Las protestas en Hong Kong continuaron esta mañana y provocaron el cierre de al menos dos líneas de metro en plena hora punta tras dos días en los que la tensión fue en aumento.

Desde la primera hora de la mañana las protestas continuaron en la antigua colonia británica, donde la situación se ha recrudecido tras la violenta jornada de huelga del lunes, que dejó dos heridos graves: un joven de 21 años que recibió un disparo de un policía de tráfico y un hombre de 57 al que prendieron fuego tras haberse enfrentado verbalmente con manifestantes.

Con la línea de Kwun Tong y la Línea Este del metro completamente cerradas por los sabotajes de los manifestantes, los medios locales publicaban fotos de la hora punta, en las que se ven los andenes de las estaciones completamente abarrotados.

En la mañana de hoy, numerosos estudiantes todavía se encontraban en la Universidad China de Hong Kong, donde durante el día y buena parte de la noche de ayer se vivió una auténtica batalla campal.

Poco antes de la medianoche hora local (16.00 GMT) la Policía anunció que había llegado a un acuerdo con la dirección de la Universidad para retirarse, pero denunció que, mientras los agentes se marchaban, los manifestantes les lanzaban ladrillos, cócteles molotov y otros objetos: "La violencia ha llegado a un nivel letal, amenazando gravemente a los agentes y a todos los presentes".

El presidente de la Universidad había acordado con los agentes su retirada a cambio de hacer que los alumnos dejasen de lanzar objetos desde una pasarela, pero éstos se negaron a aceptarlo a menos que se pusiera en libertad a tres estudiantes detenidos durante la jornada y que todos los efectivos policiales se marchasen inmediatamente.

La tensa situación también provocó que la Oficina de Educación de la ciudad anunciara hoy que deja en manos de los padres la decisión de que sus hijos vayan o no a las escuelas.

Según la televisión pública RTHK, la versión en chino del comunicado de Educación explica que los niños pequeños podrían correr riesgos después de las "grandes cantidades" de gas lacrimógeno disparadas por la Policía, y también critica a la jefa del Gobierno local, Carrie Lam, quien se negó a suspender las jornadas lectivas.

Al igual que ayer, diversas escuelas anunciaron que hoy no se impartirán clases.

Las manifestaciones en Hong Kong comenzaron en junio a raíz de un polémico proyecto de ley de extradición, ya retirado por el Gobierno, pero han mutado hasta convertirse en un movimiento que busca una mejora de los mecanismos democráticos de Hong Kong y una oposición a la cada vez mayor injerencia de Pekín.

No obstante, algunos manifestantes han optado por tácticas más radicales que la protesta pacífica y los enfrentamientos violentos con la Policía se han convertido en habituales.