Cancela el gimnasio: esta es la nueva 'pastilla' que han inventado unos científicos y que podría imitar los efectos del ejercicio

La búsqueda de la comodidad y la eficiencia es uno de los grandes mantras de nuestra época: una consigna que en muchas ocasiones se contradice con la de tener una buena salud y un buen físico. Hasta la fecha, para conseguir esto último lo normal es que necesitemos horas de sacrificio en el gimnasio, pero gracias a la investigación de un grupo de científicos podríamos llegar incluso a prescindir de esta necesidad que todos damos por sentado.

En los últimos días, se ha dado a conocer una investigación que estaría desarrollando una "pastilla del ejercicio" que muchos medios han presentado como una solución revolucionaria para mejorar el estado físico de aquellas personas que lo deseen de una forma prácticamente milagrosa que en principio no requeriría pasar por el gimnasio.

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Aunque los mensajes de los titulares son ciertamente impactantes, es importante tratar el problema con la seriedad y el rigor que se merecen teniendo en cuenta las limitaciones y preocupaciones asociadas con lo que hasta la fecha no es más que una nueva línea de investigación.

Qué es la famosa 'pastilla del ejercicio'

Según lo recogido por distintos medios de comunicación, la 'pastilla del ejercicio' es hasta la fecha poco más que un concepto que ha surgido a raíz del descubrimiento de ciertos compuestos que podría imitar los efectos del ejercicio físico en el cuerpo.

De momento, estos compuestos que solo han sido desarrollados y probados en roedores se dirigirían a proteínas especializadas llamadas receptores relacionados con el estrógeno (ERR) y que están implicadas en varios procesos fisiológicos.

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Los resultados, que acaban de ser presentados en el encuentro estival de la Sociedad Química Estadounidense, son prometedores en tanto que abren la puerta a que estos compuestos aumenten la resistencia musual y a mejorar la expresión genética asociada al ejercicio.

Por otro lado, también plantean la posibilidad de desarrollar aplicaciones terapéuticas si finalmente se confirman los resultados preliminares, lo que podría dar lugar al tratamiento de condiciones médicas como la atrofia muscular, la insuficiencia cardíaca o las enfermedades neurodegenerativas.

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A pesar de que el hallazgo ha tenido un gran impacto a nivel mediático, todavía es pronto para hablar de una aplicación a la vida diaria y, en cualquier caso, los profesionales advierten que esta opción nunca será sustituta del ejercicio por prometedora que resulte. En palabras del profesor de anestesiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis y cabeza visible del proyecto, Bahaa Elgendy, "si puedo hacer ejercicio, debería seguir haciéndolo, pero hay muchísimos casos en los que no es posible y se necesita un sustituto".