Abierto de EEUU

Alcaraz coge ritmo

El español se deshizo del sudafricano Lloyd Harris por 6-3, 6-1 y 7-6(4) y su siguiente rival será el británico Daniel Evans

Carlos Alcaraz, durante su encuentro del Abierto de EEUU contra Lloyd Harris.

Carlos Alcaraz, durante su encuentro del Abierto de EEUU contra Lloyd Harris. / EFE/EPA/WILL OLIVER

Idoya Noain

Quería Carlos Alcaraz jugar, pelear y coger ritmo, después de superar el lunes la primera ronda del Abierto de Estados Unidos por la retirada por lesión de su rival tras solo una hora en la pista. Quería el público estadounidense, que paga las nada económicas entradas en Nueva York, que originalmente empezaban este jueves en 150 dólares en el gallinero, verle, disfrutar de ese tenis suyo que es fuerza, talento y espectáculo, a día de hoy uno de los más magnéticos imanes del deporte. Y ambos deseos se han cumplido.

Alcaraz se ha impuesto 6-3, 6-1 y 7- 6 ( 7-4) a Lloyd Harris, un rival más entregado de lo que puede hacer pensar un marcador a tres sets. Y el de Murcia se ha ganado el pase a una tercera ronda donde por primera vez este año en Nueva York se medirá, el sábado, con un cabeza de serie: el británico Daniel Evans, campeón este año en Washington.

Un rival más que digno

Harris, un surafricano que llegó a ocupar el número 31 del mundo antes de que hace dos años las lesiones le metieran en un via crucis, ha llegado a Flushing Meadows con un ranking protegido (47), que se da a quienes se ven forzados a alejarse de las pistas más de seis meses por salud. Y quizá con el recuerdo de su única victoria ante un top ten en un grande, hace dos años precisamente en Nueva York frente a Dennis Shapovalov, salió sin complejos a su primer duelo con Alcaraz, con el que hace cinco años ya se había medido entrenando en la Academia de Juan Carlos Ferrero.

Allí entonces comprobó que la derecha del muchacho, seis años más joven que él, era única, y no su única arma. Lo ha observando mejorar hasta convertirse en “increíble”. Pero en su primer duelo profesional no se amedrentó, y plantó cara con audacia, convirtiéndose a ratos en espejo.

Harris se atrevió, como el número 1, a dejadas y globos. Subió a la red. Colocó osados tiros en la línea. Se movió con agilidad y corrió y corrió. Pero también erró, y erró. Falló nueve de sus diez oportunidades de robarle el servicio al campeón. Perdió el primer set y dos juegos del segundo con dobles faltas. Y ni siquiera lo mejor de su tenis fue suficiente para hacer ni un arañazo a Alcaraz, que en Nueva York se juega renovar el título y anotarse su tercer grande.

Tras un segundo set casi perfecto, Alcaraz en el tercero dejó escapar un juego con su servicio con tres errores no forzados y una doble falta, y tuvo que llegar al tie break. Pero nada iba a pararle. Llevarse en tres mangas los partidos en las primeras rondas es para él importante. Y más si lo hace como este jueves, jugando, como dijo luego a pie de pista, “un gran partido".

Que lo había sido no solo lo sabía él. Lo sabían también los espectadores que abarrotaban la Arthur Ashe, adonde volvieron los ohhh y los ahhhs, las bocas abiertas, los aplausos y el público puesto en pie, la emoción, Porque fueron 2 horas y 28 minutos de tenis y entretenimiento, de disfrute.

Le preguntaron al de El Palmar cómo se ha hecho tan bueno tan rápido. Y replicó hablando de creer en sí mismo y de "dar el 100% cada día, darlo todo" como única forma de alcanzar un gran nivel. Pero también habló de "creer en el equipo". "Sin mi equipo no habría sido posible", dijo ganándose una ovación, otra más.