Opinión | La vida por escrito

La creatividad y el futuro

Un diseñador reconoció hace poco que sus carteles fueron generados con la ayuda de la IA

El poder de la inteligencia artificial parece no tener límites. Un diseñador asiduo a los concursos de carteles reconoció hace poco que sus carteles, elegidos para anunciar eventos y fiestas por toda España, fueron generados con la ayuda de inteligencia artificial. El creativo, del que no se conoce trayectoria profesional en este terreno, aparentemente recibió una fuerte y repentina inspiración en 2022, quizás al ver el potencial económico de la IA a través de herramientas como Midjourney, Stable Diffusion o DALL-E. El caso de este creativo surgido de la nada no es excepcional. Se cuentan por cientos los casos sospechosos de creadores inspirados por la inteligencia artificial. La creatividad está cambiando de cerebro.

La creatividad humana se entiende como la capacidad de generar ideas innova-doras y valiosas. Y si bien no hay una respuesta definitiva sobre su origen, sí se sabe que la creatividad se apoya en diversas capacidades: la imaginación permite generar nuevas ideas; la flexibilidad cognitiva promueve la exploración de múltiples soluciones; el conocimiento y la experiencia proporcionan el material para la creatividad; la motivación impulsa la búsqueda creativa; y la disposición a tomar riesgos y tolerar la ambigüedad fomenta la experimentación. Todo ello nos hace creativos.

La irrupción de una IA capaz de generar textos, imágenes, música o vídeos plantea tanto posibilidades como desafíos para la creatividad humana en el mundo del arte. Por un lado, ofrece a los artistas nuevas herramientas y recursos para explorar y expandir sus ideas creativas. Sin embargo, también plantea la posibilidad de competencia con los artistas humanos. La integración de esta tecnología en la práctica artística requerirá una adaptación por parte de los artistas y una reflexión sobre el papel de la creatividad en un contexto donde las máquinas pueden generar contenido creativo. Será importante considerar cómo los artistas utilizan y se relacionan con la IA en su trabajo, y cómo esto puede influir en la percepción y el valor atribuido a la creatividad humana en el futuro.

El uso de la inteligencia artificial generativa en el mundo de la cartelería no es más que un pequeño ejemplo de cómo las máquinas de pensar están transformando todos los rincones de nuestras vidas, desde la fabricación robotizada de cualquier aparato, a la obtención y procesado de datos, la traducción, el asesoramiento especializado (jurídico, sanitario), la gestión económica y política, la investigación científica, el transporte autónomo, y cualquier actividad creativa y artística, desde la literatura, la pintura, la música o la cinematografía.

Las tecnologías son siempre disruptivas. Cuando una nueva tecnología demuestra ser útil, bien por generar nuevos productos o por mejorar la eficiencia o el coste, siempre hay efectos secundarios derivados del progresivo abandono de tecnologías más antiguas. Surgen nuevos trabajos, nuevas empresas y profesionales que hacen obsoletos e innecesarios a los viejos. A mayor velocidad y extensión del impacto tecnológico, los cambios se convierten en revoluciones. Es algo que ocurrió con la máquina de vapor, la electricidad, la telefonía, o los ordenadores. Todos esos desarrollos tecnológicos influyeron en cada ámbito de nuestras vidas. Y nos transformaron para siempre.

El caso de la inteligencia artificial es incluso más relevante. Porque, al contrario que los anteriores avances tecnológicos, que fueron asimilados como herramientas auxiliares, la IA se presenta como una posible amenaza real de la necesidad de la inteligencia humana, no ya en su poder de cálculo y resolución de problemas, sino en el propio poder de imaginación y creatividad. Y si nos dejamos llevar por la visión más derrotista, quizás la IA pueda llegar a ser un peligro para la propia existencia del ser humano. Pero eso no tiene por qué ocurrir, al menos mientras sujetemos las riendas de los caballos (el blanco y el negro, como decía Platón en Fedro) de nuestro destino.

* Profesor de la UCO

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