Empleo

El trabajo agrario se estabiliza pero sigue el reto de mejorar las condiciones laborales

La cifra de ocupados desciende un 5% en los últimos diez años

La hostelería, el comercio y la industria son los nuevos destinos de muchos trabajadores del campo

Tareas de recolección del ajo en la Campiña cordobesa.

Tareas de recolección del ajo en la Campiña cordobesa. / FRANCISCO GONZÁLEZ

Belén Delgado (EFE)

El trabajo en el sector agrario se ha estabilizado en los últimos años, con cierta caída de la ocupación y de la eventualidad, si bien persisten los retos por mejorar las condiciones laborales y adaptar la actividad al cambio climático.

Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), en el primer trimestre de 2024 había en España un total de 765.800 ocupados en la agricultura, la ganadería, la silvicultura y la pesca, un 1% menos que en el mismo periodo de 2023 y el 5% menos que hace diez años.

Los datos de la EPA reflejan que el desempleo en la agricultura ha subido levemente en el último trimestre, hasta las 128.700 personas, mientras que el paro registrado en marzo por el Ministerio de Trabajo y Economía Social afectaba a 97.264 personas, con una caída anual del 14%.

La afiliación al Sistema Especial Agrario (SEA) del Régimen General de la Seguridad Social se ha situado en marzo en 678.619 personas, un 1% más que en febrero pero un 1,79% menos que en el mismo mes de 2023.

La eventualidad pasa de más del 50% al 34,2%

El responsable del Campo en Comisiones Obreras (CCOO) de Industria, Vicente Jiménez, ha señalado que en los últimos años ha bajado la afiliación después de que "las condiciones de precariedad y eventualidad hayan hecho que muchos trabajadores se hayan ido del sector a otros como la hostelería, el comercio o la industria". No obstante, percibe ahora "cierta estabilización" por el impulso que ha cobrado la figura del fijo discontinuo tras la última reforma laboral, de modo que la eventualidad ha bajado de una tasa anterior de más del 50% al actual 34,2%.

Varias mujeres trabajan en un invernadero.

Varias mujeres trabajan en un invernadero. / CÓRDOBA

"La mala noticia es que las mujeres siguen siendo las paganas en el campo español, puesto que todavía tienen un 38% de eventualidad y sus categorías profesionales son las más bajas dentro de las explotaciones agrarias", ha apuntado Jiménez.

La inflación, los factores climáticos adversos y la inestabilidad internacional han hecho retroceder un 2,6% la producción de la industria alimentaria española en 2023, si bien el número de afiliados ha crecido un 2%, más que en el resto de la industria manufacturera.

Menos empleo pero más cualificado

La climatología está influyendo en unas campañas agrícolas cada vez más cortas y en la sustitución de unos cultivos por otros que requieren menos agua, lo que supone una disminución de la mano de obra en el campo. El responsable de CCOO prevé un futuro con "menos empleo pero más cualificado", al igual que sucede con la digitalización y la mecanización, para lo que hace falta formación continua.

El secretario agroalimentario de UGT-Fica, Sebastián Serena, ha destacado la "injusticia" que sufren los trabajadores agrarios que no tienen las mismas prestaciones sociales que en otros sectores o, incluso dentro del propio sector agrario, entre regiones. Serena urge a renovar los convenios colectivos ya vencidos y agilizar el convenio estatal del campo que regule las relaciones laborales en todas las comunidades autónomas de manera homogénea.