En el apartado deportivo, el Córdoba vive posiblemente el mejor momento de la temporada. Las dificultades aparecidas a lo largo del año han sido resueltas y el equipo volvió a colocarse con un margen de 10 puntos sobre el descenso (11 si se cuenta el gol average). Por lo tanto, en esa parcela, la entidad blanquiverde está más viva que nunca.

Sin embargo, el contraste se encuentra en lo económico e institucional. Tanto es así que el pasado jueves, cuando faltaban tan solo 48 horas para que se disputara el encuentro contra el Nástic de Tarragona, la entidad se afanaba en encontrar el dinero suficiente para poder abrir El Arcángel. Cada jornada vivida en el estadio municipal moviliza a varias docenas de trabajadores y personal. Desde ayudas extras en las taquillas a porteros, pasando por guardas jurados y azafatas. No hay una cantidad clara sobre lo que supone cada apertura, pero diversas fuentes consultadas estiman el coste en no menos de 5.000 euros. Finalmente se pudo reunir el dinero suficiente, aunque la dificultad para hacerlo no había trascendido.

No es el único problema que acucia a la entidad blanquiverde. A la deuda con el cuerpo técnico y con los jugadores, a los que se les deben las dos últimas nóminas, se añade también las cantidades pendientes a diversos proveedores. Así, la limpieza de la visera de preferencia, que provocó goteras, no se pudo hacer por falta de liquidez, estrecheces que han llegado a paralizar arreglos en obras menores de diversas dependencias y en el estado del terreno de juego, últimamente subsanado. La orden general dada en las dependencias de El Arcángel es posponer todos los contratiempos que salgan por la falta de dinero en las arcas.

LOS VIAJES Hay una excepción lógica. Los viajes que realiza la primera plantilla blanquiverde. Ya en el desplazamiento que el Córdoba tuvo que hacer a Barcelona la entidad encontró dificultades. De hecho, lo poco que trascendió es que tres días antes del encuentro ante el filial azulgrana no se sabía cómo se viajaría. Se llegó a barajar un viaje de ida y vuelta en autobús, ya que el suministrador del club se negaba a seguir expidiendo billetes hasta que la deuda que se mantiene con él no decreciera. Se llegó a un acuerdo temporal que alcanzó hasta el viaje a Santa Cruz de Tenerife. Ahí, la agencia de viajes se plantó y pidió que se le abonaran al momento los billetes de tren y las reservas de habitaciones. El club tuvo que moverse rápidamente hasta encontrar el dinero suficiente para desplazarse hasta la isla. La duda, en todo caso, continúa: ¿habrá dinero suficiente para el AVE a Huesca y las consiguientes habitaciones de hotel?

El plan de viabilidad que está pergeñando la entidad blanquiverde contempla un escenario de dura contención del gasto, toda vez que el tiempo de respaldo económico ha finalizado. El Córdoba ha de vivir como tantas entidades de Segunda, con las mismas dificultades económicas que la mayoría de equipos de su categoría y, a la vez, seguir compitiendo en lo deportivo. Lo logrado por el equipo en las últimas semanas es un apunte de lo que será el futuro sobre el césped. Pero en lo económico, el Córdoba actual se encuentra al límite de sus posibilidades.