El nuevo Córdoba CF crece y supera al filial en su segundo test veraniego

Sigue en velocidad de crucero, sea cuál sea el ensayo. El nuevo Córdoba CF sumó su primera victoria veraniega en el test amistoso frente al Córdoba CF B en la Ciudad Deportiva (2-1), partido de impacto, alto voltaje y temperatura, en el que más de un centenar de aficionados de todas las edades vivieron vibrando desde la grada, con un abanico de tres goles, dos por un lado, uno por el otro, para endulzar la segunda prueba de la puesta a punto de los de Iván Ania, que dejaron una vez más grandes sensaciones frente al renovado conjunto adiestrado por Diego Caro, también con un aluvión de notas positivas como respaldo tras la pugna fratricida. Los goles los apuntaron un Álex Sala que comienza a dibujar su presencia en el mediocampo califal, un Antonio Casas entonado y decidido a que la 2023-2024 sea su temporada y, por contra, un jovencísimo Denis González que no dejó pasar la oportunidad de estrenarse con el filial desde el punto penalti, dentro de una matinal plagada de apuntes y nuevos mecanismos para los dos conjuntos de referencia blanquiverdes.

Manda la veteranía

La pelota empezó en el tejado del primer equipo. Los de Iván Ania, con la vitola de la categoría y veteranía de su lado, se adueñaron del esférico desde el primer pitido. El dibujo también fue significativo, con la entrada de Carlos Marín, Carlos Albarrán, Adri Lapeña, Adri Castellano, Calderón, Diarra, Álex Sala, Simo, Carracedo, Kike Márquez y Antonio Casas de inicio, un once de gala -también el único prácticamente dibujable sin la inclusión de piezas de la cantera-. Simo Bouzaidi, precisamente, abrió la hoja de ocasiones con celeridad, hilando una vaselina exquisita que se alojó en las mallas por encima de Eric Ruiz en el primer minuto, previo pase de Adri Lapeña, aunque el empate inaugural se mantuvo por posición irreglamentaria del hispano-marroquí. Fue un aviso. Carracedo, muy activo en el arranque, también se animó poco después probando suerte con un chut lejano, al igual que hizo Diarra, dejando un zapatazo desde la frontal que inquietó aunque una vez más no sorprendió a Eric.

Desde el otro lado no hubo respuesta. El arranque pasó a ser un monólogo en el que otras figuras como Kike Márquez -destacado en la cita- comenzaron a sentirse especialmente cómodos. El sanluqueño, artífice de buena parte del peligro cordobesista durante el primer acto, secundó la intentona de abrir la lata en repetidas ocasiones exhibiendo buen tono físico y sintonía con sus compañeros, tras un registro de hasta dos disparos escorados, ambos cercanos al gol, y una asociación brillante con Antonio Casas que, entre tacones y destellos de calidad, junto a un caño incluido, a punto estuvo de romper las tablas iniciales.

El dominio se tradujo en renta una vez cumplida la media hora, entonces por mediación de un Álex Sala erigido como dueño del mediocampo. El barcelonés, una vez completada su puesta a punto física particular y ya sumado de lleno a la dinámica del equipo, tanto sobre el terreno de juego como en las dinámicas de entrenamientos, evidenció calidad y despliegue, también pegada. El 1-0, de esta forma, salió de una transición brillante en la que el organizador cedido por el Girona -y último fichaje blanquiverde hasta la fecha- no dudó a la hora de improvisar un misil desde la frontal, con la colocación exacta y la potencia justa para superar el entramado de piernas de la zaga canterana y llevar el electrónico a la ventaja para los de Ania.

Cambio de ritmo

El gol acentuó las diferencias. Si el Córdoba CF había salido con una marcha más al tapete de las instalaciones del Camino Carbonell, el viento a favor terminó de confirmarlo como cacique del encuentro. Ese fue un espacio en el que, tan solo dos minutos después de la primera diana, aprovechó para suscribirse con mucho intención el propio Antonio Casas, sacando el máximo partido a una transición rápida tras robo en campo contrario a la que el rambleño, sin pensarselo, puso el broche con otro zapatazo lejano, igualmente bien dirigido que dejó en nada la estirada de Eric Ruiz y llevó el 2-0 al automático. Y la superioridad era palpable.

Los de Diego Caro, por otra parte, en mitad de ajustes, reajustes y cambios de planteamiento para frenar el empaque del primer equipo, igualmente buscaron recortar distancias por mediación de Pau Russo, incisivo desde el perfil zurdo y acompañando de forma permanente por Álex López en el costado, también seriamente implicado en tareas ofensivas y defensivas. 

El jovencísimo carrilero cordobés -promocionado al Córdoba CF B este año en edad de juvenil-, precisamente, continúa destapándose como una de las grandes noticias de la presente pretemporada cordobesa, tanto para la primera como para la segunda escuadra, con un arsenal de recursos en ataque -en la segunda mitad pasó al primer equipo, actuando como extremo izquierdo- y en la zaga, velocidad para medirse con cualquiera y temple y calidad para ser diferencial en los últimos metros, como demostró en repetidas pugnas con Carlos Albarrán. Ese un escenario, además, también evidenciado en sus numerosos duelos frente a Carracedo, en los que el catalán tanteó una y otra vez al lateral sin suerte hasta la marcha a vestuarios.

Sello del filial

El entreacto modificó el dibujo por completo. Ambos onces pasaron a tener presencia casi exclusiva del filial e incluso el juvenil entre sus líneas, dejando tan solo a Lluís Tarrés y a José Calderón -único que disputó todo el encuentro- como estandartes del primer equipo sobre el terreno de juego, junto a la posterior reentrada de Christian Carracedo -puntual- en el esquema. No hubo minutos, no obstante, ni para el extremo Adilson Mendes, el central Dragisa Gudelj ni el mediocentro Cristian Delgado, con los dos últimos todavía guardando cierta cautela tras encontrarse entre algodones durante las últimas sesiones de trabajo del equipo, debido a molestias por sobrecarga en estos primeros compases de pretemporada.

Sí participó acompañando al primer plantel buena parte del conjunto filial que hasta el intervalo actuó de homólogo, con el cambio de bando de futbolistas como el propio Álex López, Marc Esteban y Álex Jiménez, junto a la entrada de Jan Reixach -ya recuperado de su proceso vírico-, Matías Barboza, Óscar Jiménez y Paco Fernández. Por la otra parte, en los pupilos de Diego Caro la reforma también fue total, dando paso a una horda de jóvenes talentos -principalmente del juvenil- de la cantera para vestir la propuesta del Córdoba CF B hasta el término del encuentro.

Entre idas y venidas, un juego más ajustado y la igualdad hecha tónica dominante, finalmente, el minutero se consumió con el esférico emplazado a la lucha en el mediocampo y un breve inciso para ocasiones esporádicas desbaratadas de forma coreografiada por Lluís Tarrés y Eric Ruiz, casi indistintamente, entre las que el joven Denis González, juvenil de la entidad, encontró el espacio justo para alterar una última vez el resultado desde el punto de penalti, ganando el pulso de los once metros a Tarrés y llevando la contienda al 2-1 que acabó siendo definitivo.

Suscríbete para seguir leyendo