Los timbres de centenares de despertadores colgados del cuello señalaron ayer por la tarde el momento culminante de una concentración de más de 50.000 personas en Roma para apoyar la ley que legaliza las parejas de hecho, presentada por el Gobierno progresista de Romano Prodi y apasionadamente contrarrestada por la jerarquía católica. El anteproyecto, ahora en el Parlamento tras ser aprobado por el Ejecutivo, se conoce en Italia con las siglas DICO, en referencia a los derechos y deberes de quienes conviven, aunque muchos también usan las siglas francesas PACS. "¡Despierta ya! ¡Es hora de despertarse", rezaba el eslogan que presidió la concentración en la plaza Farnese, frente a la embajada francesa y cerca de la estatua de Giordano Bruno, quemado por la Inquisición y símbolo de los laicos italianos. La coloreada manifestación, a la que asistieron también los colectivos de gais y lesbianas de todo el país, contó con la presencia de tres ministros y dos viceministros del Gobierno, dos vicepresidentes del Congreso, dos secretarios de partidos de la izquierda y representantes de varios partidos de la mayoría.

Entre los participantes había muchos intelectuales y representantes de la cultura, como el director de cine Ferzan Ozpetek, cuyas obras retratan los cambios de la sociedad. Ante la muchedumbre, el verde Paolo Cento, viceministro de Economía, reconoció: "La sociedad civil está más adelantada que la política y que el mismo centroizquierda".

Además de las banderas multicolores típicas de mundo homosexual, en la plaza pudieron verse muchas pancartas contra el Papa, el Vaticano y la Iglesia en general, que estas semanas ha presionado contra ley.

Aunque ayer en la plaza Farnese había muchos católicos y políticos conservadores, el pensamiento oficial del Vaticano es que la ley "mina la familia tradicional".

LA ADVERTENCIA "Los católicos deben reflexionar sobre si de verdad los DICO son el mal menor", advirtió ayer Ennio Antonelli, obispo de Florencia. "El Papa es gay como nosotros", afirmaba perentoria una pancarta que enarbolaba un joven, al lado de varios disfrazados de obispos, con mitras en la cabeza en las que se podían leer frases como "Mejor gay que del Opus Dei", "Iros en PACS", "Liberemos el amor de las fobias religiosas" y "Zapatero santo ya".