Después de Autorretrato de un macho disidente, una autobiografía novelada, Octavio Salazar lanza ahora El hombre que no deberíamos ser (Ed. Planeta), un ensayo divulgativo en el que hace un llamamiento a «la revolución masculina» como algo necesario para llegar a la igualdad real, e invita a los hombres a posicionarse con el feminismo, ya que «no se puede ser demócrata sin ser feminista». Pero, advierte, «no se trata de buscar culpables, no es una cruzada contra los hombres, aunque hay que asumir la parte de responsabilidad que tenemos en la desigualdad entre hombres y mujeres».

En este libro, que presenta hoy, a las 19.30 horas, en la sede de la Fundación Cajasol, Salazar insta a los hombres a que se coloquen delante del espejo y analicen, por ejemplo, a cuántas cosas han renunciado a lo largo de su vida para ser «un hombre de verdad». «Parto de la idea de que la masculinidad se hace negando todo lo que tiene que ver con la feminidad y con las mujeres, así que nosotros, como hombres, nos hemos perdido emociones, sentimientos, capacidades y habilidades, porque hemos entendido que hacer determinadas cosas o expresar algunas emociones era cosa de mujeres, lo que nos hace seres incompletos», explica el autor, que considera que los hombres tienen un importante papel en la lucha por la igualdad.

«Los hombres no podemos seguir callados y siendo cómplices de actuaciones que el machismo reproduce todos los días, aunque no seamos acosadores o maltratadores. No nos posicionamos, vamos siempre en su segundo plano, como si la cosa no fuera con nosotros», subraya Salazar.

El autor explica que esa actitud se debe a la «ignorancia» sobre el feminismo, lo que da lugar a que «se malinterprete el término, se juegue con él de manera interesada y, por supuesto, que haya muchas personas, tanto mujeres como hombres, que no tengan claro lo que significa». Por otra parte «hay una actitud defensiva por parte de los hombres, ya que entienden que el feminismo viene a atacar su posición cómoda, de privilegio y poder», continúa el escritor y docente, que resalta que el sexo masculino «tiene miedo a la igualdad porque significa la renuncia a determinadas prebendas, así como a compartir responsabilidades o dejar espacio al poder a las mujeres», lo que provoca «una resistencia» a asumir la igualdad. Escrito con un lenguaje divulgativo, Salazar ha pretendido con este volumen «que lo entienda todo aquel que no haya oído hablar ni de feminismo ni de igualdad».