ACABA LA SÉPTIMA EDICIÓN

El festival Jazzándaluz de Priego se consolida como referencia jazzística

La calidad de los conciertos vuelve a destacar en esta edición

Rafael Cobo

Rafael Cobo

El armonicista Antonio Serrano clausuraba este sábado el Festival Nacional de Jazz de Priego (Jazzándaluz), con uno de los conciertos que serán recordados durante mucho tiempo en la localidad de la Subbética, en la que se dieron cita numerosos aficionados al jazz procedentes de distintos puntos de la geografía andaluza.

No en vano, en sus siete ediciones, el Jazzándaluz se ha convertido en una referencia obligada para los amantes de este género musical, como se ha vuelto a corroborar en los cuatro conciertos que han conformado la programación de este año, que arrancaba con el pasacalles-concierto que ofrecían el miércoles los Choco’s Hot Seven, inundando del sonido New Orleans distintos rincones del casco urbano de Priego.

El jueves, el Huerto de las Infantas, al que cuatro años después regresaba el Festival, acogía la segunda cita del programa, la actuación de la joven trompetista y vocalista catalana Alba Careta y su grupo, que interpretó temas propios incluidos en los tres discos con los que cuenta, entremezclados con los de otros compositores catalanes, acariciando al público con su aterciopelada voz y el excelente acompañamiento de su banda, integrada por Lucas Martínez (saxo tenor), Roger Santacana (piano), Giuseppe Campisi (contrabajo), y Josep Cordobés (batería).

Alba Careta, durante su actuación en la presente edición del Jazzándaluz.

Alba Careta, durante su actuación en la presente edición del Jazzándaluz. / RAFA COBO

La tercera cita de este año estuvo protagonizada por el contrabajista vasco Pablo Martínez Caminero, con su particular versión del jazz flamenco o flamenco jazz, que estuvo acompañado para la ocasión por Moisés Sánchez al piano y Marc Miralta a la batería. 

Una intensa actuación en la que realizó un recorrido por temas ya clásicos en sus repertorios, como El 13 de la suerte; la preciosa balada Soleá de Gasteiz, incluida en su Lo OFNI (Objeto Flamenco no Identificado); al igual que la seguirilla Calavaza; el original Sound test; los tanguillos dedicados a Perico Colina; y la versión de la bulería Alcázar de Sevilla, de Paco de Lucía, concluyendo con la no menos original Propina.

Y para echar el telón de esta edición del Festival Nacional de Jazz, el sábado, Antonio Serrano, considerado por la crítica especializada como uno de los mejores armonicistas de Europa, ofrecía uno de los mejores conciertos que se recuerdan en la localidad con un homenaje a Toots Thielemans, el extraordinario armonicista belga cuya carrera es una de las más impresionantes de la historia del jazz y con el que Antonio Serrano tuvo la suerte de tocar y grabar.

Precisamente, su actuación, en la que estuvo acompañado por Albert Sanz al piano y silbido, Toño Miguel en el contrabajo, y Esteva Pi a la batería, fue un exquisito repaso a algunos de los temas más representativos de Toots, entre ellos, Bluesette, Harmonica rag, la conocida Don’t be that way de Benny Goodman, Skylark, la icónica I shall not be moved y la archiconocida Sunny Day, sintonía del programa infantil de televisión Barrio Sésamo, para concluir con todo un himno, When the saints go marching in, con el que un público ya entregado por completo se animó en los coros para cerrar una mágica noche.