El cardenal guineano Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, elogió ayer en Montilla la vida y obra de San Juan de Ávila, una figura que, como defendió, representa «un ejemplo a imitar por todo el mundo» y una «referencia» para todos los sacerdotes.

El prelado, que agradeció a la Corporación municipal su acogida antes de visitar la casa del Doctor de la Iglesia, aseguró sentirse «honrado» por estar en Montilla, «una ciudad donde han vivido tantos santos», lo que permite «poder conocerlos para imitar su vida y darlos a conocer al mundo entero».

Por su parte, el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, agradeció a la diócesis de Córdoba los actos que promueve cada año en torno a la festividad de San Juan de Ávila y que reúnen a más de 200 sacerdotes de la provincia, así como a varios obispos, encabezados por Demetrio Fernández.

Por su parte, el obispo de Córdoba puso de relieve el «importante apoyo» que supondrá para la difusión de la vida y obra del asceta manchego la visita del cardenal Sarah a Montilla, donde falleció el 10 de mayo de 1569 a los 69 años de edad.

La jornada festiva para el clero español comenzó en el antiguo templo de La Encarnación con el rezo de la Hora Menor. Posteriormente tuvo lugar la celebración de la misa, presidida conjuntamente por Demetrio Fernández y por Robert Sarah, responsable de la congregación de la curia romana encargada de la mayoría de los asuntos relacionados con la liturgia de la Iglesia católica y el ritual de los sacramentos.

El cardenal mantenía vínculos con Montilla gracias a su relación con José Cárdenas Zafra. No en vano, cuando el misionero montillano fue secuestrado en 1998 por la guerrilla de Sierra Leona, pudo luego refugiarse en la casa del propio Robert Sarah, que por aquel entonces era arzobispo metropolitano de Conakri y prestó ayuda y protección a José Cárdenas, superior de la orden de San Juan de Dios.