La capacidad de cambiar de registro y de estilo no es, desde luego, un factor que todos los escritores puedan manejar con soltura. Manuel Moyano es de esos escritores, de raza, de los que siempre hacen una apuesta personal y arriesgada en cada una de sus entregas, ya sea de relatos, micros o novela.

Esta última novela de Moyano (que recuerda a algún clásico de nuestra literatura en cuanto a las tribulaciones y aventuras con un joven como protagonista) llama la atención desde el principio por su planteamiento; capítulos autónomos que bien pudieran funcionar como cuentos si no fuera porque los protagonistas son siempre los mismos: un joven y su tío. Esa estructura nos permite ir avanzando por mundos fabulados, armoniosamente construidos, con un lenguaje que cuida expresiones y términos, algunos de ellos puede que en cierto desuso pero que ello no le resta vitalidad al discurso narrativo. La mirada desde la que se cuentan estas historias es la del anciano que recuerda su papel en esas andanzas de joven. Una mirada que se mantiene cristalina a pesar del tiempo, y que va desgranando esas ciudades y reinos únicos, bajo una atmósfera que se asienta desde los primeros momentos, con su aire envolvente.

La imaginación no es tan solo un recurso, hay que saber modelarla, darle una auténtica consistencia, una forma que sea electrizante, y Moyano se desenvuelve como pez en el agua en este terreno de ir buscando el punto álgido de interés en cada historia. No en vano las historias, los relatos, son uno de sus puntos fuertes, y maneja con destreza resolutiva los distintos tiempos de este género.

Lo sencillo en apariencia guarda luego algo de extraordinario, y ese es parte del secreto para mantener la tensión de cada relato, un suceso que se puede presentir en su extrañeza, pero no cuando acaece realmente, ni el cómo. Manejar esos aspectos es cosa del autor, del encaje que proporciona a las piezas, del engrase de las mismas para que no haya nada que distorsione y todo fluya con la máxima naturalidad. El itinerario por estos reinos o ciudades son un reto a la fantasía, un despliegue de la imaginación, sin elementos gratuitos, todo dentro de un orden y un cosmos que no decae con el paso de las páginas y la lectura, todo lo contrario.

Cada capítulo invita al siguiente, y la lectura nos sumerge en este trazado adictivo cuyo hechizo nos mantiene con ese punto de tensión preciso, sin perder de vista las ilustraciones y el cuidado y acabado de la publicación, que potencian la atmósfera que Moyano dispone ante nosotros.

‘Los reinos de otrora’. Autor: Manuel Moyano. Editorial: Pez de Plata. Oviedo, 2019.