La derrota de ayer del Alavés vuelve a poner al Córdoba con tres puntos de colchón sobre el descenso, una confirmación clasificatoria de la buena línea del equipo desde la llegada del de Fernán Núñez a su banquillo. La progresión del equipo va tomando forma cada vez con más claridad. Si se eliminan las dos primeras jornadas en las que el técnico blanquiverde dirigió a los suyos e intentaba aplicar sus ideas al juego y, por lo tanto, se cuentan las jornadas disputadas en el 2009, el Córdoba se coloca como el séptimo mejor equipo de la categoría, con tres victorias, dos empates y dos derrotas. Ha anotado ocho goles y ha encajado solo cuatro, totalizando once puntos. Por aplicar algunas comparaciones, en lo que se lleva de 2009 Luna Eslava ha logrado meter 10 puntos de diferencia al Eibar, nueve al Sevilla Atlético, siete al Alavés y al Las Palmas o cinco al Albacete. Cinco equipos que son rivales directos. Incluso mirando hacia arriba en esa clasificación hipotética, el Córdoba estaría situado a solo cuatro puntos del ascenso, mientras que el descenso lo tendría nada menos que a siete.

Críticos siempre habrá (por suerte) que indiquen que el juego en las dos últimas semanas no ha enamorado, precisamente. Pero lo que es indiscutible es que Juan Luna Eslava, con los números firmados por su equipo, se ha ganado un margen claro de confianza. Además de tener otro margen, éste de error. Aun perdiendo ante el Xerez no caerá en descenso.

Defensivamente, casi inmejorable

Simplemente, números cantan. Los de Luna Eslava han encajado cuatro goles en siete partidos. En el 2009 han conseguido dejar su portería a cero en cuatro de esos siete encuentros (Las Palmas, Zaragoza, Alavés y Sevilla Atlético). Para lograr esto ha habido varias claves. La primera, la pareja de centrales. Gaspar, tras un comienzo de campaña dubitativo se ha revelado como un central fiable, siendo una pareja ideal para Alessandro Pierini. El capitán, que también ha mostrado una línea ascendente en su juego, ha comprobado (al igual que todos) que cuando uno de los dos sale, Pablo Ruiz le puede disputar la titularidad a cualquiera. En la derecha, el agujero abierto por Ceballos y Mario fue tapado en su día por Cristian Álvarez que, con alguna carencia (sobre todo en lo que a velocidad se refiere) se ha mostrado más solvente que el catalán y el madrileño. En la izquierda, sea por la llegada de Javi Casas o por la mejoría general del equipo, Rubén Párraga ha firmado la mejor progresión individual de los 25 jugadores de la plantilla en el último mes y medio. El cordobés-malagueño ha demostrado por momentos rocosidad sin renunciar al ataque. El vasco no va a tener más remedio que esperar para debutar. Y parece que mucho.

Polivalencia y problema en bandas

En la medular, el de Fernán Núñez ha insistido en Katxorro. El vasco, sin ser ese mediocentro organizador que algunos reclaman como una panacea para ser un equipo imbatible, sí que tiene capacidad para, según qué partidos, llevar la manija del equipo. Tampoco es algo imprescindible, ya que como otros recuerdan muchos conjuntos no tienen esa pieza sobre el césped. Con dos pivotes de contención les basta. Para ello, ahí está Santiago Carpintero, que junto a un Ito que está en una fase en la que muchos le están descubriendo como el jugador al que se fichó, han formado una pareja de peso específico para cualquier conjunto de Segunda División. Para prescindir de ese mediocentro de pase y toque habría que tener unas bandas muy creativas. En la derecha, aun perdiendo efectividad cara al gol con Natalio, el de Canals aporta una velocidad que hace tiempo no se veía por estos lares. Oberman parece un habitante más natural para esa banda. Por la izquierda, los medios partidos de José Vega deberían tener respuesta con el regreso de David Pérez Arteaga. El sevillano, simplemente, no está. Pero se le espera. El equipo le necesita más incluso que en el principio de la temporada pasada.

Llegó el gol... con menos ocasiones

Es paradójico. Si ante el Zaragoza se pudo lograr más que un pírrico 1-0 o en Murcia y Alicante se jugó y se hicieron méritos para anotar, como mínimo, un tanto, en los dos encuentros en los que menos ocasiones se hicieron es cuando la delantera rompió. No cuenta la segunda parte en Sevilla, con un claro 0-2 y con salidas al contraataque, principalmente de Natalio. La llegada del jugador cedido por el Almería ha aportado lo que necesitaba el equipo: romper la defensa rival, sea por banda o por el centro, algo que hasta su llegada o no había capacidad para ello o no era el momento idóneo de los componentes del equipo que podían hacerlo. El caso es que Asen y Yordi han anotado en dos encuentros seguidos, y el de Canals ya pudo estrenarse en Murcia, cuando tuvo solo 25 minutos para hacerlo. Sus goles son cuestión de tiempo. La calidad de Javi Flores, incompatible con sus intermitencias o un estado físico que provoca dudas, es la guinda que le falta a Luna Eslava para hallar la felicidad completa en lo que a esa línea se refiere. Sin olvidar el papel que podría jugar Natalio como punta o segundo punta. La ausencia de Yordi ante el Xerez abre la puerta amuchas variantes.

Y alguien de la casaen el banquillo Sea por sistema, por manejo de vestuario o simplemente por el esfuerzo de los jugadores, el caso es que desde la llegada de Luna Eslava al banquillo el equipo tiene una línea de juego más que aceptable (mirando en la permanencia) y unos números iguales de aceptables que el juego o incluso mejores. El de Fernán Núñez siempre ha tirado de tranquilidad y prudencia a la hora de enjuiciar cada punto de tensión en el club o en el equipo. Desde la necesidad de reforzar al equipo hasta la salida o entrada en la titularidad de jugadores. Un paradigma de ello ha sido el destierro de los dos laterales derechos para dar la bienvenida a Cristian Álvarez en la defensa. Hay algún que otro ejemplo más. Y todo ello sin que se resienta el juego, los resultados o que los ecos de vestuario hacia afuera no sean gritos. Rafael Campanero lleva tiempo comentando en petit comité que los grandes logros del equipo en toda su historia (llámese ascensos) han venido con entrenadores que, o bien eran cordobeses o eran cordobesistas. Entiéndase eso como «gente de la casa». Solo basta mirar el currículum del de Fernán Núñez en el hogar blanquiverde para entenderlo. Quien no quiera verlo...