CRÓNICA

Pasión Vega pone en pie al Gran Teatro con 'Lorca Sonoro'

La cantante y Víctor Clavijo emocionan a un auditorio repleto al emular la esencia del poeta granadino

Pasión Vega trae a Córdoba 'Lorca Sonoro'.

Manuel Murillo

La figura de ese joven soñador ensimismado con su música, sus poemas y su compañía La Barraca sigue cercana al misterio, pese a todo lo escrito o analizado. La sombra de Federico García Lorca continúa siendo alargada aunque, como en la novela de Delibes, hay quienes todavía se empeñan en desterrar el mito de melancolía del poeta granadino para hacer prevalecer en el protagonista su versión más vitalista. Así lo logra Pasión Vega en Lorca Sonoro, un espectáculo cuidado en su puesta en escena y todavía más acertado en actitud: la del acercamiento al universo lorquiano desde el respeto, la más absoluta honestidad; sencillamente una artista cautivada por el duende con ganas de compartir su pasión.

Hay momentos hermosos en esta especie de teatro musical. Quien hoy haya acudido al teatro esperando un concierto al uso, habrá salido contento debido al añadido tan satisfactorio de la escenografía. En vez de limitarse a cantar, Vega interactúa. Se pasea por una típica casa andaluza, sueña entre el mobiliario o le habla a la luna con una sonrisa permanente. Entre medias, el actor Víctor Clavijo entona versos para ayudar al público a transitar por la simbología, la libertad soñadora tan defendida por Federico. En tiempos donde la guerra se normaliza y los derechos básicos se discuten, resulta oportuno recuperar a una de las voces más influyentes del siglo XX, o así lo ha manifestado la cantante en entrevistas. Se nota su comodidad sobre las tablas al interpretar temas como la Baladilla de los tres ríos, con alusión al Guadalquivir, a Sevilla y a una Granada donde sólo reinan los suspiros, con unos versos que la cantante asimiló desde pequeña, o Canción de jinete, interpretada también en otra ocasión por el cantautor Paco Ibáñez. 

También suma a la propuesta La Tarara, una joya popular de origen sefardí; o Nana de Sevilla, encargada en otro tiempo de juntar al propio Lorca y a Argentinita frente a un piano. Sobresale, asimismo, Pequeño Vals Vienés, por un origen en el que interviene Leonard Cohen antes de que Enrique Morente transformase los versos en inglés en favor del cante jondo. Pero si hay un tema más reluciente sobre el repertorio, este es La Leyenda del Tiempo, poema de Ricardo Pachón para Camarón de la Isla. Así hasta completar los diez temas que conforman un trabajo pensado desde el primer momento para el directo, hoy hecho posible gracias al piano de Jacob Sureda, la percusión de Manuel Masaedo y, por supuesto, por ella.

Un evidente 'Sold Out'

Con el espectáculo a punto de comenzar, se han ido atenuando las luces mientras el público ha terminado de llegar a las butacas hasta lograr un evidente ‘sold out’. Entonces la figura de Víctor Clavijo ha salido de la oscuridad y se ha presentado como un musicólogo de la Residencia de Estudiantes que había tratado en su momento de capturar la voz de García Lorca, pero Federico «se quedó dormido» y ahora «nunca sabremos cómo sonaba su voz, pero tenemos sus palabras y su música». Ahí es cuando ella ha salido a escena para sorpresa de quienes habían previsto un concierto al uso. Nada más lejos.

Con los ritmos latinos y de jazz de fondo, los dos intérpretes han ido construyendo un camino por los principales temas lorquianos; la simbología del verde que te quiero verde o el te amo tanto que me duele el aire. Ese caballo sobre el monte mientras la luna acecha en la noche cargada de misterio de Sierra Morena. Una pelea entre rivales. La muerte y la sangre; o esa mujer indomable, entre el olor a naranjos y azahar. Imágenes potentes que se han ido dibujando de forma nítida, casi a modo de cine, gracias a la magia interpretativa de Clavijo y la química compartida con la cantante, quien ha sabido meterse al oyente no en el bolsillo, sino entre la bata de cola roja que ha movido al son, antes de cambiarse de vestuario, ya bien avanzado el pase. 

Recorrido por el sueño lorquiano

Pasión Vega conoce a su público casi tanto como la mejor forma de conectar con él. Pero en un formato donde la poesía se impone, como lo hace la omnipresencia de Lorca, el reto era dar más motivos de escucha además de "la voz de ella es una maravilla", o "mira cómo siente al cantar", que se ha escuchado por la platea. He aquí algunos de esos motivos para dejarse seducir por Lorca Sonoro: no hemos visto la rabia o el júbilo del poeta sino en telefilmes o en documentales, ¿Por qué no crearnos nuestra propia imagen?. Por otro lado, Federico siempre apostó por difundir el arte y la cultura entre el pueblo y esa denominación, si es que todavía es elocuente, el pueblo, necesita conectar con símbolos comunes para no olvidarse de su importancia. "La voz de Federico resuena en todo lo esencial para el ser humano", como ha declarado Clavijo.  

Todo aquello ha ido calando en el oyente, cada vez más ensimismado por ese sueño lorquiano de emocionante sensibilidad, hasta la despedida con La leyenda del tiempo. Las palmas han sucedido a los vítores y los vítores a un Gran Teatro en Pie, con varios gestos de agradecimiento hacia la artista entre el patio de butacas, que ella ha respondido con gestos de cariño. Dado el entusiasmo, ha dicho "hasta pronto" con un réquiem que el poeta Rafael de León escribió a su amigo Lorca tras su fallecimiento. «Para que nadie calle su muerte y su voz siempre viva», sentenció la artista.

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