CULTURA

El Festival Internacional de Piano Guadalquivir recupera la memoria de seis autoras mexicanas sefardíes

La alumna de la Fundación Barenboim-Said Carmen Pérez Salmoral puso la guinda a una velada 

El historiador y bibliotecario Sebastián de la Obra durante la conferencia.

El historiador y bibliotecario Sebastián de la Obra durante la conferencia. / ÁNGEL ROLDÁN SERRANO

Diario CÓRDOBA

Diario CÓRDOBA

El Festival Internacional de Piano (FIP) Guadalquivir recuperó ayer la memoria custodiada por mujeres judías en México con la conferencia-concierto “Memorias de mujeres” que el historiador y bibliotecario Sebastián de la Obra y la joven pianista alumna de la Fundación Barenboim-Said Carmen Pérez Salmoral ofrecieron en colaboración con el programa “Septiembre de Culturas” de Casa Sefarad.

Según informa la organización del FIP Guadalquivir, "de la palabra y la música surgió un auténtico tributo a la memoria de la mujer en un entorno mágico y abarrotado por un numeroso público que descubrió a seis encarnadas, seis escritoras mexicanas sefardíes -Margo Glantz, Mirian Moscona, Rosa Nissán, Esther Cohen Dabah, Agelina Muñiz-Huberman y Magda Donato- que comparten la memoria de un pueblo".

De la Obra explicó que la crítica literaria mexicana nunca ha terminado de considerarlas mexicanas y ese elemento “ha contaminado toda su creación”. Las seis comparten que su obra está construida sobre la memoria y que son patrimonio, el patrimonio de las mujeres judías en un país que nunca ha terminado de querer a los judíos.

Mujeres sefardíes

Así, habló de Magda Donato, pseudónimo de Carmen Eva Nelken Mansberger (Madrid, 1898-Ciudad de México, 1966), que fue periodista, dramaturga y actriz y que se hizo famosa por la crónica que escribió en El Imparcial sobre el juicio en el que actuó por primera vez una mujer como letrada, Victoria Kent. Donato comenzó escribiendo sobre moda y de ahí fue evolucionando hacia la crónica social con una serie de reportajes en vivo sobre las cárceles de mujeres, los manicomios de mujeres, los mendigos o el negocio de la adivinación. 

De Rosa Nissán (Ciudad de México, 1939) dijo que en México se la considera una escritora costumbrista pero su obra es muy importante para descubrir que en el siglo XX ha habido culturas nunca aceptadas en México: Los negros y los judíos, mientras que de Angelina Muñiz-Huberman (Hyères, Francia, 1936) destacó que es una mente prodigiosa que le interesa la cábala, la economía y la literatura, en donde la reconstrucción de la tradición judaica ha sido un tema recurrente. 

La obra de Margarita “Margó” Glantz (Ciudad de México, 1930) se centra en la genealogía. Como Rosa Nissán, sus padres, ucranianos emigrados, no hablaban español, y en su obra, la diversidad, la necesidad de ser aceptada por la cultura mexicana sin dejar de ser lo que es y renunciar a sus orígenes es una constante.

Esther Cohen Dabbah (Ciudad de México, 1949) ha profundizado en el pensamiento judío asociado a la modernidad y, en la función del nombre propio, y en el shabat zajor, el imperativo de la memoria. La memoria, es también el tema central de “Tela de sevoya”, de Miriam Moscona (Ciudad de México, 1955), quizá la escritora más popular, leída y traducida de México. 

La alumna de la Fundación Barenboim-Said Carmen Pérez Salmoral puso la guinda a una velada.

La alumna de la Fundación Barenboim-Said Carmen Pérez Salmoral puso la guinda a una velada. / ÁNGEL ROLDÁN SERRANO

Tras la charla de De la Obra, Carmen Pérez Salmoral hizo gala de su enorme potencial artístico con un repertorio con obras de Mendelssohn (El año: Septiembre -En el río-), Brahms (Sonata nº3 en fa menor op 5), César Franck y Harold Bauer (Prélude, Fugue et variation op 18), Isaac Albéniz (Iberia: El Albaicín) y Maurice Ravel (Gaspard de la nuit).

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