Cuando pensamos en aspectos que definan a Córdoba, nos vendrán muchos a la cabeza antes que el bullicio. No obstante, ni la capital ni buena parte de la provincia escapan del ritmo de vida actual, en el que todo va acelerado, con cada vez más estímulos y que nos obliga a estar conectados de manera permanente. Así que, si buscas un remanso de paz, bien sea de manera permanente o para una escapada de un fin de semana, te presentamos el municipio más tranquilo de Córdoba.

En busca de la calma en la Subbética

Y es que, la provincia de Córdoba, hay varios municipios pequeños que son una gran opción para relajarse y respirar aire puro. Entre ellos, podemos destacar Almedinilla, un pequeño municipio de menos de 2.500 habitantes en pleno corazón de la Subbética y cerca de las provincias de Jaén y Granada. Está a algo menos de hora y media en coche de la capital, por lo que es un lugar perfecto para desconectar un par de días.

El entorno natural en el que se encuentra también es propicio. Entre casas encaladas, olivares y el precioso río Caicena, en las calles de Almedinilla se siente y se respira la paz. La cascada y la poza de El Zurreón es buen ejemplo de esta paz y lugar perfecto para refrescarse en un enclave que goza de temperaturas más bajas que la capital. Su yacimiento romano y el poblado íbero del Cerro de la Cruz nos hablan de su pasado.

También merece la pena conocer el museo arqueológico, la antigua almazara y contemplar la torre del reloj, además de otros puntos a conocer del pueblo como la Mina de Agua o la plaza del Ayuntamiento.

Alojamiento

Si buscas pasar un fin de semana en Almedinilla, una gran opción es alojarse en la posada El Tropezón. Ubicada en la aldea de La Venta y entre olivares, huertas y cerezos, se trata de una casa de finales del siglo XIX que ha sido restaurada pero manteniendo elementos originales. Otra alternativa es la hospedería La Era, un hotel rural distinguido en varias ocasiones por Tripadvisor.

Torre del Reloj de Almedinilla. ayuntamiento de almedinilla

Festum

Ese mencionado pasado íberorromano cobra protagonismo todos los veranos con la celebración del Festum. Coincidiendo con el festivo del 15 de agosto, estas jornadas, que cada vez atraen a más visitantes, ofrecen representaciones teatrales, conciertos de música grecorromana, juegos, conferencias, exposiciones y hasta banquetes, todo con este importante legado como protagonista y siendo la excusa perfecta para conocer el municipio.

Durante el Festum, las calles del municipio trasladan al visitante a otra época. M. GONZÁLEZ