En los grandes bulevares de París, el bailarín cordobés Rubén Molina se estrena en el teatro este martes con el espectáculo Mátame, una trágica historia bailada sobre el toreo, donde mezcla la tradición española de la tauromaquia y la presión social en las redes sociales, informa María D. Valderrama (EFE/ París)

El Teatro Gymnase Marie Bell, creado en 1820, será el escenario de Molina (Córdoba, 1985) para un espectáculo que está inspirado en la vida del torero Manolete en el que la presión de "dar siempre una buena imagen, como ocurre en redes sociales" estará muy presente.

"Creé este personaje para representar de manera discreta cómo funciona la presión social en un personaje famoso, que en este caso es un torero, porque hay una simbiosis entre el toreo y el flamenco: El flamenco se baila y el toreo también", cuenta Molina.

No hace falta presentar a los tres personajes principales para comprender que en Mátame se masca la tragedia: el torero, la madre y la novia.

La sangre en esta ocasión se huele pero no se ve, una ventaja añadida para atraer al teatro a quienes admiran la teatralidad del toreo pero rechazan la muerte del animal.

Referente flamenco en París

Desde su llegada a París en 2014, Molina se ha convertido en uno de los referentes del círculo flamenco en la capital francesa, que él prodiga en la compañía que creó en 2015 y que lleva su nombre, pero también en el Instituto Flamenco de París, donde enseña a profesionales y aficionados el gusto por esta cultura. "En París, al ser una ciudad muy cosmopolita, la sociedad flamenca se mezcla mas. Encuentras mucho español, andaluz, hijos de inmigrantes, franceses. La mezcla es muy enriquecedora", explica Molina.

En la capital francesa, a la que considera una gran puerta de la cultura de todo el mundo, ha podido ver que, "como en España, la gente está luchando por que el flamenco continúe, se expanda y por que la cultura flamenca esté presente". Acostumbrado a subirse a los escenarios de medio mundo, Molina dice haber puesto en esta creación todo lo que ha aprendido a lo largo de su carrera.

Fue miembro del ballet de Radio Televisión Española, del Ballet Flamenco de José Porcel, con quien estuvo de gira en España y Estados Unidos; actuó en la Ópera de Roma bajo las órdenes de Franco Zeffirelli en La Traviata; viajó por Oriente Medio con el espectáculo Eterno; y ha dirigido coreografías en Inglaterra, Italia, Suiza y Francia.

Rubén Molina, durante un ensayo del montaje.

En 2019, se coló en la televisión francesa con un pequeño papel en una serie donde interpretaba un profesor de flamenco: Rubén Molina es para los franceses el hombre español soñado. "En Francia gusta mucho la cultura hispánica, está claro. Yo ya llegaba con una trayectoria como intérprete, no como creador, y en París estoy todo el día bebiendo del arte, de la música, de la escultura. Hay muchos cruces y he tenido muchas oportunidades de crear", afirma.

Con tres espectáculos programados hasta el próximo 28 de enero (esta noche y los días 21 y 28), Molina espera que la obra viaje más adelante por Francia, España y toda Europa, aprovechando las ganas de su compañía, un equipo joven que "lucha para tener visibilidad" y dar a conocer su lenguaje en el baile.

Un baile que bebe del flamenco pero también de la danza contemporánea, donde Molina se mueve como pez en el agua. En Mátame, dirigido por él y la navarra Nuria Legarda, le acompañan la franco-israelí Sharon Sultan, en el papel de la madre, la rondeña Paloma López, en el de la mujer, y el francés de origen español Alberto García, que canta y pone voz al apoderado.