. Me acuerdo sobre todo de Luis del Sol, porque después fue el más conocido, de extremo izquierda. Tenía aquel Betis un extremo derecha que se llamaba Peñafuerte, también Barinaga, Sobrado… El portero, que era un tal González que jugó también aquí y en el Melilla. A ese portero le seguí yo porque era bueno. Y aquel fue el último partido que jugó el RCD Córdoba. Luego, como Córdoba CF, José Ramón de la Lastra era el dueño del campo, pues lo tenía desahuciado porque el RCD Córdoba no le pagaba el alquiler. Pero el RCD Córdoba, el primer partido de su existencia lo jugó en el San Eulogio. Con jugadores del San Álvaro, como Mariscal, defensa izquierdo, el portero, Sansi y José María Jiménez Camargo, el hermano de mi barbero (ríe). Ese jugador, Jiménez Camargo, fue el que marcó el primer gol del Córdoba CF en el San Eulogio. Al año siguiente ya se revolucionó la cosa, porque Alfonso Cruz Conde se hizo con la presidencia, el Ayuntamiento compró El Arcángel a José Ramón de la Lastra y empezó a funcionar mucho mejor todo. Se fichó a José Juncosa como entrenador, vino a Córdoba y se trajo a una cantidad de chavales de Madrid tremenda. Algunos de ellos se hicieron amigos míos, como Sánchez Rojas, José Luis Navarro, Josín –delantero centro-, un tal Marín que jugaba de 4, de medio-ala que se decía entonces… Todos salíamos en pandilla.

Varios de los carnés y títulos de Rafael León, tanto en el RCD Córdoba como en el Córdoba CF.

Varios de los carnés y títulos de Rafael León, tanto en el RCD Córdoba como en el Córdoba CF. / MANUEL MURILLO

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Se hizo amigo de ellos.

Sí. Y Navarro siguió siendo mi amigo hasta su fallecimiento. Y también lo era de Juanín, que vivía aquí al lado.

Me habla de los problemas económicos del RCD Córdoba. Vamos, que los líos económicos siempre han existido en el Córdoba.

Toda la vida (ríe). Toooda. El tesorero de aquel club en los inicios era Antonio Benítez Guerra, que era amigo de mi padre y se veían en la Sociedad de Plateros. Y comentaba ya entonces los horrorosos problemas que tenían para pagarle a la gente. Vamos, que no tenían para pagarles. Y ya entonces había buenos futbolistas en el RCD Córdoba. Estaban Valero, que se fue luego al Sevilla y fue internacional; Monerris, que fue al Málaga, un tal Felipe, que jugaba de defensa derecho, que era un fenómeno y se fue al España de Tánger. Cuando quedaron libres al desaparecer el club pues tiraron cada uno por su lado. Y un portero que se llamaba García Ojeda, que vino del Jaén, y que era un fenómeno. Y además estaban los de siempre, Paco Muñoz, Ángel Moreno o Jorge Sosa, que era un delantero tinerfeño que cuando marcaba metía al balón con el portero dentro de la red (ríe).

¿La mejor época del Córdoba CF fue la de Primera en los 60?

Sí, claro, la de Primera. Fueron siete años seguidos en Primera, aunque hubo unas temporadas mejores que otras. Recuerdo al final, con Kubala de entrenador, la última en Primera, que ya se bajó a Segunda. Ficharon a Fernando Argila de entrenador y fue un desastre. Luego llegó Kubala y empezó a sacar gente de aquí. Rafael Jaén empezó con Kubala aquel año y si dura la Liga cuatro partidos más se salva el Córdoba CF. Ganaron al Atlético, al Barcelona… Para mí es gustoso recordar aquellos años.

Luego, la cosa ya no fue tan bien.

Sí, en los años 70 la cosa empezó a bajar y bajar. Otro entrenador que funcionó bien después de aquello fue Iosu Ortuondo, que vino de jugador, se retiró y estuvo de entrenador. Con gente de aquí se ganaba por goleada siempre. Mansilla le metió seis al Brenes. Que era Tercera, por supuesto, pero que para meter seis goles en un partido hay que chutar. Y aquella temporada marcó 33 goles. Lo mismo que Paco Muñoz, que terminó de jefe de personal en el hotel Córdoba Palace, era muy bueno. Jugaba en el RCD Córdoba y lo hacía de medio y de interior. Pero una vez jugó contra el Granada como delantero centro y marcó cinco goles. Ganó 5-0 el Córdoba CF y todos los metió Paco Muñoz.

Rafael León lleva anotados en una libreta todos los jugadores del Córdoba CF, por posiciones.

Rafael León lleva anotados en una libreta todos los jugadores del Córdoba CF, por posiciones. / MANUEL MURILLO

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De esta última etapa, desde que el club se hizo SAD, qué es lo que recuerda.

