Paso histórico de Cajasur

La crisis económica, sus efectos en el sistema financiero y la evolución interna de Cajasur, con coeficientes o índices que se han deteriorado rápidamente, han dibujado un marco que hace cinco años parecía muy remoto. Pensar en una fusión entre Unicaja y Cajasur era una cuestión que no sobrepasaba los límites de la declaración de voluntades y que sembraba el mayor rechazo. Sin embargo, la explicación del preacuerdo que alcanzaron las dos entidades el lunes puede comenzar a encontrarse a finales del 2004. En diciembre de ese año se firmaba el Pacto de Santa Lucía entre el consejero de Economía y ahora presidente de la Junta, José Antonio Griñán, y el entonces obispo de Córdoba, Juan José Asenjo, que ponía las bases para que Cajasur volviera a la tutela de la Junta. El regreso a la normalidad competencial traía el entendimiento, la llegada de Juan Moreno a la presidencia y la flexibilización de posturas. Sin embargo, el alto riesgo asumido en el sector inmobiliario desde los noventa pronto se trasladó a los balances de Cajasur. El Banco de España abrió expediente a la caja en abril del 2005 por el riesgo que asumió en la concesión de créditos a empresas del ladrillo. Las señales de advertencia siguieron llegando. El reflejo en los resultados provocó un deterioro de la solvencia por el incremento de la morosidad, que en el primer trimestre del 2009 se situó en el 6,55%, por encima del 4,7% de la media del sector. Los acontecimientos se han precipitado por la presión del Banco de España para que la caja regularizara sus índices y coeficientes. Junto a la adopción de un estricto plan de saneamiento se abrió la opción de llegar a una fusión. Por eso, el preacuerdo del lunes no sorprendió a nadie. Ahora, la caja, surgida en 1878, se encuentra en un momento histórico para su futuro.

Mañana, Cajasur llevará el preacuerdo que alcanzó con Unicaja el lunes pasado a su consejo de administración. Este documento, que se ha estado puliendo durante toda la semana, es el plan de ruta de un proceso que ha estado marcado por momentos de tensión que estuvieron cerca de romper la negociación. De recibir el visto bueno el preacuerdo, ambas entidades lo comunicarán a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) e informarán oficialmente a la Junta.

Las líneas que se han ido filtrando del preacuerdo cimentan los pilares de la futura Unicajasur (probable denominación), una entidad que nacería de la fusión de Unicaja, Cajasur y Caja de Jaén. Lo que ha trascendido hasta ahora define el organigrama de los órganos de gobierno, pero también una serie de peticiones que Cajasur considera fundamentales para que el proceso llegue a buen fin. La caja habría pedido una co-sede en Córdoba de la Obra Social, cuyos fondos dependerán de los recursos generados en la provincia, a lo que se unirá una fundación controlada por la Iglesia. Además, a esta fundación estarían vinculados cinco edificios, entre los que se encuentran la sede central de Cajasur, la oficina agraria, el colegio de educación especial del Santo Angel, el convento del Corpus y su sede en Jaén. Entre las concesiones a Córdoba se encontraría también la ubicación de una dirección territorial que se encargaría de gestionar las oficinas de la provincia y de Sevilla, Huelva y Extremadura. Sobre la mesa también se encuentra la demanda presentada por la Diputación de Córdoba, una de las dos entidades fundadoras de Cajasur, que ha recordado una vieja aspiración de gestionar la Fundación Viana, encargada del edificio de la antigua Caja Provincial.