El Ayuntamiento debe decidir aún si continúa o no con la innovación de PGOU iniciada hace casi tres años con la intención de impedir la valorización de residuos dentro del núcleo urbano. A pesar de que, como avanzó este periódico el sábado, hay un informe de la dirección técnica de Urbanismo, en el que se basa su presidente, Pedro García, para denegar a Cosmos la licencia para la valorización de residuos no peligrosos para su uso como combustible alternativo, que concluye que el PGOU del 2001 impide ya esa actividad, Urbanismo va a continuar estudiando si sigue o no con los trámites. Aún así, el presidente de Urbanismo ha insistido en que "con los informes técnicos de la Consejería de Salud y con los de la Gerencia de Urbanismo queda claro que en el casco urbano de Córdoba no se puede incinerar ni valorizar". Sin embargo, añade, la "innovación conlleva más cuestiones que hay que ver". En este sentido, asegura que "se va a estudiar para ver las cuestiones técnicas y administrativas pero en el casco urbano de Córdoba no se puede valorizar con el actual Plan General de Ordenación Urbana".

García ha insistido en que las licencias de obras y actividad "son actos reglados" y "no tiene nada que ver el gusto político", por lo que, si tienen todos los parabienes legales, no darlas (o no denegarlas si no los tienen), "sería un acto de prevaricación", con lo que "no es al gusto del consumidor, sino de los informes técnicos que hagan los actores que trabajan en el proceso de concesión de la licencia". En cambio, asegura, "la innovación sí tiene carácter político", necesita "voluntad". Por todo ello, concluye, al haber informes que sostienen que el PGOU ya impide valorizar, "si doy licencia para Cosmos estaría prevaricando".

Por su parte, el presidente de CECO, Antonio Díaz, también se ha manifestado esta mañana sobre la cementera, señalando que es “un error no ayudar a una empresa como Cosmos". Díaz afirma que se trata de un “gran error estratégico abrir un melón” y crear un conflicto que pone en entredicho “el desarrollo y mantenimiento” de una empresa de tanto peso en la ciudad, algo que solo puede achacarse a “líneas políticas de los responsables políticos”. Más aún, considera que “el problema de Cosmos es un problema político".