El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha sentenciado este jueves que la FIFA y la UEFA han ejercido un abuso de su posición dominante al bloquear el nacimiento de la Superliga mediante la amenaza de sanciones a los clubes y los jugadores que participaran en ellas. Una victoria rotunda para la Superliga, que renace como proyecto viable en el futuro tras dos años, y una derrota para el fútbol federado tradicional, que pierde de facto el monopolio sobre la organización de torneos internaciones de clubes.