A pesar de los largos días de confinamiento por la crisis del coronavirus, el rector de la Universidad Loyola Andalucía no ha visto mermada su actividad, que continúa con normalidad pero desde ese mundo virtual que está haciendo más llevadera esta crisis. Cuando atiende a este periódico acaba de dar clase de Macroeconomía a una veintena de alumnos por vía online.

-¿Cómo ha ido la primera semana de confinamiento?

-Nos ha ido bien porque veníamos trabajando en un plan de contingencia desde mediados de febrero y lo pusimos en marcha el día 13, viernes, y el día 16 pasamos toda la Universidad a modo virtual. Hemos cubierto la primera semana en modo virtual y estamos muy contentos con el resultado. Por tanto, nos ha ido bien en la Universidad y, de momento, no hemos tenido a nadie con coronavirus.

-¿Qué medidas concretas han tomado?

-En febrero, cuando se inició la crisis en Corea, empezamos atendiendo a los alumnos que teníamos allí y en Italia, y a partir de ahí comenzamos a preocuparnos con la extensión de la epidemia. Hicimos un plan de contingencia en previsión de cierre por si teníamos algún caso o pasaba como ahora, que consistía en que todos los servicios y actividades de la Universidad pasaran al modo virtual. La Loyola es una universidad del siglo XXI e, igual que nació muy internacionalizada, nació muy tecnológica y todos los sistemas se podían pasar al modo virtual. Tenemos un profesorado muy joven y acostumbrado al uso de las nuevas herramientas tecnológicas y en Loyola se venía trabajando en sistemas de tecnología virtual desde la Unidad de Formación e Innovación Docente (UFI). Por eso nos ha sido fácil. En servicios nos ha pasado igual, los estamos actualizando para pasar al modo virtual porque no sabemos el tiempo que durará todo esto.

-¿Cómo está resultando el trabajo para los profesores y qué respuesta están teniendo de los alumnos?

-Me siento muy orgulloso de los profesores, estudiantes y personal, de cómo se han adaptado a la situación. La información que nos llega de los estudiantes es que están satisfechos de cómo lo hemos enfocado. Se están portando de forma muy responsable y flexible, han aceptado la situación bien y están contentos con lo que están haciendo. Dicen que sienten que están aprendiendo, que siguen estando en la Universidad. Varios de ellos nos escriben correos diciendo que se sienten muy acompañados por la Universidad. Además de clases, les seguimos mandando actividades culturales, vídeos con ejercicios para hacer en casa del servicio de deportes, y muchos siguen haciendo sus prácticas en teletrabajo y, por tanto, están satisfechos con la presencia virtual. Echan de menos la Universidad, pero valoran el esfuerzo que se está haciendo. El profesorado tiene más trabajo porque preparar las clases en modo virtual al principio supone una mayor dedicación y mayor creatividad. Se lo han tomado con entusiasmo porque esto es una oportunidad para aprender y subirnos al carro de las nuevas tecnologías. En general, la Universidad se lo ha tomado bien. Además mantenemos las mismas exigencias que teníamos antes y esperamos terminar el curso a mediados de mayo. Haremos nuestras evaluaciones en mayo, muchas de ellas, en modo virtual, y habremos pasado esta etapa sin daños, aprendiendo y tomándonosla como una oportunidad.

-¿Con qué problemas se están encontrando?

-Hemos tenido que resolver dos problemas. El primero era el tema de los alumnos internacionales. Teníamos fuera 290 alumnos. Los primeros que repatriamos fueron de Italia, Corea y Japón y luego hemos ido trayendo a todos los que teníamos fuera. El primer reto era ese. El segundo reto era ver qué querían hacer los alumnos internacionales que estaban aquí, si se querían volver a sus países o no. Los norteamericanos se han vuelto y algunos latinoamericanos, también. A los españoles que se han vuelto les hemos hecho una adaptación curricular. Hay algunos que seguirán en contacto online con las universidades que los acogían. La mayoría de los alumnos internacionales que están aquí están siguiendo las clases online sin dificultad.

-¿Todos los que estaban fuera han vuelto?

-Todos los que teníamos fuera los hemos traído de vuelta a casa. Se les ha ofrecido a todo el mundo esa posibilidad. Hay algunos que están en países a los que no ha llegado el virus y, como la situación en España es de confinamiento, han preferido quedarse allí. Pero a todos aquellos que estaban en países en situación de riesgo o que han querido volverse, le hemos facilitado el regreso, de manera que la mayoría los tenemos aquí.