Rafael Gómez se gastó mucho dinero y no consiguió nada. Y luego llegó Manolo Oviedo y casi sin dinero, sin equipo y sin ‘ná’ logró el ascenso (ríe). Luego, estando Palma Marín de presidente vino el Villarreal, que iba a subir a Primera, se trajo media ciudad de Villarreal. Le cedieron la preferencia a la afición visitante y a los socios del Córdoba CF los pasaron a tribuna. Y como perdió el equipo, le liaron una al pobre de Palma Marín… No veas, lo pusieron verde los socios de preferencia.

¿El mejor momento que recuerde usted en El Arcángel?

Hay muchos. Yo lo he pasado muy bien muchas veces. Nunca le he chillado a los futbolistas. Con lo que pasó el año pasado en la segunda vuelta veía que muchos sí lo hacían, pero yo me callo. Veo y callo. Ha habido muchos momentos felices en El Arcángel. Y los ascensos. El partido del primer ascenso a Primera, en Huelva, aquel 0-4, fue un partidazo. Con Miralles, que marcó tres goles.

Siendo los años que eran, iba gente a Huelva hasta en moto.

Sí, sí. Aquello fue una feria. Y cuando salíamos después del partido y los coches enfilábamos la carretera había abuelas con escobas gritándonos que habíamos robado el partido (ríe). Fue apoteósico. Me acuerdo perfectamente del equipo. De Riaji, que era un buen elemento, se comentó aquí que se ofreció para que le renovaran jugando de balde para seguir en Córdoba y no quería volver a su país. Luego, hace poco vino por aquí, me he enterado que preguntó por Juanín y todo, cuando Juanín ya había fallecido.

¿Un presidente del Córdoba CF?

(Silencio). Una vez me peleé con uno por defender a José María Romeo, porque es amigo mío. Que ese salvó al Córdoba CF de una debacle firmando un pagaré de 30 millones de pesetas, que los ha pagado él. Y José María García se metía mucho con él con lo de “el sacamuelas”. Un día en La Coruña hablando con el gerente del hotel tuve que decirle que no era sacamuelas, sino doctor en odontología. Le dije que quienes teníamos que echar en todo caso a José María Romeo del Córdoba CF eran los socios del Córdoba CF, no José María García, que le tenía tirria a Romeo porque era muy cercano al presidente de la RFEF de entonces, Pablo Porta. La verdad es que no me he fijado mucho ni en presidentes ni en entrenadores. El otro día me preguntaron por entrenadores y me acordé luego de Vavá. Con Vavá el equipo jugaba de dulce, pero no ganaba. El equipo jugó una vez en Madrid y nos metieron cinco o seis goles y le preguntaron a Vavá si el Córdoba CF no había jugado “demasiado alegre”. Y Vavá respondió que no se nos había muerto nadie para jugar tristes (ríe). El equipo jugaba muy abierto y muy bien, pero no ganaba. Por eso lo echaron. Al año siguiente se presentaron varios a la presidencia, entre ellos Mifsut y Herzog Galiot (Romeo iba con él) y a mí me pidieron el voto. Y Ramiro Angulo, que iba con uno de los aspirantes me dijo que una de las primeras cosas que iban a hacer es echar a Vavá y le contesté que entonces que no contaran con mi voto, porque como yo había visto jugar con Vavá al equipo no lo había visto nunca.

El Córdoba CF siempre ha vivido muchas etapas complicadas en la dirigencia.

Muy complicadas, con muchos encierros en los que no cobraban los jugadores. Y lo de Jesús León, últimamente, ha sido de verdad… Nos puso un escudito de oro, nos invitó a comer en el Círculo de la Amistad, que luego sale en la prensa lo que sale, que no le pagaba la otra parte a Carlos González, por lo visto. Pero yo nunca he estado en las interioridades del club. Yo me fijaba siempre en lo deportivo, en ver los partidos.

Rafael León, con su título de socio fundador del Córdoba CF y el carné como socio número 1 del club blanquiverde.

Rafael León, con su título de socio fundador del Córdoba CF y el carné como socio número 1 del club blanquiverde. / MANUEL MURILLO

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¿Qué equipo le trae mejores recuerdos?

Tengo una foto por ahí firmada por jugadores. Era en Primera División (temporada 1964-65) y se le ganó al Zaragoza 2-1. Estaban Reina, Simonet, Mingorance, López, Martí, Ricardo Costa, García Pradas, Juanín, Miralles, Tejada y Cabrera. Ese equipo jugaba muy bien. Lo entrenaba Ignacio Eizaguirre.

¿Y si hablamos por puestos?

