El Ayuntamiento ha dado por terminada la primera fase de la recuperación del templo romano, situado junto al Consistorio, en Capitulares, y ha anunciado que el monumento será visitable la próxima primavera, una vez concluya la segunda fase, de obra civil, que prevé la construcción de una pasarela con la que los cordobeses y quienes visiten la ciudad accedan al edificio.

El teniente alcalde de Urbanismo, Pedro García, y la arquitecta, Carmen Chacón, han presentado esta mañana el resultado de la primera fase de la rehabilitación, limpieza y conservación del templo romano, una actuación incluida en el Plan Turístico de Grandes Ciudades, que se ha realizado en coordinación por la Gerencia de Urbanismo y la Delegación de Turismo. Desde hace unos 50 años, el yacimiento no se sometía a una actuación de tanta envergadura para su puesta en valor.

Esta primera fase ha tenido un coste de unos 200.000 euros, según ha informado García, y la segunda, que se adjudicará a finales del mes de septiembre, tendrá un presupuesto de 400.000 euros, y permitirá concluir la actuación en torno a la próxima primavera. Según la información facilitada, la empresa encargada de esta primera actuación asumirá además el mantenimiento del edificio durante cinco años más. Chacón ha indicado además que de forma simultánea a la adjudicación de la segunda fase se está trabajando en el pliego para la licitación de la obra que permitirá habilitar el centro de interpretación del templo romano y su entorno, una actuación que corre a cargo de otra partida y que se prevé se desarrolle de forma paralela a la fase de acceso al templo. El centro de interpretación se ubicará en la planta baja del Ayuntamiento y conectará directamente con el yacimiento arqueológico. En él se explicará a los visitantes no solo el contexto histórico del templo y de su entorno en época romana sino la evolución que ha tenido en los últimos tiempos, incluida la intervención realizada por el arquitecto Félix Hernández, que puso en pie las columnas, tal y como se pueden ver ahora en un proceso que los arqueólogos han podido identificar en esta actuación, según ha señalado la arquitecta.

De momento, los gatos que habitaban el templo no volverán, a la espera al menos de que concluya la segunda fase.