Opinión | entre visillos

Año de aniversarios

Diversos centenarios y otras efemérides anuncian un 2024 intenso en cultura

Nadie sabe, ni con una bola de cristal, lo que dará de sí 2024, lo bueno y lo malo que nos deparará. Pero lo que sí resulta más fácil de predecir son ciertos acontecimientos marcados por el calendario, que vienen porque tocan y bienvenidos sean. En el caso de Córdoba, además, se acaba de sumar a la agenda una gratísima sorpresa, aunque después de veinte años de espera ya era hora. Se trata de la apertura hoy al público de la biblioteca conocida popularmente durante su larga gestación como «de los Patos», por levantarse en estos jardines sobre el terreno de la antigua rosaleda, aunque su nombre es Grupo Cántico. Todo llega. Ya sólo cabe esperar que esta gran casa de los libros, nada barata por cierto (con tantos retrasos se ha puesto en más de veinte millones de euros) empiece con buen pie: que se la use mucho, tanto en consultas y préstamos como en aprovechamiento cultural de sus magníficas instalaciones; que disponga de personal y medios suficientes para rentabilizar la infraestructura y, por favor, que se la trate con respeto y pueda conservar, si no el olor a nuevo, sí la lozanía por mucho tiempo.

Volviendo a las citas programadas, el 2024 será rico en efemérides dignas de celebrar cumplidamente, tal como está previsto por parte del Ayuntamiento, la Diputación y la Junta, que unirán fuerzas. Serán cinco aniversarios correspondientes a otras tantas señaladas figuras cordobesas que garantizan un año bien entretenido. El primero, este mismo mes, es el centenario de la muerte del escultor Mateo Inurria, que dejó sembrada en muchos espacios públicos una obra que ahora se quiere destacar. Regresará el romanticismo musical al cumplirse en julio la centuria de otro fallecimiento, el del compositor Cipriano Martínez Rücker. Sin embargo, la cosecha más fértil será la de otoño, pues en octubre se recordarán los cien años del nacimiento del arquitecto Rafael de La Hoz Arderius y los doscientos de Juan Valera, el gran escritor egabrense, mientras que en noviembre se conmemorará con gran despliegue de actos el siglo y medio de la venida al mundo de Julio Romero de Torres, traca final de un año cultural muy intenso.

Pero antes de que todo esto llegue, hay un aniversario más que se traerá a la memoria desde mañana con una exposición colectiva. El Círculo de la Amistad cumplirá el 31 de mayo 170 años de su inauguración en el antiguo convento de las Nieves, y anticipa la celebración con una muestra colectiva de lo más granado de las artes cordobesas en el panorama actual. Con ella, la junta directiva encabezada por Pedro López Castillejo se suma a una arraigada apuesta de la entidad por la pintura y la escultura a lo largo de su historia. Tanto a través de fondos propios de notable importancia --reunidos con motivo del 150 cumpleaños en una magna muestra comisariada por Mariano Aguayo-- como por la constante voluntad de señalar por dónde respiran las novedades en cada momento. Así fue desde el umbral de los años sesenta del pasado siglo bajo la presidencia de Antonio Muñoz y Ramírez de Verger, que alentó la creación de salas de exposiciones de prestigio --y del cineclub dirigido por Rafael Mir, Joaquín Martínez Bjorkman y José Jiménez Poyato, un foro de libertad muy apreciado entre la progresía de la época--. Su labor fue continuada con igual tesón por otro presidente, Fernando Carbonell, quien además de promocionar las artes plásticas organizó unas jornadas sobre periodismo y las aún recordadas Conversaciones Nacionales de Teatro, donde dramaturgos e intelectuales se expresaron a sus anchas echando un pulso a la censura franquista. Y es que 170 años dan para mucho, y en todos ellos el Círculo ha sido reflejo de la sociedad de su tiempo. Felices cumpleaños.

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