Opinión | SEDIMENTOS

Fracaso escolar

«Si el profesor respeta al alumno, este también aprenderá a respetar a su tutor»

Cuando aún no se ha disipado la atmósfera tóxica que ha generado el último PISA, algún que otro informe suplementario subraya la frustración de los docentes en su devenir cotidiano. Así, hemos conocido que nueve de cada diez profesores de la enseñanza pública denuncia problemas de convivencia en las aulas, lo que conlleva elevadas dosis de desmotivación por parte del docente y un serio obstáculo para los alumnos que desean aprovechar al máximo sus opciones de formación. Un agravio endémico que planea sobre el profesorado es la carencia de autoridad para impartir su labor a salvo de todo tipo de insultos e, incluso, de agresiones físicas; a veces, el aula se torna un entorno hostil, con todas las secuelas negativas que semejante escenario entraña para todos los protagonistas implicados. Sin duda, existen numerosas iniciativas y proyectos en pro de una integración plena dentro de una convivencia envidiable. Es el caso de la Asociación Pajarillos Educa, una entidad que trabaja con la comunidad educativa del vallisoletano barrio de Pajarillos, donde cohabitan adolescentes cuyo origen procede de nacionalidades muy diversas. Javier Alonso, vicepresidente de la Asociación, indica que la clave del éxito educativo reside en poseer una inmensa empatía con el alumno, estimulando sus talentos en un ambiente lúdico y distendido, sin que ello suponga la pérdida del principio de autoridad: si el profesor respeta al alumno, este también aprenderá a respetar a su tutor, al tiempo que crecerá en autoestima y en seguridad. Cuando el docente es un referente válido, se hace viable y fructífero un intercambio de vivencias enriquecedoras propio de un contexto de multiculturalidad.

Por muy mal que termine un año realmente difícil, siempre será posible sentar las bases para que 2024 sea el punto de partida hacia un mejor futuro.

*Escritora

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