El mejor portero, Reina, el que ha llegado más lejos, porque aquí ha habido buenos porteros. Jáuregui, que estuvo siete u ocho temporadas. Otro, Vallespir. Burgueña. Juancho Benegas, por supuesto. Pero Reina fue el que más lejos llegó, Barcelona, Atlético, internacional y de Córdoba. Los laterales, Simonet y Navarro. Los centrales derechos, Paco Jémez y Mingorance. Los centrales izquierdos, Pierini y Raúl Bravo. Raúl Bravo estuvo un año nada más, pero a mí me gustó cómo jugaba y además fue vital en el ascenso en Las Palmas. Laterales izquierdos, Verdugo y Toni. Verdugo creó escuela en el Espanyol, porque tras Verdugo allí llegó Soler, que jugaba igual que Verdugo, creó escuela. En el mediocampo, tres, Juanín, Roberto Fernández, que era un figura y me olvido de uno: Rafael Múgica. Jugaba en el Atlético de Madrid y fue internacional también. Ese jugador estuvo aquí una fase de ascenso en el año 1955. Y decían que Juncosa tenía que ir a por él a la taberna para ir a jugar (ríe). Se metía en la Sociedad de Plateros, en ‘El 6’, en la calle Duque de Hornachuelos, y lo sacaba de allí un poco alegre. Pero se ponía las botas y no veas cómo mandaba en el campo. La gente se volvía loca: “¡Música, maestro! ¡Múgica, maestro!”. Y en el mediocampo, también, Daniel Onega. Y José Antonio Reyes, pero es que estuvo muy poco tiempo. De extremo derecho, Jara, el paraguayo, que fue internacional estando en el Córdoba CF y le hicieron un boicot que no veas. Jugó un partido internacional con España y no le pasaron ni un balón a pesar de hincharse de correr. Era paraguayo, descendiente de españoles y los demás se pusieron de acuerdo y no le pasaban balón. De interior derecho, Juanín. De delanteros, Mariano Mansilla o Javi Moreno. De extremo izquierda, Cabrera, paraguayo, que tenía una carrera en corto tremenda. Era muy veloz en poco espacio y bueno técnicamente, en el regate y el centro.

Anécdotas las habrá vivido de todos los colores.

Bueno, yo he llegado a estar cuando aquel que vendía avellanas en El Arcángel se tiró al campo detrás del árbitro (ríe). Eso fue en otro Córdoba-Betis, en el antiguo El Arcángel, claro. Los vestuarios estaban detrás de la portería del gol sur, el árbitro corrió para la caseta y se equivocó y se metió en la portería. No podía salir de la red y el otro llegó con la cesta de las avellanas y empezó a darle. Y en el campo gritaban “toma, toma” (ríe). Aquí recuerdo yo dos invasiones de campo y ambas contra el Betis. Los árbitros eran, uno Cotanda y otro, Villena. Y otra vez, con Gardeazábal, que uno saltó con una cámara fotográfica en la mano agarrada de la correa y se fue detrás de él para darle. Y Gardeazábal era buen árbitro, igual que Ortiz de Mendíbil. Después había otros que… Sánchez Arminio. Sánchez Arminio nos tenía enfilados y ha llegado hasta a presidir el Comité Técnico de Árbitros. Los arbitrajes no han sido ecuánimes con el Córdoba CF. He visto rojas a jugadores nuestros que a rivales no eran ni tarjetas.

El ascenso de Cartagena también fue un buen momento en el Córdoba CF.

Aquel ascenso fue épico. No pudo ir gente de Córdoba. A los mismos directivos no los dejaron entrar al palco. A mí me lo cuenta un directivo que estuvo allí, Antonio Jiménez Camargo, que fue una encerrona. Tuvieron que meterse entre el público sin decir quiénes eran. 

Ha estado usted en todos los estadios de Córdoba, incluso en los que ya no existen, como el América.

Sí, en el América estuve en los partidos de los colegios, no en los del RCD Córdoba. Estaba situado a las espaldas de lo que ahora es la Gerencia Municipal de Urbanismo. Allí es donde hacíamos la instrucción los soldados de Artillería. Allí había todos los años campeonatos de los colegios y se veían muy buenos partidos en el estadio América. Después se quedó el Ayuntamiento con esos terrenos y lo edificaron, aunque no todo, porque encontraron vestigios romanos.

¿Y de la actualidad del Córdoba CF?

 Pues vamos a ver este año. El año pasado, la primera vuelta sensacional y una segunda que fue un desastre. No sé qué pasó. No tengo elementos para juzgar para que un equipo que jugó tan bien en la primera vuelta, hiciera luego lo hizo en la segunda. Mi sobrino vive en Madrid y fue a ver el partido en León y me comentó que le encantó cuando ganó 0-3. Después, cuando jugó en Madrid o Alcorcón, que ahí empezó la cosa a fallar, yo eché de menos en aquel partido a Javi Flores. Vi al equipo como sin alma, sin nadie que lo dirigiera.

¿Y con quién va al fútbol?

Solo. Siempre he ido solo. El año pasado fui con mi hijo, que se hizo socio también. A mis dos hijos mayores los hice socios desde que nacieron. El mayor hubiera seguido si hubiera seguido vivo. El segundo dejó de ir cuando fue creciendo, las nenas y esas cosas, por lo que dejé de pagarle el abono. Y ahora se ha hecho socio otra vez. Pero ya no llega al número uno (ríe). Si no se hubiera dado de baja… Ahora, la verdad es que necesito a alguien cuando bajo la escalera del estadio, me da algo de vértigo. Subirla lo hago bien. Pero sigo yendo a El Arcángel, a pesar de estar en tratamiento médico. Cojo el autobús y me deja en la puerta de casa.

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