El explorador y oceanógrafo francés Jean-Michel Cousteau explicó ayer en Bilbao que más urgente que buscar culpables por la catástrofe del Prestige es exigir a los dirigentes europeos el cambio de las leyes marítimas para que se prohíba, en un plazo máximo de cinco años, la navegación de buques monocasco que transporten sustancias peligrosas o petróleo.

Cousteau, que expresó ayer su adhesión a la denominada Declaración de Vizcaya sobre el derecho humano al medio ambiente, explicó que es imprescindible eliminar los cerca de 3.500 barcos de un solo casco que actualmente navegan con petróleo en sus bodegas, "empezando por los más antiguos, como el Prestige , que tenía 25 años y no estaba en buenas condiciones en cuanto a su estructura".

CENTRO DE EMERGENCIAS

El célebre oceanógrafo añadió que una medida oportuna sería crear centros de emergencia capaces de una actuación inmediata en caso de accidentes de petroleros. Igualmente, Cousteau opinó que las autoridades deben ponerse de acuerdo con celeridad para impedir la navegación de barcos con pabellones de conveniencia y con tripulaciones insuficientes para manejar con seguridad la nave.

"Los océanos se siguen utilizando como un gran basurero universal", criticó el explorador francés, una situación que calificó de "inaceptable". Para reforzar su denuncia, recordó que las consecuencias que la catástrofe del Prestige causará en Galicia no son sólo de carácter ecológico, sino que irán más allá y serán también de tipo social y cultural.

En Bilbao, Cousteau se reunió con el diputado general de Vizcaya, Josu Bergara, quien agradeció la adhesión del oceanógrafo a la Declaración de Vizcaya. Bergara explicó que Europa debe reflexionar sobre esta cuestión porque los derechos fundamentales "son insuficientes en materia de medio ambiente". El diputado general vizcaíno afirmó no tener ninguna duda de que "llegará un día en que será realidad la plena obligación jurídica del derecho humano al medio ambiente". En ese sentido, agradeció el apoyo de Cousteau.