Viky Frías, matemática de formación, antes había publicado aforismos y algunos poemas en antologías como Diálogo a cuatro manos (2009). Es una autora tardía, ya que realmente hace poco que comenzó a publicar, lo que no es en absoluto motivo para que se le preste menor atención.

La culminación de Primavera feraz desemboca en dos situaciones: el cuerpo y la palabra. La necesidad de escribir lo que le ocurre al cuerpo cuando este muestra su vulnerabilidad; la vulnerabilidad de todos los cuerpos, quizás por eso no me atrevería a llamar a este libro que es solo un libro de poemas porque no lo es.

Primavera feraz es un título irónico, que falsea el contenido en su doble acepción de «fecundo». Primavera fecunda, esa es la ironía, la primavera en la que a Viky Frías le detectaron un cáncer de mama. La palabra cáncer nos asusta, queremos exorcizarla, que desaparezca, pero este libro está ahí para darle una dimensión humana. Si en el primer poema, Diagnóstico, podemos comenzar con ella el diario de la experiencia feraz, también veremos en el mismo una resistencia, un querer desaparecer, una fatalidad: «Ésta es la sentencia / las rosas que vas a contemplar / están contadas».

Los poemas recorren estados emocionales diversos muy bien ajustados para que nos lleguen en estado puro, como en el poema Es raro, nada de palabrería ni de queja, es una sensación, aquello que dura un momento y se nos clava en la realidad. Para ello, nada mejor que un conjuro, una imprecación, como el título del poema: ¡Marchate!.

La rabia y el deseo se entremezclan en este recorrido de miedo y de lucidez. Aceptar que somos mortales es una cuestión social, nos aleccionan constantemente contra la mortalidad, la sociedad de consumo nos quiere inmortales, jóvenes, sanas, no quiere mujeres mastectomizadas.

En esta escritura hay momentos en los que más allá de la rabia y de la indignación nos encontramos con la aceptación y es cuando se revela un nuevo discurso.

La fragilidad queda expuesta con el empleo exquisito de la metáfora. Como también en el espléndido último poema del libro: Mi cuerpo, mi biografía. El cuerpo que debe nombrarse. sin lo cual seríamos invisibles. El cuerpo nombrado, los miedos exorcizados, la voluntad de continuar porque siempre es más hermosa la afección por la alegría.

‘Primavera feraz’. Autora: Viky Frías. Editorial: Torremozas. Madrid, 2016