Abierto de EEUU

Una lesión de Koepfer pone a Alcaraz sin esfuerzo en segunda ronda

El murciano se había impuesto en el primer set por 6-2 y había roto el servicio del alemán en el segundo cuando este dijo basta

Carlos Alcaraz, en Nueva York.

Carlos Alcaraz, en Nueva York. / EFE

Idoya Noain

Carlos Alcaraz y Dominik Koepfer solo habían jugado tres minutos y seis puntos en la pista Arthur Ashe este martes cuando el alemán se dobló de forma aparatosa el tobillo izquierdo en un momento aparentemente intrascendente en que corría a por una pelota para tratar de frenar la segunda oportunidad de Alcaraz de robarle el servicio. Tras una pausa y después de recibir atención médica, Koepfer siguió jugando, pero 57 minutos después, cuando Alcaraz ya se había llevado el primer set e iba 3-2 arriba en el segundo, y pese a haber intentado plantar cara, el 75 del mundo tiró la toalla.

Para Alcaraz, claramente, “no es la mejor forma de pasar a otra ronda”. A él le gustan “las batallas duras, tener peleas completas con el rival”, tanto para medir el pulso a su tenis y coger ritmo como para dar al público ese espectáculo al que ha acostumbrado a los amantes del deporte. Pero la retirada de Koepfer también le permitía volverse al hotel antes de lo pensado y empezar a recuperarse antes y con más comodidad para prepararse para el segundo partido, el jueves con Lloyd Harris.

Nunca antes ha jugado el de El Palmar con el surafricano de 26 años, que ocupa el 177 en el ranking de la ATP, pero le conoce “un poco” tras haber entrenado varias veces con él. Conoce su estilo, sabe que “es agresivo, con grandes tiros”. Y por eso en las próximas horas parte del trabajo será ver vídeos y preparar la táctica.

La energía en Ashe

Pese al breve tiempo en la pista este martes, Alcaraz quedó satisfecho con su tenis, y con las sensaciones: “muy bien, muy cómodo, jugando a un gran nivel”. El retorno le sirvió además para reencontrarse con la pista Arthur Ashe, la central del Abierto de EEUU donde el año pasado tocó el cielo y alzó su primer grande, seguido este verano por el título en Wimbledon.

En este 2023, según explicó, ha vuelto “la misma sensación de energía”. Y lo cierto es que en la central neoyorquina se crea un vaso comunicante de energía desbordante entre él y el público, ante el que en esta ocasión se presentó con un nuevo equipamiento de Nike, con una camiseta sin mangas y un estampado digno de Kandinsky, y ante el que, ya clasificado, incluso se lanzó a cantar unos versos de ‘Vagabundo’, de Sebastián Yatra. “No ha sido lo mejor del mundo”, reconocía luego entre risas, “pero algo les hemos hecho disfrutar”.

Era el Alcaraz sonriente y relajado, encantador. Y eso que ha llegado a Nueva York con la opción de convertirse en el primer tenista que renueva título en años consecutivos desde que Roger Federer conquistó su quinto Abierto en 2008, algo que recuerda cada crónica, cada periodista, y que podría crearle presión y tensión, que elude asegurando no pensar en ello. “No pienso en defender el título, solo me concentro en jugar mi mejor nivel”, explicó.

Llegue o no hasta esa final, donde podría medirse con Novak Djokovic, lo seguro es que el día 11 habrá perdido el número 1 del mundo ante el serbio. Y en ese terreno es donde Alcaraz no tiene reparos en reconocer que sí tiene un objetivo muy fijado. “Estamos teniendo una muy buena batalla por el número y sabía que él iba a recuperarlo, pero cuando acabe el torneo intentaré recuperarlo yo lo antes que pueda, es mi meta”, decía. “La temporada tiene muchos torneos antes de que acabe el año”.