-En caso de que el estado de alarma se alargue más o que las secuelas de esta crisis impidan el desarrollo normal de la actividad universitaria, ¿qué medidas tomarán?

-Podemos seguir en modo virtual tanto tiempo como sea necesario. Iremos mejorando lo que estamos haciendo pero no hemos variado ni un ápice nuestra actividad y nos adaptaremos a lo que venga. Hemos planificado las pruebas de admisión para el año que viene en sistema online y estamos diseñando la posibilidad, que se va acercando a lo real, de hacer las evaluaciones en modo online. Podemos mantenernos así mucho tiempo.

-¿No se plantean prolongar las clases al verano?

-No, porque las estamos dando. Tener clase con pocos alumnos nos permite atenderlos de forma virtual de manera muy directa. Podemos estar así hasta el verano o después del verano. No necesitaríamos hacer grandes ajustes de calendario.

-Entonces, en un escenario negativo en el que no se pudiera volver a clase en lo que resta de curso, ¿no será un año perdido?

-Nosotros habremos dado nuestras clases sin problemas. No sería un año perdido.

-¿Cómo se están haciendo las evaluaciones?

- Seguimos una metodología de evaluaciones continuas. Los exámenes finales se pueden hacer de forma virtual, en modo oral o escrito, mediante un sistema en que cada alumno tiene un examen diferente.

-Desde el punto de vista económico, ¿qué impacto va a tener esta crisis?

-El impacto va a ser profundo. Las cifras que nos están llegando de tasas de crecimiento en China, que va tres meses por delante que nosotros, hablan de una caída de su PIB trimestral de casi un 5% o 6%, que en la tasa interanual puede ser de un -2%, lo que supone una recesión. China venía de tasas de crecimiento del 6%, por lo que el impacto será del orden del 8%. En una economía con menor tasa de crecimiento como puede ser la europea, que estaba en una tasa de entre el 1% y el 2%, el resultado puede ser de un -2%. En Italia habrá una recesión importante y tardará tiempo en salir. A nosotros, depende de lo que se alargue, pero mis primeros cálculos son que vamos a llegar a una tasa de crecimiento negativo del 1,5, y 2%. Pero la crisis va a ser gorda.

-¿Cuánto tiempo tardaremos en recuperarnos?

-Dependerá de las medidas que se tomen.

-¿Qué sectores se están viendo más afectados?

-En el confinamiento todos los sectores se ven afectados salvo los relacionados con la alimentación. Cuando acabe, veremos qué sectores se han visto más perjudicados, pero hay uno que se va a ver enormemente dañado, el turismo. Este año la temporada alta tendría que empezar en quince días y no vamos a tenerla, no vamos a tener turistas en Semana Santa. Y, luego, en mayo y junio, que es el inicio de la temporada alta, vamos a tener cifras muy mediocres de turistas y ya veremos qué pasa con julio y agosto. El sector que va a sufrir más duramente la crisis es el turístico pero también hay otros como el industrial o el comercio, porque el de bienes duraderos está parado y cuando entremos en las tiendas para adquirir prendas de temporada de primavera, serán ya las rebajas. Esto supondrá un conjunto importante de ERTEs y la gente será precavida antes de volver a la alegría del gasto.

-¿Qué moraleja podemos sacar de esta situación?

-Una reflexión ambivalente. Uno es consciente de la fragilidad de la especie humana, de las economías y de las sociedades, y del individuo. Estamos en manos de la providencia o del azar. No hay nada seguro. Somos frágiles. Pero, al mismo tiempo, me quedo con la esperanza de que vamos a salir de esta situación como sociedad y como comunidad. Somos fuertes. La especie humana es una mezcla contradictoria de fragilidades y fortalezas. Y así se escribe la historia. Ahora mismo la fragilidad es lo que más pesa y dentro de poco nos daremos cuenta de que tendremos fortaleza para salir de situaciones como esta.

-¿Qué mensaje le gustaría transmitir?

-Vamos a cuidarnos, a estar en casa, a cumplir las normas, a trabajar y a pensar en nuevas cosas, pero siendo conscientes de que de esta saldremos.