El destino le brindó la oportunidad de debutar en Segunda División en el equipo de toda su vida, el Alicante, pero los caprichos le jugaron una mala pasada. Difícilmente se le olvidará a Pedro Sánchez, el último refuerzo del Córdoba, aquel año. En el 2008 dio el salto del filial de Tercera al primer equipo, de la mano de Nino Lema. "Era un chico que tenía mucho desparpajo y, sobre todo, ganas de ser futbolista. Yo lo único que hice fue darle la oportunidad y él la aprovechó. Quiso ser importante y esa es la ambición que debe de tener cualquier jugador. Se lo mereció y se ganó su hueco".

En el Teresa Rivero, una tarde de noviembre del 2008, dio sus primeros pasos como jugador profesional. Luego llegaron 26 partidos más, dos goles incluidos. Su carácter fue calando en un vestuario en el que era de los más jóvenes. Su técnico estaba encantado con él. "Era un auténtico sin vergüenza, --¡separado, eh!-- y ese era el perfil que yo quería. Lo veía en su desparpajo con los veteranos, quería jugar a toda costa y por el hecho de venir de Tercera División no pensaba que el otro era superior a él. Eso le llevó a jugar".

Gran ambición

Tenía tantas ganas de jugar al fútbol, que la crítica situación económica del Alicante no le afectó en el rendimiento. En su primer año en el fútbol profesional, solo cobró el primer mes. "Fue un calvario, un año negro para el club, que ahora está muerto", observa Nino Lema. "De lo poco positivo fue que entrené en Segunda y el debut de algunos jugadores; Pedro fue de las pocas alegrías que me llevé ese año, lo demás fue un desastre", reconoce el técnico.

Pese a tener que dar un salto abrupto de dos categorías y a los impagos, Pedro Sánchez sobrevivió a una temporada complicada en la entidad, que agonizaba. Por eso, se le abrió el cielo cuando el Real Murcia le ofreció un contrato profesional por tres temporadas. Allí vivió el drama deportivo del descenso a Segunda B, pero un año después se resarció. En la categoría de bronce fue un pilar fundamental para el regreso murciano a Segunda. Fue uno de los máximos anotadores.

Pero luego ya nada volvió a ser como antes. Su vuelta al fútbol profesional coincidió con su último año de contrato en La Condomina y no rindió como se esperaba, de ahí que la entidad no hiciera esfuerzos por retenerlo. "No tuvo un buen año porque le mediatizó mucho la renovación y el hecho de que se fichara a Sutil de Primera División, por lo que no dio lo que podía dar, pero sí tiene capacidades", indica Iñaki Alonso, su entrenador la pasada temporada en Murcia. "Tiene mucho potencial, aunque en Segunda División todavía no ha explotado, pero si logra estar a gusto y se siente importante dentro del equipo, puede ser un jugador que dé un buen nivel porque puede jugar por las dos bandas y en la media punta". Alonso añade que "es desequilibrante y tiene desparpajo. Lo más interesante es la capacidad que tiene para desarrollar su potencial".

Polivalencia

Todos sus técnicos destacan su polivalencia. De hecho, en el Alicante B actuaba como delantero centro. "Está perfectamente capacitado para ser el único referente arriba porque tiene gol, es rápido y tiene fuerza, así que es totalmente aprovechable", apunta Nino Lema, que, intuyendo cómo va a jugar el Córdoba, cree que "puede encajar perfectamente".

Hoy se enfundará por primera vez la camiseta blanquiverde y caminará por los pasillos de El Arcángel, en su presentación. En la tienda oficial, junto al resto de indumentarias cordobesistas, iniciará su tercera aventura de plata.