El origen del vino de la actual denominación Montilla-Moriles podría anclarse en la época de fenicios, griegos y romanos. Así lo afirman diversos autores que han abordado su historia y, por tanto, su trayectoria milenaria, concretamente con algo más de 2.000 años de antigüedad. El porqué de la elección de las tierras cordobesas para la producción de vino está directamente relacionado con las condiciones de los suelos de la zona, que es óptima. Se trata de una composición del suelo con margas calizas, el alberizo, así como a la meteorología y las precipitaciones.

Todo ello creaba un escenario propicio para el cultivo del viñedo y la obtención de un vino único con una graduación natural de entre 10 y 16 grados y sin necesidad de adición de alcohol.

Vinos generosos

En la historia vitivinícola cordobesa hay una fecha clave, 1944, que fue el año en el que se estableció la Denominación de Origen Montilla-Moriles. Hasta entonces, los vinos generosos se situaban prácticamente a la sombra del Jerez, que disponían de una red comercial más eficiente.

Al margen de Montilla-Moriles, Córdoba cuenta con dos de las denominadas indicaciones geográficas protegidas (IGP), Vino de la Tierra de Córdoba y Vino de Villaviciosa de Córdoba. El consejo regulador engloba viñedos pertenecientes en su totalidad o en parte a los términos municipales de Montilla, Moriles, Montalbán, Puente Genil, Monturque, Nueva Carteya, Doña Mencía, Montemayor, Fernán Núñez, La Rambla, Santaella, Aguilar de la Frontera, Lucena, Cabra, Baena, Castro del Río y Espejo.

Recogida de la uva en la denominación Montilla-Moriles. CÓRDOBABELLIDO

Entre los vinos que se producen en la zona Montilla-Moriles están los de tipo joven (con o sin envejecimiento), generosos (amontillado, fino, olorosos y palo cortado), de licor dulces (PX y moscatel) y los generosos de licor (licor, pale cream y cream).

La uva más característica de la Denominación de Origen de Montilla-Moriles es la Pedro Ximénez, que produce un vino de postre muy dulce y muy oscuro, tras un proceso de pasificación de la uva y la mayor parte de la cual se cultiva, en España, en esta zona situada en la provincia de Córdoba.

Caldos de las IGP

En lo que respecta a los mencionados vinos de las IGP de Córdoba y Villaviciosa de Córdoba, los primeros son tintos jóvenes, envejecidos y rosados con variedades como cabernet sauvignon, merlot, syrah, tempranillo, pinot noir y tintilla de Rota.

Los rosados, de color rosa pálido aligeramente anaranjado, son frescos con toques afrutados y gusto suave, armónico y característico.

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Los caldos de Villaviciosa, por su parte, son todos blancos, jóvenes o envejecidos y las variedades de uva que se utilizan son baladí-verdejo, calagraño, Jaén blanco, moscatel de Alejandría, palomino fino.

¿Cómo es la crianza biológica?

En la crianza biológica, el vino envejece bajo velo de flor, que es un velo de levaduras típicas de la zona que transfieren al vino sus peculiares y finos sabores. Este velo hace que el vino mantenga su frescura, ya que la flor protege al vino del aire.