Para encontrar un precedente de fusión entre una empresa de Córdoba y otra de Málaga no hay que remontarse mucho en el tiempo. Aunque pertenecen al sector del aceite de oliva, la cooperativa cordobesa Cordoliva se fusionaba en el 2003 con la malagueña Hojiblanca, creando el principal grupo cooperativo del sector del aceite de oliva en el mundo. De llegarse finalmente a la fusión de Cajasur con Unicaja y Caja de Jaén, se volvería a repetir este precedente. Entonces, Cordoliva se unía a Hojiblanca tras frustarse su unión con la cordobesa Andóleum. Esta última cooperativa sufrió a partir de entonces un proceso de desmembración que ha anulado cualquier operación de funcionamiento conjunta entre sus miembros. La nueva Hojiblanca recibió los respaldos de las distintas administraciones en un sector que ha pecado de individualista. La situación que se plantea ahora tiene una complejidad diferente, aunque también responde a la necesidad sugerida desde grupos políticos, administraciones o empresarios para llegar a crear una gran caja en Andalucía.

Las tres sociedades andaluzas crearían la sexta caja de España por volumen de activos con 53.172 millones de euros (32.155 de ellos de Unicaja; 20.056 de Cajasur y 961 de Caja de Jaén) y sería la quinta por depósitos (39.369 millones). Unicajasur nacería con 1.447 oficinas repartidas por 18 provincias, además de Ceuta y Melilla y tres localizadas en Londres, Frankfurt y Bruselas. La mayor presencia, como es lógico, se sitúa en las tres provincias matrices (Córdoba, Jaén y Málaga).

La gran caja andaluza contaría con más de 9.200 empleados, de los que 5.900 corresponderían a Unicaja, más de 3.100 a Cajasur y unos 230 a Caja de Jaén. Su volumen de negocio se puede situar en el entorno de los 80.000 millones de euros. Por detrás, y a gran distancia en Andalucía, quedaría Cajasol.