Toni Hill: «Los monstruos siempre lo son por alguna razón y los buenos nunca son tan inmaculados"

El escritor de novela negra barcelonés Toni Hill, autor de El último verdugo (2023) y de la trilogía policiaca del inspector Héctor Salgado (El verano de los juguetes muertos, Los buenos suicidas y Los amantes de Hiroshima), entre otros thrillers, estuvo este lunes en Córdoba de la mano del Centro Andaluz de las Letras. Y lo hizo para conversar con el profesor Javier Vilaplana sobre literatura, sobre asesinos en serie y sobre el protagonista de su última obra, un justiciero psicópata que «actualiza el método del verdugo del XIX Nicomedes Mendes» para cometer sus crímenes valiéndose del garrote vil.

Hill confesó que le divierten mucho estos encuentros con el público porque «a mí me gusta ese lado oscuro de la gente, escribir y hablar de ello» y porque «el mío es un trabajo muy solitario en el que pasas muchas horas con el texto y tus ideas, así que tener la ocasión de exponerlas y recibir el feed back de los lectores es muy agradable».

Cuando escribe, trabaja con sumo cuidado la psicología de los personajes, afirma, «me interesa enseñar eso que no se muestra a los demás profundizando en las emociones humanas», señala. También le interesa mucho la complejidad de la trama, que obligue al lector a estar atento a lo que lee. Y por último, busca ofrecer «un estilo literario, elegante», porque se niega a que la novela de género «sea un simple pasatiempo pobre de expresión, cargada de tópicos y lugares comunes».

La psique de los personajes

Licenciado en Psicología, le interesa mostrar la psique de sus personajes y a veces consigue «que el lector empatice con alguien que tiene que estar en la cárcel como un asesino en serie». Rompe así los límites tradicionales entre buenos y malos. «Cuando te acercas mucho a los personajes, también a los muy malos como este, acabas encontrando algún punto en el que puedes conectar con ellos».

En su opinión, «a los lectores y a los espectadores les fascinan los malos, no hay más que pensar en Hanibal Lecter, no te irías a tomar un café con él, pero no te cae del todo mal». De alguna forma, añade, «los monstruos siempre son monstruos por alguna razón y los buenos tampoco somos tan inmaculados, hay toda una gama de grises», y aclara, «una cosa es entender a los malos y otra justificar lo que hacen». El gran vicio de Toni Hill no es escribir, «mi gran vicio es leer» y, dentro de su género, destaca su afición por las novelas de Patricia Highsmith y Dennis Lehane.